Texto í­ntegro de la rueda de prensa durante el vuelo de regreso a Roma

30 julio de 2013
Rueda de Prensa del Papa

Enlace para descargar los discursos y las homilías del Papa en la JMJ de Río de Janeiro

CIUDAD DEL VATICANO, 30 de julio de 2013 (Zenit.org) – En el vuelo de regreso del Brasil, una hora después de despegar de Río de Janeiro en la noche del domingo, 28 de julio (cuando en Italia ya era la noche del 29), el papa Francisco se reunió con los periodistas a bordo del avión en una larga rueda de prensa, cuya transcripción se ofrece a continuación. El texto original fue proporcionado este martes por la Sala de Prensa vaticana.

 

Papa Francisco: Buenas noches y muchas gracias. Estoy feliz. Ha sido un hermoso viaje, espiritualmente me ha hecho bien. Estoy bastante cansado, pero con el corazón alegre, y estoy bien, bien: me hizo bien espiritualmente. Encontrar a la gente hace bien, porque el Señor actúa en cada uno de nosotros, trabaja en el corazón, y la riqueza del Señor es tanta que siempre podemos recibir tantas cosas bellas de los demás. Y esto me hace bien. Esto, como un primer balance. Luego diré que la bondad, el corazón del pueblo brasileño es grande, es cierto: es grande. Es un pueblo muy amable, un pueblo que ama la fiesta, incluso en el sufrimiento siempre encuentra la manera de lucir bien en todas partes. Y eso está bien: es un pueblo feliz, ¡es un pueblo que ha sufrido tanto! Es contagiosa la alegría de los brasileños, ¡es contagiosa! Y tienen un gran corazón, este pueblo. Diré lo mismo de los organizadores, tanto por nuestra parte, como de parte de los brasileños; sentía que estaba en frente de una computadora, una computadora encarnada… ¡De verdad! Todo estaba programado, ¿no? Pero muy bello. Luego, tuvimos problemas con las previsiones de la seguridad: la seguridad aquí, la seguridad allá; no hubo un incidente en todo Río de Janeiro, en estos días, y todo fue espontáneo. Con menos seguridad, tuve la oportunidad de estar con la gente, abrazar, saludar, sin coches blindados… es la seguridad de confiar en un pueblo. Es cierto que siempre existe el peligro de que aparezca un loco… oh, sí, que haya un loco que haga algo, ¡pero también está el Señor! Sin embargo, hacer un espacio de blindaje entre el obispo y la gente es una locura, y yo prefiero esta locura: por fuera, y correr el riesgo de la otra locura. Prefiero esta locura: estar afuera. La cercanía es buena para todos.

Luego, la organización de la Jornada, nada específico, sino todo: lo artístico, lo religioso, la parte catequética, la liturgia… ¡fue hermoso! Tienen una capacidad de expresarse en el arte. Ayer, por ejemplo, han hecho cosas maravillosas, ¡hermosas! Después, Aparecida: Aparecida para mí es una experiencia religiosa fuerte. Me acuerdo de la Quinta Conferencia (del Celam ndt). Yo estaba allí para orar, para orar. Yo quería ir solo, un poco escondido, ¡pero había una multitud impresionante! Sin embargo, no era posible, eso lo sabía antes de llegar. Y hemos orado, nosotros. No sé…algo…pero también de su parte. Su trabajo ha sido, según me han dicho, –no he leído los periódicos en estos días, no tuve tiempo, no he visto la televisión, no–, pero me dijeron que fue un buen trabajo, ¡bueno, bueno! Gracias, muchas gracias por su cooperación, gracias por hacer esto. Luego el número, el número de jóvenes. Hoy –no podía creerlo–, pero el Gobernador habló hoy de tres millones. No puedo creerlo. Pero desde el altar –¡esto es verdad!–, no sé si ustedes, algunos de ustedes han estado en el altar: desde el altar, hasta el final, toda la playa estaba llena, hasta la curva; más de cuatro kilómetros. Es decir, muchos jóvenes. Y dicen, me lo dijo el arzobispo Tempesta, que provenían de 178 países: ¡178! También el vice presidente me dio este número: eso es seguro. ¡Es importante! ¡Fuerte!

Padre Lombardi: Gracias. A continuación, le damos la palabra en primer lugar a Juan de Lara, que es de la agencia EFE, y es español, y es el último viaje que hace con nosotros, así que estamos felices de darle esta oportunidad.

Juan de Lara: Santidad, buenas noches. En nombre de todos los compañeros le queremos agradecer estos días que nos ha regalado en Río de Janeiro, el trabajo que ha hecho y el esfuerzo que ha supuesto y también en nombre de todos los periodistas españoles, le queremos agradecer las plegarias y los rezos por las víctimas del accidente ferroviario de Santiago de Compostela. Muchísimas gracias. Y la primera pregunta, no tiene mucho que ver con el viaje, pero aprovechamos la ocasión de que nos da esta posibilidad y quería preguntarle: Santidad, en estos cuatro meses de pontificado, hemos visto que ha creado varias comisiones para reformar la Curia vaticana. Quisiera preguntarle: ¿Qué tipo de reforma tiene en mente, contempla la posibilidad de suprimir el IOR, el llamado Banco del Vaticano? Gracias.

Papa Francisco: Los pasos que fui dando en estos cuatro meses y medio, vienen de dos vertientes: el contenido de lo que había que hacer, todo, viene de la vertiente de las congregaciones generales que tuvimos los cardenales. Fueron cosas que los cardenales pedimos al que iba a ser el nuevo papa. Yo me acuerdo que pedía muchas cosas, pensando en otro. O sea, pedíamos, hay que hacer esto….por ejemplo, la comisión de ocho cardenales, sabemos que es importante tener una consulta outsider, no las consultas que se tienen, sino outsider. Y esto va en la línea –-aquí hago como una abstracción, pensando, pero para explicarlo–, en la línea, cada vez (mayor) de la maduración de la relación entre sinodalidad y Primado. O sea, estos ocho cardenales favorecen la sinodalidad, ayudan a que los diversos episcopados del mundo se vayan expresando en el mismo gobierno de la iglesia. Hay muchas propuestas que se hicieron, que todavía no están puestas en práctica, como la reforma de la Secretaría del Sínodo, en la metodología; como la comisión post-sinodal que tenga carácter permanente de consulta; como los consistorios cardenalicios con temáticas no tanto formales –como por ejemplo la canonización–, sino también temáticas, etc.

