Una treintena de jiennenses son instituidos como ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión
12 febrero de 2024La Casa de la Iglesia de Jaén acogía, el sábado, 10 de febrero, los cursos preparatorios para los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión. Una jornada intensa de formación para recibir este ministerio por primera vez o renovarlo y que culminaba con la celebración de la Eucaristía.
Una celebración que presidió el Obispo, Monseñor Chico Martínez, acompañado por el responsable diocesano de este servicio, D. Manuel Sánchez; uno de los Vicario episcopales de zona, D. Ildefonso Rueda; y el secretario del Obispo, D. Francisco Javier Cova. El acompañamiento musical corrió a cargo del seminarista y organista Guillermo Ballesteros.
Las lecturas, la oración de los fieles y las ofrendas fueron participadas por los que iban a ser instituidos con este ministerio. El Evangelio, correspondiente al VI domingo del tiempo ordinario, estuvo proclamado por el diácono permanente D. Andrés Borrego.
Durante la celebración eucarística Don Sebastián intuyó a 37 jiennenses, llegados de diversos puntos de la geografía diocesana, como nuevos ministros extraordinarios. Un ministerio laical contemplado en la Iglesia Católica y estipulado en el Canon 230, párrafo tercero del Derecho Canónico que dice que “donde lo aconseje la necesidad de la Iglesia y no haya ministros, pueden los laicos, aunque no sean lectores ni acólitos, suplirles en algunas de sus funciones, es decir, ejercitar el ministerio de la palabra, presidir las oraciones litúrgicas, administrar el bautismo y dar la sagrada Comunión según la prescripción del derecho” y en el que se establece, de igual modo, que para ejercer este ministerio laical “se requiere de la debida formación, conciencia y generosidad”.
Homilía
El Obispo quiso comenzar su homilía dirigiéndose a los que iban a recibir esa tarde el encargo ser ministros extraordinarios de la Comunión. “Os agradezco vuestro servicio y vuestra disponibilidad para ayudar a vuestros sacerdotes y diáconos, ministros ordinarios de la misma, en la tarea de ayudar a distribuir la Sagrada Comunión durante la Misa, cuando así se os necesite, y, especialmente, llevando la comunión a los enfermos. Os felicito ante la confianza que vuestros párrocos han depositado en vosotros, a la hora de presentaros ante mí, para desempeñar tan sublime cometido y recibir esta tarde el envío a tan noble misión”.
Del mismo modo les quiso recordar que han de esforzarse día a día para ser dignos de este encargo, “por lo que habréis de cultivar la devoción a la sagrada Eucaristía y dar ejemplo, con vuestra vida a los demás fieles, de respeto al Santísimo Sacramento del altar, dando testimonio, con humildad y sencilla, de vuestra fe en la presencia real de Cristo en las especies eucarísticas”. En este sentido añadió: “De manera especial, vais a llevar la Santa Comunión a los ancianos y enfermos, de tal manera que asumís un servicio de amor y compasión con el hermano que sufre, llevándoles la santidad del Espíritu del Resucitado, su consuelo y la esperanza en su Vida”.
Monseñor Chico Martínez culminaba pidiendo por cada uno de ellos. “Recibid este ministerio con gran amor y agradecimiento. Y deseamos que este servicio, que vais a prestar a nuestra Iglesia, dé abundante fruto en vuestras vidas”.
Ministerio
Después, de la predicación el responsable diocesano de este servicio los nombró uno a uno y fueron poniéndose de pie. Posteriormente, el Obispo con el báculo y la mitra, les recordó: “Os voy a confiar por primera vez o de nuevo, el ministerio de distribuir la Eucaristía a vuestros hermanos, en las celebraciones litúrgicas donde lo requiera su mayor número de fieles, así como llevarla también a los enfermos o impedidos, e incluso a los moribundos como Viático para el tránsito a la vida con el Señor en el cielo”.
Asimismo, y antes de confiarles el ministerio, el Pastor diocesano los invitó a manifestar, ante él y la asamblea, su disponibilidad. Después, los elegidos, junto al pueblo fiel congregado hicieron profesión de fe. Para, a continuación, orar todos juntos, con los candidatos de rodillas.
Por último, el Obispo, con las manos extendidas, los bendijo diciendo: “Dios de toda clemencia, maestro y guía de tu Iglesia, dígnate a bendecir a estos hermanos nuestros para que, distribuyendo fielmente a sus hermanos el alimento de la vida eterna, confortados con el poder desde Sacramento, tengan parte en el banquete del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén”.
Posteriormente, dos nuevas ministras extraordinarias de la comunión fueron las encargadas, después de recibirla, de darla a todos los fieles congregados.
Antes de concluir, el Obispo quiso felicitarlos y agradecerles este servicio tan necesario y valioso para la Iglesia. A la vez que los exhortó a tener momentos de oración junto a los enfermos y sus cuidadores. Por último, les pidió que les llevaran la bendición del Obispo a todos ellos y el cariño de toda la Iglesia de Jaén.
Galería fotográfica: «Institución ministros extraordinarios de la Comunión»