Testimonio de la familia Hidalgo Molinero
5 julio de 2022Durante los días 25 y 26 de junio celebramos la clausura del año de la familia, convocado por el Papa Francisco. Nuestra familia tuvo la inmensa alegría de poder participar en este fantástico encuentro organizado por el Secretariado de Familia y Vida. Al inscribirnos en él, tuvimos por objetivo aportar nuestro pequeño grano de arena, mostrando el don más grande que Dios nos ha dado, LA FAMILIA.
Desde el primer momento, vimos con qué amor se había preparado todo, con qué cariño te recibían, especialmente a los niños. Las palabras de nuestro obispo, D. Sebastián, al comenzar la jornada, también supusieron un consuelo y un empujón en estos tiempos que vivimos, donde la familia está siendo destruida.
Tras las palabras del obispo, nos pusimos en marcha, en grupos, para realizar una yincana que nos permitió conocer a personas de otros lugares, que viven su fe en las distintas realidades de nuestra diócesis: encuentro matrimonial, equipos de nuestra señora, camino neocatecumenal… Fueron dinámicas divertidas y amenas, para disfrutar de los hijos, algo que a veces se hace tan difícil por el ritmo de vida que llevamos. La yincana también nos adentró en la riqueza artística de nuestra ciudad, en la vida de nuestros santos, de nuestras religiosas y en especial, nos acercó un poquito más a nuestro modelo de familia, la Sagrada Familia de Nazaret.
Una vez completada la actividad lúdica, era momento de reponer fuerzas con una fabulosa comida compartida y de ahí pasamos a los talleres que versaban sobre temas muy diferentes, muy actuales y de una gran influencia para las familias y la sociedad en general.
Puesto que, por el tiempo habría sido imposible participar en todos ellos, cada familia elegía los dos talleres de mayor interés para ella. Mi mujer y yo nos apuntamos a uno sobre el aborto donde conocimos a personas que luchan por salvar las dos vidas (la del bebé y la de la madre) y personas que luchan por levantar una vida, tras vivir un infierno como este. Creemos que hay que dar más voz a estos grupos y asociaciones, darlos a conocer, presentarlos en las parroquias, en los grupos de jóvenes y adolescentes, en los institutos… No se puede silenciar el drama del aborto, el sufrimiento tan grande que provoca en la mujer y también, en el hombre y ofrecer otras alternativas, otras soluciones, otra esperanza.
El segundo taller, la educación en tiempos de Tik Tok, interesantísimo. Los cristianos no podemos vivir al margen de la transformación digital que se está produciendo en nuestros días. Ya el Papa emérito Benedicto XVI, hablaba del “continente digital”. las redes sociales, los peligros de Internet, las divisiones que provocan las tecnologías en las familias o en los grupos de amigos. Asistimos a un fenómeno increíble pero deshumanizador al mismo tiempo. Pasamos más horas mirando una pantalla, que a los ojos de las personas que amamos.
No quiero olvidarme en este momento de todos esos jóvenes que estuvieron cuidando de nuestros hijos, nos hicieron más fácil la participación y, por supuesto, también les permitió a ellos relacionarse con otros niños y se les veía felices. GRACIAS.
Este gran sábado continuaba y aún quedaba mucho y mejor, al menos para nosotros. La charla de Luis Gutiérrez Rojas fue un momento de reflexión a través del humor, donde el ponente te cautivaba, te metía en su historia y donde sacamos una conclusión, ser cristiano no es difícil, es imposible. Por ello, necesitamos de una comunidad, que te acompaña, que te corrige con amor, que te consuela, que comparte…
El tiempo de oración, igualmente importante, se hizo presente en este día. Nos ayuda siempre a valorarla y a saber que es un arma con la que contamos para luchar con las vicisitudes y tentaciones de esta vida.
Por último, para terminar este día pero no el encuentro, nos desplazamos a la catedral para asistir y disfrutar del concierto-testimonio de Grilex. Un cantante de rap cristiano, que utiliza su música para evangelizar, para hablar de su conversión y del amor de Dios, todo ello de forma clara y directa. Aparte del don que Dios le ha dado y que hizo vibrar a toda la plaza de Santa María, impresionaron sus palabras sobre la existencia del demonio y la diferencia con Dios: “El demonio te llama por tu pecado, te pisotea; mientras que Dios te levanta y te llama por tu nombre”. Gracias al Secretariado de Infancia y Adolescencia por permitirnos conocer a Guillermo y al Secretariado de Familia y Vida por concluir así esta gran jornada.
El domingo, como guinda del pastel, celebramos la Eucaristía en la catedral, que nos dio aliento, que nos reconfortó y que nos animó para salir al mundo, para anunciar que la familia es el motor de la sociedad, una pequeña Iglesia doméstica donde aprendemos a perdonar, a amar, a abrazar nuestra cruz y a descubrir la llamada de Dios.
Pedimos al Señor que ayude a las familias y en especial, las de nuestra Diócesis, para que podamos vivir como la Sagrada Familia de Nazaret, en sencillez, humildad y alabanza.
Aniceto Hidalgo y Raquel Molinero