Bueno, la vertiente de los contenidos viene de ahí. La segunda vertiente es la oportunidad. Les confieso, a mí no me costó, al mes de pontificado, armar la comisión de los ocho cardenales, que es una cosa… La parte económica yo pensaba tratarla el año que viene, porque no era lo más importante que había que tocar. Sin embargo, la agenda se cambió debido a circunstancias que ustedes conocen, que son de dominio público y que aparecieron problemas y que había que enfrentarlos. El primero, el problema del IOR, o sea, cómo encaminarlo, cómo delinearlo, cómo reformularlo, cómo sanear lo que haya que sanear, y ahí está la primera comisión de referencia, ese es el nombre. Ustedes conocen el quirógrafo, lo que se pide, los integrantes y todo. Después tuvimos la reunión de la comisión de los quince cardenales que se ocupan de los aspectos económicos de la Santa Sede. Son de todas partes del mundo. Y ahí, preparando esa reunión se vio la necesidad de hacer una misma comisión de referencia para toda la economía de la Santa Sede. O sea, que se tocó el problema económico fuera de agenda, pero estas cosas suceden cuando (se está) en el oficio de gobierno ¿cierto?, uno va por aquí, pero le patean un golazo de allá y lo tiene que atajar, ¿no es cierto? Entonces, la vida es así y, eso es lo lindo de la vida también. Repito la pregunta que me hacía del IOR, perdón, estoy hablando en castellano. Perdón… me venía la respuesta en castellano.

Con referencia a la pregunta que me hizo del IOR, que no sé cómo va a terminar el IOR; algunos dicen que tal vez es mejor que sea un banco, otros que sea un fondo de ayuda, otros dicen que se cierre. ¡Es decir! Se escuchan estas voces. No lo sé. Confío en el trabajo de la gente del IOR, que están trabajando en esto, también en la Comisión. El presidente del IOR sigue siendo el mismo que era antes; en cambio el director y el vice director han dimitido. Pero esto, no le podría decir cómo terminará esta historia, y esto también es bueno, porque se encuentra, se busca; somos humanos, en esto; tenemos que encontrar lo mejor. Mas esto sí; pero las características del IOR — ya sea banco, ya sea fondo de ayuda, o lo que sea–, transparencia y honestidad. Esto debe ser así. Gracias.

Padre Lombardi: Muchas gracias, Santidad. Ahora damos paso a uno de los representantes del grupo italiano, y tenemos a uno que usted conoce bien: Andrea Tornielli, que viene a hacerle una pregunta en nombre del grupo italiano.

Andrea Tornielli: Santo Padre, tendría una pregunta un poco tal vez indiscreta: ha dado la vuelta al mundo la fotografía, cuando partimos, de Usted que sube al avión llevando un maletín negro, y han habido artículos de todo el mundo que han comentado esta novedad: sí, del papa que sube…, no sucedía, digamos, que el papa subiese con su equipaje de mano. Por lo tanto, también han habido hipótesis de lo que contenía el maletín negro. Por lo tanto, mis preguntas son: uno, ¿por qué llevó Usted su maletín negro, y no lo llevó un colaborador; y dos, si nos puede decir lo que había dentro… Gracias.

Papa Francisco: ¡No era la clave de la bomba atómica! La llevé porque siempre lo he hecho así: yo, cuando viajo, la llevo. Y en el interior, ¿qué había? Hay una máquina de afeitar, está el breviario, la agenda, hay un libro para leer –he traído uno de Santa Teresita del cual soy devoto. Yo siempre llevo la bolsa cuando viajo: es normal. Pero hay que ser normales… No sé… es un poco extraño para mí lo que me dices, que ha dado la vuelta al mundo esta imagen. Pero tenemos que acostumbrarnos a ser normales. La normalidad de la vida. No lo sé, Andrea, si te respondí …

Padre Lombardi: Ahora le damos la palabra a un representante de la lengua portuguesa, Aura Miguel, que es de Radio Renascença:

Aura Miguel: Santidad, quería preguntarle ¿por qué pide insistentemente que oremos por usted? No es normal, habitual, escuchar a un papa pedir tanto que oren por él…

Papa Francisco: Siempre me he preguntado esto. Cuando era presbítero lo pedía, pero no con tanta frecuencia; empecé a pedirlo con cierta frecuencia en mi trabajo de obispo, porque siento que si el Señor no ayuda en este trabajo de ayudar al pueblo de Dios a seguir adelante, uno no puede… Realmente me siento con muchas limitaciones, con tantos problemas, incluso pecador –¡ustedes lo saben!–, y tengo que pedir esto. ¡Pero, me viene de adentro! Incluso a la Virgen le pido que ore por mí ante Dios. Es un hábito, pero es una costumbre que viene del corazón y también por la necesidad que tengo por mi trabajo. Siento que tengo que pedirlo… No lo sé, es así…

Padre Lombardi: Ahora pasamos al grupo de habla inglesa, y le damos la palabra a nuestro colega Pullella de Reuters, que está aquí delante.

Philip Pullella: Santidad, gracias por su disponibilidad, en nombre del grupo inglés. El colega de Lara ya ha hecho la pregunta que queríamos hacer, así que sigo un poco en ese sentido: Usted, al tratar de hacer estos cambios, recuerdo que le dijo al grupo de América Latina que son muchos los santos que trabajan en el Vaticano, pero que también hay personas que son menos santas, ¿no?

¿Encontró resistencia a este deseo de cambiar las cosas en el Vaticano? ¿Encontró resistencia? La segunda pregunta es: Usted vive de un modo muy austero, permaneció en Santa Marta, etc…. ¿Usted quiere que sus colaboradores, incluso los cardenales, sigan este ejemplo y tal vez vivan en comunidad, o es algo solo para usted?

Papa Francisco: Los cambios… los cambios vienen también de dos frentes: lo que nosotros los cardenales hemos pedido, y lo que viene de mi personalidad. Usted habló del hecho de que yo permanezco en Santa Marta: pero yo no podría vivir solo en el Palacio, que no es de lujo. ¡El apartamento papal no es tan lujoso! Es amplio, es grande, pero no es lujoso. ¡Pero yo no puedo vivir solo o con un grupo pequeño! Necesito gente, encontrar gente, hablar con la gente… Y así, cuando los chicos de los colegios jesuitas me han hecho la pregunta: «¿Por qué Usted? ¿Por austeridad, por pobreza?». No, no: por razones psiquiátricas, simplemente, porque psicológicamente no puedo. Cada uno debe llevar adelante su vida, con su manera de vivir, de ser.

