Un nuevo sacerdote para la Iglesia diocesana de Jaén
2 julio de 2013 La celebración, presidida por el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo López, comenzaba a las 11 de la mañana en la S. I. Catedral de Jaén. Estuvo concelebrada, además, por el Sr. Obispo emérito de Cádiz y Ceuta, D. Antonio Ceballos, así como por el Deán de la Catedral, los Vicarios Episcopales, el Rector y los formadores del Seminario Mayor y por numerosos sacerdotes diocesanos.
Igualmente, asistieron multitud de familiares y amigos que quisieron acompañar al joven en su entrega al servicio de Cristo y de la Iglesia.
Durante su homilía D. Ramón del Hoyo hizo hincapié en la importancia de ese día, un día de alegría para esta Iglesia diocesana de Jaén y un motivo muy especial para dar gracias a Dios. “Es un día de alegría en el sentido de que el Señor otorga a esta Iglesia un nuevo sacerdote dispuesto a entregarse generosamente por los fieles que la providencia de Dios le vaya asignando a lo largo del recorrido de su vida. Y es también un día de acción de gracias a Dios porque el sacerdocio siempre es un don completamente gratuito del Señor. Él es quién llama y el que da las cualidades necesarias para responder a esa llamada desde nuestra libertad. Alegrémonos, por tanto, porque este hermano nuestro ha sido instrumento dócil en las manos de Dios para responderle y llegar hasta aquí”.
Asimismo, el Sr. Obispo quiso aconsejar y animar al nuevo sacerdote en su tarea presbiteral. “Debes tener la seguridad de que Cristo y su Iglesia pedirán por ti constantemente. Y esto para que Dios conserve y afiance con sus gracias tu vocación sacerdotal. Fundado en esta verdad desgrana uno a uno los años de tu vida con una eucaristía renovada y continuada. Esfuérzate por ser un miembro activo y colaborador dentro del presbiterio diocesano y hermano, como el primero, con los demás hermanos. Fomenta y acompaña las vocaciones, sobre todo de los jóvenes. Déjate conducir por un sacerdote o religioso experto en tu vida espiritual. Lleva un estilo de vida sobrio y hasta pobre en medio de una cultura consumista, que sin embargo está marcada por la pobreza en amplios sectores de la sociedad. No tengas miedo a nada ni a nadie. Cree y confía siempre en el Señor”.
Durante la ceremonia, Antonio Lozano hizo sus promesas y se postró durante la proclamación de las letanías de los santos. El Sr. Obispo y los demás presbíteros procedieron a la imposición de las manos como signo de transmisión del Espíritu Santo. Tras revestirse con la estola y la casulla, el Sr. Obispo le hizo la unción de las manos y le entregó el cáliz y la patena. Finalmente, los prelados y los sacerdotes abrazaron al nuevo presbítero.
Antonio celebraba su primera Misa en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Villacarrillo el domingo 30 de junio a las 20.30 de la tarde.