Los cardenales que trabajan en la Curia no viven de modo rico y suntuoso: viven en un pequeño apartamento, son austeros, son austeros. Los que conozco, estos apartamentos que la APSA (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica ndt) le da a los cardenales. Todo el mundo tiene que vivir como el Señor le pide de vivir. Pero la austeridad –una austeridad en general–, creo que es necesaria para todos los que trabajamos en el servicio de la Iglesia. Hay tantos matices en la austeridad…, cada uno tiene que encontrar su camino. En comparación con los santos, esto es cierto, hay santos: cardenales, obispos, presbíteros, religiosas, laicos; personas que rezan, personas que trabajan mucho, y también quien va por los pobres, encubiertamente. Sé de algunos que se preocupan por la alimentación de los pobres o después, en su tiempo libre, van a ejercer su ministerio en una iglesia o en otra… Son presbíteros. Hay santos en la Curia. Y también hay algunos que no son tan santos, y esos son los que hacen más ruido. Ustedes saben que hace más ruido un árbol que cae en un bosque, que el que crece. Y me duele cuando se dan estas cosas. Pero hay algunos que causan escándalo, algunos. Tenemos a este monseñor en la cárcel, creo que todavía está en la cárcel; no fue a la cárcel porque se parecía a la beata Imelda precisamente, no era un beato. Son escándalos éstos, que duelen. Una cosa –esto no lo he dicho antes, pero me he dado cuenta–, creo que la Curia se ha reducido ligeramente en el nivel que tenía antes, de aquellos viejos curiales… el perfil del viejo curial, fiel, que hacía su trabajo. Necesitamos más de estas personas. Creo que… los hay, pero no tantos como antes. El perfil del antiguo hombre de Curia: lo diría así. Tenemos que tener más de estos. ¿Qué si encuentro resistencia? ¡Bah! Si hay resistencia, todavía no la he visto. Es cierto que no he hecho muchas cosas, pero puedo hablar que sí, he encontrado ayuda, y también encontré gente leal. Por ejemplo, me gusta cuando una persona me dice: «Yo no estoy de acuerdo», y de esto he encontrado. «Aunque esto no lo veo así, no estoy de acuerdo: yo digo, Usted lo hace.» Este es un verdadero colaborador. Y esto lo encontré en la Curia. Y esto es bueno. Pero cuando hay personas que dicen: «Oh, qué bien, qué bien, qué bien», y luego dicen lo contrario del otro lado… Aún esto no lo he notado. Tal vez sí, habrán algunos, pero no lo he notado. La resistencia: en cuatro meses no se puede encontrar mucho…

Padre Lombardi: Así pues, ahora pasamos a una brasileña. Entonces, Patricia Zorzan.

Patricia Zorzan: Hablando en nombre de los brasileños. La sociedad ha cambiado, los jóvenes han cambiado, y vemos en Brasil muchos jóvenes. Usted no ha hablado sobre el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo. En Brasil han aprobado una ley que amplía el derecho al aborto y ha permitido el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¿Por qué no ha hablado sobre esto?

Papa Francisco: La Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso. No era necesario volver sobre eso, como tampoco hablé sobre la estafa o la mentira, o otras cosas, en las cuales la iglesia tiene una doctrina clara.

Patricia Zorzan: Pero es un asunto que interesa a los jóvenes…

Papa Francisco: Si, pero no era necesario hablar de eso, sino de las cosas positivas que abren camino a los chicos, ¿no es cierto? Además los jóvenes saben perfectamente cuál es la postura de la Iglesia.

Patricia Zorzan: ¿Cuál es la postura de su Santidad, puede hablarnos?

Papa Francisco: La de la Iglesia. Soy hijo de la Iglesia.

Padre Lombardi: Izoard, que ya hemos llamado, así que tenemos un grupo del grupo francés.

Antoine-Marie Izoard: Buenos días, Santidad. En nombre de los colegas de habla francesa en el vuelo –que son nueve en este vuelo. Para un papa que no quiere hacer entrevistas, realmente estamos agradecidos. Ya a partir del 13 de marzo, Usted se presenta como el obispo de Roma, con una grandísima, fortísima insistencia. Por lo tanto, nos gustaría entender cuál es el sentido profundo de esta insistencia. Por lo tanto, quisiéramos entender cuál es el sentido profundo de esta insistencia, si por casualidad ¿más que de colegialidad se hablará quizás de ecumenismo, por decir, como primus inter pares de la Iglesia? Gracias.

Papa Francisco: Sí, en esto, no hay que ir más allá de lo que se dice. El papa es obispo, el obispo de Roma, y por qué es el obispo de Roma es el sucesor de Pedro, el Vicario de Cristo. Hay otros títulos, pero el primer título es «Obispo de Roma», y de allí viene todo. Hablar, pensar que esto quiere decir primus inter pares, no, esto no es el resultado de esto. Simplemente, es el primer título del papa: el Obispo de Roma. Pero también hay otros… Creo que usted dijo algo sobre ecumenismo: creo que esto va a favorecer un poco al ecumenismo. Pero, solo esto…

Padre Lombardi: Ahora, Darío Menor de La Razón, España:

Darío Menor Torres: Una pregunta sobre sus sentimientos. Comentó hace una semana de aquel niño que le preguntó que cómo se sentía, si alguno se podía imaginar cómo se podía ser papa y si lo podía desear. Decía, que había que estar loco para ello. Después de su primera experiencia multitudinaria como han sido estos días en Río, si nos puede contar cómo se siente siendo papa, si es muy duro, si es feliz siéndolo y, si además, también de alguna manera, ha acrecentado su fe o por el contrario, ha tenido alguna duda. Gracias.

Papa Francisco: Hacer el trabajo de obispo es algo hermoso, es hermoso. El problema es cuando uno busca aquel trabajo: esto no es tan bonito, esto no es del Señor. Pero cuando el Señor llama a un presbítero para ser un obispo, esto es hermoso. Siempre existe el peligro de sentirse un poco superior a los demás, y no como los demás, un poco príncipe. Son peligros y pecados. Pero el trabajo del obispo es hermoso: es ayudar a los hermanos a seguir adelante. El obispo delante de los fieles, para marcar el camino; el obispo en medio de los fieles, para ayudar a la comunidad; y el obispo detrás de los fieles, porque los fieles muchas veces tienen el olor de las calles. El obispo tiene que ser así. La pregunta era ¿si me gustaba? A mí me gusta ser un obispo, me gusta. ¡En Buenos Aires estaba tan feliz, tan feliz! Yo estaba feliz, es cierto. El Señor me ayudó en eso. Pero yo estaba feliz como presbítero, y como obispo estaba feliz. En este sentido, digo que me gusta.

Pregunta adicional: ¿Y ser papa?

Papa Francisco: ¡También, también! Cuando el Señor te pone ahí, si haces lo que el Señor quiere, eres feliz. Este es mi sentimiento, lo que siento.

Padre Lombardi: Ahora, otro del grupo italiano: Salvatore Mazza de «Avvenire».

Salvatore Mazza: Yo ni siquiera puedo levantarme. Lo siento, no puedo a alzarme por todos los cables que tengo bajo mis pies… Hemos visto en los últimos días, lo hemos visto lleno de energía, incluso a altas horas de la noche; lo estamos viendo ahora con el avión que se mueve, que está tranquiamente de pie, sin un momento de vacilación. Queríamos preguntarte: se habla mucho de los próximos viajes. Se habla de Asia, de Jerusalén, de la Argentina. ¿Tiene ya un calendario más o menos definido para el próximo año, o todavía está por verse?

Papa Francisco: Definido, definido no hay nada. Pero puedo decirle algo de lo que se está pensando. Está definido, lo siento, el 22 de septiembre en Cagliari. Luego, el 4 de octubre en Asís. En mente, en Italia, me gustaría visitar a mis ancestros, un día: ir en avión por la mañana y volver con otro, porque ellos, pobrecillos, me llaman y tenemos una buena relación. Pero solo un día. Fuera de Italia: el patriarca Bartolomé I quiere hacer un encuentro para conmemorar el 50 aniversario de Atenágoras y Pablo VI en Jerusalén. Incluso el gobierno israelí ha hecho una invitación especial para ir a Jerusalén. Y creo que el gobierno de la Autoridad Palestina lo mismo. Esto se está pensando: no se sabe si se va o no se va … Entonces, creo que no hay posibilidad de regresar a América Latina, porque el papa latinoamericano, el primer viaje a América Latina… ¡adiós! ¡Tendremos que esperar un poco! Creo que se puede ir al Asia, pero está todo en el aire. He recibido una invitación para ir a Sri Lanka, así como a las Filipinas. Sin embargo, al Asia hay que ir. Por que el papa Benedicto XVI no tuvo tiempo de ir a Asia, y es importante. Se fue a Australia y luego a Europa y América, pero Asia… Ir a la Argentina: en este momento creo que se puede esperar un poco, porque todos estos viajes tienen una cierta prioridad. Yo quería ir a Constantinopla, el 30 de septiembre para hacer una visita a Bartolomé I, pero no puedo, no es posible para mi agenda. Si nos encontramos, lo haremos en Jerusalén.

Pregunta adicional:¿Fatima?

Papa Francisco: Fátima, existe también una invitación a Fátima, es cierto, es cierto. Hay una invitación para ir a Fátima.

Pregunta adicional: ¿30 de septiembre o el 30 de noviembre?

Papa Francisco: Noviembre, noviembre: San Andrés.

Padre Lombardi: Bueno. Así que ahora vamos a ir a los Estados Unidos, y llamamos a Hada Messia de la CNN para hacerle una pregunta:

Hada Messia: Buenas. Usted se sostiene mejor que yo… No, no, no, está bien, está bien. Mi pregunta es: cuando se reunió con los jóvenes argentinos, un poco en broma, un poco en serio, les dijo que Usted a veces, se siente atrapado: queríamos saber a qué se refiere, exactamente…

Papa Francisco: ¿Sabes cuántas veces he querido ir por las calles de Roma, porque me gustaba, en Buenos Aires, ir por la calle?, ¡me gustaba mucho! En este sentido, me siento un poco enjaulado. Sin embargo, tengo que decir que son tan buenos los de la Gendarmería Vaticana, son buenos, buenos, y estoy agradecido. Incluso me permiten hacer alguna cosa más. Creo que… su deber es proteger la seguridad. Enjaulado, en aquel sentido. Me gustaría ir por la calle, pero entiendo que no es posible: lo entiendo. En ese sentido, lo dije. Por que mi hábito era, como decimos en Buenos Aires, ser un cura callejero…

Padre Lombardi: Ahora llamamos nuevamente a un brasileño: es Marcio Campos.

Papa Francisco: Me preguntaba la hora, porque tienen que servir la cena, ¿tienen hambre?

Todos: No, no…

Marcio Campos: Santidad, Santo Padre, quiero decirle que cuando sienta nostalgia del Brasil, del pueblo brasileño, alegre, abrace la bandera que le entregué. También me gustaría dar las gracias a mis colegas del diario Folha de São Paulo, Estado, Globo y Veja por estar representándolos con una pregunta. Santo Padre, es muy difícil acompañar a un papa. Todos estamos cansados. Usted se encuentra bien, y todos estamos cansados… En Brasil, la Iglesia católica ha perdido fieles en los últimos años. ¿El movimiento de Renovación Carismática es una posibilidad para evitar que los fieles asistan a las iglesias pentecostales? Muchas gracias por estar aquí y muchas gracias por estar con nosotros.

Papa Francisco: Es muy cierto lo que dices de la disminución de los fieles: es cierto, es cierto. Hay estadísticas. Hemos hablado con los obispos brasileños del problema, en una reunión que tuvimos ayer. Usted preguntaba sobre el movimiento de Renovación Carismática. Le digo una cosa. Con los años, a finales de los años setenta, principios de los ochenta, no podía verlos. Una vez, hablando de ellos, he dicho esta frase: «Estos confunden una celebración litúrgica con una escuela de samba.» Esto lo dije yo. Me he arrepentido. Después los he conocido mejor. Es también cierto que el movimiento, con buenos consejeros, ha seguido por un buen camino. Y ahora creo que este movimiento hace tanto bien para la Iglesia, en general.

En Buenos Aires, los reunía a menudo y una vez al año celebraba una misa con todos ellos en catedral. Siempre los he favorecido, cuando me convertí, cuando vi lo bueno que hacían. Porque en este momento en la Iglesia –y aquí amplío un poco la respuesta–, creo que los movimientos son necesarios. Los movimientos son una gracia del Espíritu. «Pero, ¿cómo se puede sostener un movimiento que es tan libre?». ¡También la Iglesia es libre! El Espíritu Santo hace lo que quiere. Entonces, Él hace el trabajo de la armonía, pero creo que los movimientos son una gracia, aquellos movimientos que tienen el espíritu de la Iglesia. Por esta razón creo que el movimiento de Renovación Carismática no solo ayuda a evitar que algunos pasen a las denominaciones pentecostales. ¡No! ¡Sirve a la Iglesia misma! Nos renueva. Y todos buscan el propio movimiento de acuerdo con su carisma, donde el Espíritu le guíe. Estoy cansado… Estoy cansado.

Padre Lombardi: Ahora, Guénois de Le Figaro para el grupo francés.

Jean-Marie Guénois: Santo Padre, una pregunta con mi colega de La Croix, también: Usted ha dicho que la Iglesia sin la mujer pierde la fecundidad. ¿Qué medidas concretas va a tomar? Por ejemplo, el diaconado femenino o una mujer al frente de un dicasterio? Y una pequeñísima pregunta técnica: Usted dijo que estaba cansado. ¿Tiene facilidades especiales para el retorno? Gracias, Santidad.

Papa Francisco: Vamos a empezar desde lo último. Este avión no cuenta con un equipamiento especial. Yo estoy adelante, un hermoso sillón, común, pero común, como el que todos tienen. He pedido que se escriba una carta y una llamada telefónica para decir que no quería una adecuación especial en el avión: ¿está claro?

Segundo, la mujer. Una iglesia sin las mujeres es como el Colegio Apostólico sin María. El papel de la mujer en la Iglesia no es solo la maternidad, la madre de familia, sino que es más fuerte: es como el icono de la Virgen, Nuestra Señora; ¡aquella que ayuda a crecer a la Iglesia! ¡Piensen que Nuestra Señora es más importante que los Apóstoles! ¡Es más importante! La Iglesia es femenina: es Iglesia, es esposa, es madre. Pero la mujer, en la Iglesia, no solo tiene que… no sé cómo decirlo en italiano…, el papel de la mujer en la Iglesia no solo debe terminar como una madre, como trabajadora, limitada… ¡No! ¡Es otra cosa! Ya los papas… Pablo VI escribió algo hermoso sobre las mujeres, pero creo que debemos seguir adelante en la explicitación de este rol y carisma de la mujer. No se puede entender una Iglesia sin las mujeres, pero mujeres que estén activas en la Iglesia, con sus perfiles, que llevan adelante.

Pienso en un ejemplo que no tiene nada que ver con la Iglesia, pero es un ejemplo histórico: en América Latina, el Paraguay. Para mí, la mujer del Paraguay es la mujer más gloriosa de América Latina. ¿Usted es paraguayo? Se mantuvieron después de la guerra, ocho mujeres por cada hombre, y estas mujeres han hecho una elección un poco difícil: la decisión de tener hijos para salvar: la patria, la cultura, la fe y el idioma. En la Iglesia, debemos pensar en la mujer en esta perspectiva: de opciones arriesgadas, pero como mujeres. Esto se debería explicar mejor. Creo que no hemos hecho todavía una profunda teología de la mujer, en la Iglesia. Solo que puede hacer esto, que puede hacer aquello, ahora hace de monaguillo, ahora lee la lectura, es la presidenta de Cáritas… Pero, ¡hay más! Se debe hacer una profunda teología de la mujer. Esto es lo que pienso.

Padre Lombardi: Por el grupo español, ahora tenemos a Pablo Ordaz, de El País:

Pablo Ordaz: Queríamos saber su relación de trabajo, no tanto amistosa, de colaboración con Benedicto XVI. No ha habido antes una circunstancia así, y si tiene contactos frecuentes, y le está ayudando en esa carga. Muchas gracias.

Papa Francisco: Creo que la última vez que hubo dos papas, o tres papas, no se hablaban entre ellos, estaban peleando a ver quién era el verdadero… Tres llegaron a haber en el Cisma de Occidente. Hay algo que califica mi relación con Benedicto: lo quiero mucho. Siempre lo he querido. Para mí es un hombre de Dios, un hombre humilde, un hombre que ora. Yo estaba tan feliz cuando fue elegido papa. Incluso cuando renunció, ¡fue para mí un ejemplo de grandeza! Un grande. ¡Solo un hombre grande hace esto! Un hombre de Dios y un hombre de oración. Ahora vive en el Vaticano, y algunos me dicen: ¿pero cómo se puede hacer esto? ¡Dos papas en el Vaticano! Pero, ¿no te obstruye? ¿No te hace la revolución en contra? Todas estas cosas que dicen, ¿no? Encontré una frase para responder a esto: «Es como tener tu abuelo en casa», pero el abuelo sabio. Cuando en una familia el abuelo está en casa, es venerado, amado, se le escucha. ¡Él es un hombre de prudencia! No se entromete. Le dije muchas veces: «Santidad, reciba, haga su vida, venga con nosotros». Vino para la inauguración y bendición de la estatua de San Miguel. Bueno, esa frase lo dice todo. Para mí es como tener el abuelo en casa: mi padre. Si tuviera una dificultad o una cosa que no he entendido, llamaría: «Dígame, ¿puedo hacerlo, aquello?». Y cuando fui a hablar sobre el gran problema de Vatileaks, me habló de todo con una sencillez…, al servicio. Y hay algo que no sé si lo saben, creo que sí, pero no estoy seguro: cuando nos habló, en el discurso de despedida, el 28 de febrero, nos dijo: «En medio de vosotros está el próximo papa: le prometo obediencia». Es un grande; ¡esto es de un grande!

Padre Lombardi: Así pues, ahora le damos de nuevo la palabra a una brasileña, Ana Ferreira.

Anna Ferreira: Santo padre, buenas noches. Gracias. Me gustaría decir «gracias» tantas veces: gracias por haber traído tanta alegría al Brasil, y gracias también por responder a nuestras preguntas. A nosotros los periodistas nos gusta mucho preguntar. Quisiera saber por qué ayer le habló a los obispos brasileños sobre la participación de las mujeres en nuestra Iglesia. Me gustaría entender mejor: ¿cómo debe ser esta participación de nosotras las mujeres en la Iglesia? Y Usted,¿qué piensa de la ordenación de mujeres? ¿Cuál debe ser nuestra posición en la Iglesia?

Papa Francisco: Me gustaría explicar un poco de lo que he dicho sobre la participación de la mujer en la Iglesia: no se puede limitarse al hecho de que haga de monaguillo o la presidenta de Cáritas, la catequista… ¡No! Tiene que haber más, más profundamente, incluso más a nivel místico, con esto que he dicho de la teología de la mujer. Y, en relación con la ordenación de mujeres, la Iglesia ha hablado y dice: «No». Lo ha dicho Juan Pablo II, y con una declaración definitiva. Aquella está cerrada, aquella puerta, pero sobre esto quiero decirte algo. Ya lo he dicho, pero lo repito. Nuestra Señora, María, era más importante que los apóstoles, que los obispos, los diáconos y presbíteros. La mujer, en la Iglesia, es más importante que los obispos y los presbíteros; cómo, es lo que debemos tratar de explicar mejor, porque creo que falta una explicación teológica de esto. Gracias.

Padre Lombardi:Gian Guido Vecchi, del Corriere della Sera.

Gian Guido Vecchi: Santo Padre, Usted también en este viaje ha hablado en varias ocasiones de la misericordia. A propósito del acceso a los sacramentos de los divorciados y vueltos a casar, ¿hay la posibilidad de que algo cambie en la disciplina de la Iglesia? Que estos sacramentos sean una oportunidad para acercar a estas personas, en lugar de una barrera que los separa de los otros creyentes?

Papa Francisco: Este es un tema que se pregunta siempre. La misericordia es mayor que en aquel caso que usted se plantea. Creo que este es el tiempo de la misericordia. Este cambio de época, también con muchos problemas de la Iglesia –como un mal testimonio de algunos presbíteros, incluso los problemas de corrupción en la Iglesia, también el problema del clericalismo, por ejemplo–, han dejado muchos heridos, muchos heridos. Y la Iglesia es Madre: debe ir a curar a los heridos, con misericordia. Pero si el Señor no se cansa de perdonar, no tenemos otra opción que esto: en primer lugar, atender a los heridos. Es madre, la Iglesia, y debe ir por este camino de la misericordia. Y encontrar una misericordia para todos. Pero creo que, cuando el hijo pródigo ha vuelto a casa, el padre no le dijo: «Pero, tú, escucha, siéntate: ¿qué hiciste con el dinero?». ¡No! ¡Hizo fiesta! Luego, tal vez, cuando el hijo ha querido hablar, ha hablado. La Iglesia tiene que hacerlo así. Cuando hay alguien… no solo esperarlo: ¡hay que ir a buscarlo! Esta es la misericordia. Y creo que este es un kairós: este tiempo es un kairós de misericordia. Pero esta primera intuición la tenía Juan Pablo II, cuando comenzó con Faustina Kowalska, la Divina Misericordia… tenía algo, se dio cuenta de que era una necesidad de este tiempo.

En relación con el problema de la Comunión a personas en segunda unión, porque los divorciados pueden ir a la comunión, no hay problema, pero cuando viven una segunda unión, no pueden. Creo que es necesario tener en cuenta esto en la totalidad de la pastoral del matrimonio. Y por eso hay un problema. Pero también –un paréntesis–, los ortodoxos tienen una práctica diferente. Siguen la teología de la economía, como lo llaman, y dan una segunda oportunidad, lo permiten. Pero creo que este problema –cierro el paréntesis–, debe ser estudiado en el marco de la pastoral del matrimonio. Y para esto, dos cosas: en primer lugar, uno de los temas a consultar con estos ocho del Consejo de Cardenales, con los que nos reuniremos el 1, 2 y 3 de octubre, es la forma de avanzar en el cuidado pastoral del matrimonio, y este problema saldrá allí. Y una segunda cosa: ha estado conmigo hace dos semanas, el Secretario del Sínodo de los Obispos, por el tema del próximo Sínodo. Era un tema antropológico, pero hablando y hablando, yendo y viniendo, vimos este tema antropológico: la fe, cómo ayuda a la planificación de la persona, pero en la familia y, seguir por lo tanto, sobre la pastoral matrimonial.

Estamos en camino hacia un cuidado pastoral del matrimonio un poco más profunda. Y esto es un problema para todos, porque hay muchos, ¿verdad? Por ejemplo, les digo solo uno: el cardenal Quarracino, mi predecesor, decía que para él la mitad de todos los matrimonios son nulos. Pero lo decía así, ¿por qué? Porque se casan sin madurez, se casan sin darse cuenta de que es de por vida, o se casan porque socialmente deben casarse. Y en esto entra también la pastoral del matrimonio. Y también el problema judicial de la nulidad de los matrimonios, aquello debe ser revisado, ya que los tribunales eclesiásticos no son suficientes para esto. Es complejo el problema de la pastoral matrimonial. Gracias.

Padre Lombardi: Gracias. Así que ahora tenemos a la señora Pigozzi que es de Paris Match.

Caroline Pigozzi: Buenas tardes, santo padre. Me gustaría saber si, desde que es papa, todavía se siente jesuita …

Papa Francisco: Es una pregunta teológica, porque los jesuitas hacen voto de obediencia al papa. Pero si el papa es un jesuita, tal vez debería hacer un voto de obediencia al padre general de los jesuitas… No sé cómo resolver esto… Me siento jesuita en mi espiritualidad; en la espiritualidad de los Ejercicios, la espiritualidad, aquella que tengo en mi corazón. Tanto me siento así, que en tres días iré celebrar con los jesuitas la fiesta de san Ignacio: celebraré la misa de la mañana. No he cambiado de espiritualidad, no. Francisco, franciscano: no. Me siento jesuita y pienso como jesuita. No hipócritamente, pero pienso como jesuita. Gracias.

Padre Lombardi: Si todavía tiene fuerzas, aún hay algunas preguntas. Ahora, Nicole Winfield, que es de Associated Press.

Nicole Winfield: Santidad, gracias de nuevo por venir «entre los leones.» En el cuarto mes de su pontificado, quisiera pedirle que haga un pequeño balance. ¿Puede decirnos cuál fue lo mejor de ser papa, una anécdota; y qué es lo peor, y qué es lo que le ha sorprendido más en este período?

Papa Francisco: No sé cómo responder a eso, de verdad. Las cosas gruesas, cosas grandes no han habido. Cosas hermosas sí; por ejemplo, la reunión con los obispos italianos ha estado tan hermoso, tan hermoso. Como obispo de la capital de Italia, me sentí como en casa con ellos. Y eso era bueno, pero no sé si ha sido lo mejor. Ha habido algo doloroso, que ha entrado en lo profundo de mi corazón, como fue la visita a Lampedusa. Eso es de llorar, me hizo mucho bien. Cuando estos barcos arriban los dejan algunas millas antes de la costa y ellos deben, con la barca, llegar solos. Y esto me duele porque creo que estas personas son víctimas de un sistema socio-económico mundial. Pero lo peor, perdonen, es que que me dio una ciática -¡de verdad!-, que tuve el primer mes porque para tener las entrevistas me acomodaba en un sillón y esto me hizo un poco mal. ¡Es una ciática muy dolorosa, dolorosísima! ¡No se la deseo a nadie! Pero estas cosas: hablar con la gente, el encuentro con los seminaristas y las religiosas ha sido bellísimo, bellísimo. También la reunión con los alumnos de los colegios jesuitas fue hermoso, cosas buenas.

Pregunta adicional: ¿Qué es lo que más le ha sorprendido?

Papa Francisco: La gente, la gente, personas buenas que he encontrado. Encontré mucha gente buena en el Vaticano. Pensé en qué decir…, pero eso es cierto. Hago justicia diciendo esto: mucha gente buena. Muchas personas buenas, tantas personas buenas, ¡pero buenas, buenas, buenas!

Padre Lombardi: Elizabeth, a ella la conoce, y también a Sergio Rubini, tal vez se acerca, así tenemos a los argentinos.

Elizabeth Piqué: Papa Francisco, ante todo en nombre de los 50 mil argentinos que encontré ahí y me decían ¿vas a viajar con el papa?, por favor decíle que fue fantástico, estupendo, preguntále, cuando va a viajar, pero ya dijo que no va a viajar… Entonces le voy a hacer una pregunta más difícil. ¿Se asustó cuando vio el informe «Vatileaks»?

Papa Francisco: No. Te voy a contar una anécdota sobre el informe «Vatileaks». Cuando fui a verlo al papa Benedicto, después de rezar en la capilla fuimos a su estudio y vi una caja grande y un sobre grueso. Benedicto me dijo, me decía: «En esta caja grande están todas las declaraciones, las cosas que dijeron los testigos, todo está allí. Pero el resumen y el juicio final está en este sobre. Y aquí se dice ta-ta-ta…». ¡Estaba todo en su cabeza! ¡Pero qué inteligencia! ¡Todo de memoria, todo! Pero no, yo no estaba asustado, no. No, no. Y era un problema grueso, ¿eh? Pero yo no estaba asustado.

Sergio Rubín: Santidad, dos cositas. Esta es la primera: Usted ha insistido mucho en detener la pérdida de fieles. En Brasil ha sido muy fuerte. Tiene la esperanza de que este viaje contribuya a que mucha gente vuelva a la Iglesia, se sienta más cercana. Y la segunda, la más familiar: a Usted le gustaba mucho la Argentina, y llevaba muy en el corazón a Buenos Aires. Los argentinos se preguntan si usted no extraña esa Buenos Aires, que recorría en colectivo, en micro, iba por las calles. Muchas Gracias.

Papa Francisco: Yo creo que un viaje papal siempre hace bien. Y creo que esto va a hacer bien al Brasil, pero no solo la presencia del papa, sino lo que en esta Jornada Mundial de la Juventud se ha hecho; se han movilizado y ellos harán mucho bien, tal vez ayudarán mucho a la Iglesia. Pero estos fieles que se han ido, muchos no están contentos porque sienten que pertenecen a la Iglesia. Creo que esto será positivo, no solo por el viaje, sino especialmente por la Jornada: la Jornada ha sido un evento maravilloso. Y sobre Buenos Aires, sí, a veces la echo de menos. Y eso se siente. Pero es una falta serena, es la falta serena… Pero yo creo que usted, Sergio, conoce mejor que yo a todo lo demás, usted puede responder a esta pregunta. ¡Con el libro que escribió!

Padre Lombardi: Luego tenemos el ruso y luego estaba Valentina, que era la decana, que quería cerrar ella.

Alexey Bukalov: Buenas noches Santo Padre. Volviendo al ecumenismo: hoy los ortodoxos celebran 1025 años de cristianismo, hay grandes celebraciones en muchas capitales. Si desea hacer un comentario sobre este hecho, me hará feliz. Gracias.

Papa Francisco: En las Iglesias ortodoxas, han conservado la liturgia prístina, tan hermosa. Nosotros hemos perdido un poco el sentido de la adoración. Ellos lo conservan, ellos alaban a Dios, cantan, el tiempo no cuenta. El centro es Dios, y esto es un tesoro de lo que me gustaría hablar en esta ocasión en la que me hace esta pregunta. Una vez, hablando de la Iglesia occidental, de la Europa occidental, sobre todo la Iglesia que más ha crecido, me dijeron esta frase: «Lux ex oriente, ex occidente luxus«. El consumismo, el bienestar, nos hicieron mucho mal. En cambio, ustedes conservaron esta belleza de Dios en el centro, la referencia. Cuando se lee a Dostoevskiy –creo que para todos nosotros debe ser un autor para leer y releer, por que tiene una sabiduría–, se percibe lo que es el alma rusa, el alma oriental. Es algo que nos hará mucho bien. Necesitamos de esta renovación, de este aire fresco de Oriente, de esta luz del Oriente. Juan Pablo II lo escribió en su Carta. Pero muchas veces el luxus de Occidente nos hace perder el horizonte. No sé, siento decir esto. Gracias.

Padre Lombardi: Y cerramos con Valentina, que como había comenzado en el viaje de partida, ahora cierra en el viaje de vuelta.

Valentina Alazraki:Santidad, gracias por haber mantenido la promesa de responder a nuestras preguntas a la vuelta…

Papa Francisco: Les atrasé la cena…

Valentina Alazraki: No importa, no importa…. La pregunta sería, bueno, de parte de todos los mexicanos. ¿Cuándo va a Guadalupe?, pero esa es de los mexicanos. La mía sería: Usted va a canonizar a dos grandes papas, Juan XXIII y Juan Pablo II. Quisiera saber, ¿cuál es según usted, el modelo de santidad que se desprende del uno y del otro y, el impacto que han tenido en la Iglesia y en Usted?

Papa Francisco: Juan XXIII es un poco la figura del «cura rural», el presbítero que ama a cada uno de los fieles, que sabe cómo tratar a los fieles, y esto la hecho de obispo como de nuncio. Y, ¡cuántos testimonios falsos de bautismo hizo en Turquía en favor de los judíos! Era un valiente, un cura rural bueno, con un sentido del humor tan grande, tan grande, y una gran santidad. Cuando era nuncio, algunos no lo querían mucho en el Vaticano, y cuando venía para traer cosas o solicitarlas, en algunas oficinas lo hacían esperar. Nunca se quejó: rezaba el rosario, leía el breviario… Un manso, un humilde, incluso uno que se preocupaba por los pobres. Cuando el cardenal Casaroli regresó de una misión –creo que en Hungría o en la antigua Checoslovaquia de entonces, no recuerdo cuál de las dos–, se le acercó para explicarle cómo había sido la misión, en aquella época de la diplomacia de los «pequeños pasos». Y tuvieron la audiencia –veinte días después Juan XXIII habría muerto–, y mientras Casaroli se iba, lo detuvo: «Ah eminencia –no, no era eminencia, excelencia–, una pregunta: ¿todavía va donde esos jóvenes?» Por que Casaroli iba a la cárcel de menores de Casal del Marmo y jugaba con ellos. Y Casaroli le dijo: «Sí, sí». «Nunca los abandone…» Esto a un diplomático, que venía de hacer un camino de diplomacia, un viaje tan difícil, Juan XXIII le dijo: «Nunca abandone a los muchahchos». ¡Es un grande, un grande! Luego aquello del Concilio: es un hombre dócil a la voz de Dios, para aquello que le vino del Espíritu Santo, y él fue dócil. Pío XII pensaba hacerlo, pero las circunstancias no estaban maduras para ello. Creo que este [Juan XXIII] no había pensado en las circunstancias: él ha sentido eso y lo hizo. Un hombre que se dejaba guiar por el Señor.

Sobre Juan Pablo II me mueve llamarlo «el gran misionero de la Iglesia»: es un misionero, es un misionero, un hombre que llevó el evangelio por todas partes, usted lo saben mejor que yo. Pero, ¿cuántos viajes hizo? ¡Solo iba! Sentía este fuego de llevar la Palabra del Señor. Es un Paul, es un san Pablo, es un hombre así; y esto para mí es genial. Y hacer la ceremonia de canonización con los dos juntos, creo que es un mensaje a la Iglesia: estos dos son buenos, son buenos, son dos buenos. Pero está encaminada la causa de Pablo VI y también del papa Luciani: estas dos están en curso. Algo que creo que he dicho, pero no sé si aquí o en otro lugar: la fecha de la canonización. Se pensaba el ocho de diciembre de este año, pero es un gran problema; los que vienen de Polonia, los pobres, porque los que tienen los medios pueden llegar en avión, pero los que vienen, los pobres, vienen en bus y ya en diciembre los caminos tienen hielo y creo que deberíamos reconsiderar la fecha. He hablado con el cardenal Dziwisz y me sugirió dos posibilidades: o Cristo Rey de este año o el domingo de la Divina Misericordia el próximo año. Creo que es un tiempo corto para Cristo Rey de este año, ya que el Consistorio será el 30 de septiembre y para fines de octubre hay poco tiempo. Pero no lo sé, tengo que hablar con el cardenal Amato sobre esto. Pero creo que el 8 de diciembre no será.

Pregunta adicional: Pero serán canonizados juntos?

Papa Francisco: Los dos juntos, sí.

Padre Lombardi: Gracias, Santidad. ¿Quién más hay? ¿Ilze? Entonces hemos completado, incluso más que los que se habían inscrito antes…

Ilze Scamparini: Me gustaría pedir permiso para hacer una pregunta un poco delicada: también otra imagen ha girado por el mundo, y ha sido la de monseñor Ricca y las noticias sobre su intimidad… Quiero saber, Santidad, ¿qué va a hacer al respecto? ¿Cómo lidiar con este problema y cómo Su Santidad se propone abordar todo el tema del lobby gay?

Papa Francisco: Lo de monseñor Ricca: hice lo que el Derecho Canónico manda a hacer, que es la investigatio previa. Y a partir de esta investigatio no hay nada en relación con aquello que lo acusan, no encontramos nada de eso. Esta es la respuesta. Pero me gustaría añadir una cosa más en esto: veo que muchas veces en la Iglesia, fuera de este caso y también en este caso, se buscan los «pecados de juventud», por ejemplo, y esto se publica. No los delitos, ¿eh? Los delitos son otra cosa: abuso a menores es un delito. No, los pecados. Pero si una persona, laica o presbítero o religiosa, cometió un pecado y luego se convirtió, el Señor perdona, y cuando el Señor perdona, el Señor olvida, y esto es importante para nuestra vida. Cuando vamos a la confesión y decimos realmente, «He pecado en esto», el Señor se olvida, y nosotros no tenemos el derecho de no olvidar, porque corremos el riesgo de que el Señor no se olvide de nuestros pecados. Es un peligro aquello. Esto es importante: una teología del pecado. Muchas veces pienso en san Pedro: hizo uno de los peores pecados, que es negar a Cristo, y con este pecado lo hicieron papa. Tenemos que pensar mucho.

Pero, volviendo a su pregunta más concreta: en este caso, hice la investigatio previa y no hemos encontrado. Esta es la primera pregunta. Luego, usted habló del lobby gay. ¡Mah! Se escribe mucho del lobby gay. Todavía no he encontrado a alguien que me dé su tarjeta de identificación en el Vaticano con el «gay». Dicen que hay. Yo creo que cuando uno se encuentra con una persona así, hay que distinguir el hecho de ser una persona homosexual, del hecho de hacer un lobby, porque no todos los lobbys son buenos. Eso es malo. Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buenas intenciones, ¿quién soy yo para juzgarla? El Catecismo de la Iglesia Católica explica de modo tan hermoso esto, pero dice…, espera un poco, como se dice … y dice: «no hay que marginar a estas personas por esto, deben ser integradas en la sociedad». El problema no es tener esa tendencia, no, tenemos que ser hermanos, porque este es uno, pero si hay otro, es otro. El problema consiste en hacer lobby por esta tendencia: el lobby de los codiciosos, el lobby de los políticos, el lobby de los masones, muchos lobby. Este es el problema más grave para mí. Y muchas gracias por haber hecho esta pregunta. ¡Muchas gracias!

Padre Lombardi: Gracias. Me parece que mejor que esto no se hubiera podido hacer. Incluso hemos abusado del papa que nos había dicho que ya estaba un poco cansado, y le deseamos que descanse un poco ahora.

Papa Francisco: Gracias a ustedes, y buenas noches, buen viaje y buen descanso.

Traducido del original italiano por José Antonio Varela V.

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