Siete jóvenes reciben, de manos del Obispo, el Sacramento de la Confirmación
31 mayo de 2021La parroquia de San Juan de la Cruz de Jaén acogió, este viernes, la administración del Sacramento de la Confirmación a siete jóvenes de la citada comunidad parroquial.
El Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, fue el encargado de ungir con el santo crisma las cabezas de estos chicos que quieren confirmar su fe bajo la acción del Espíritu Santo.
El párroco de San Juan de la Cruz, D. Francisco de la Torre, acompañó al Prelado jiennense durante la celebración, y presentó ante la comunidad y el Obispo a los jóvenes que habían preparado durante tres años, por sus catequistas para recibir los dones del Espíritu.
Don Amadeo comenzó su predicación haciendo alusión a las lecturas que se habían proclamado en la celebración eucarística. En este sentido afirmó, «El protagonista de la primera Iglesia es el Espíritu Santo. La iglesia empezó a andar por la acción del espíritu Santo».
Después explicó a los jóvenes cómo «Dios, desde el inicio de la creación mantuvo un diálogo con el ser humano, desde Adán y Eva. Los hombres, desde los primeros, tenemos dificultad para entender, aceptar y seguir la voluntad de Dios». En este sentido afirmó que «a través de la historia, Dios fue entablando un diálogo y fue preparando la venido de Jesucristo, su Hijo al mundo. Jesús vino para ser palabra», aseveró Don Amadeo.
San Juan lo dice muy bien. «La palabra se hizo carne y hábito entre nosotros. Una palabra que nos ha hablado definitivamente de Dios. Por eso nuestra fe se centra en conocer, amar, imitar y seguir a Jesucristo. Nosotros somos los discípulos de Jesucristo, desde el primer paso, que es el bautismo».
Después, el Obispo recordó cómo había ido desarrollándose su vida de fe desde que recibieron las aguas del bautismo: «Nosotros, poco a poco vamos conociéndole y tratándole desde la oración y la eucaristía y aprendiendo a vivir siendo felices a través de las bienaventuranzas. Por eso el papá Francisco dice que con Cristo nace y renace la alegría».
En este sentido, Don Amadeo apeló a los confirmandos preguntándoles, «¿vosotros por qué creéis? Por vuestra vida de fe a través de vuestra familia, de vuestros catequistas. Si no dijerais que tenéis fe porque la ha puesto en vuestro corazón el Espíritu Santo, no habríais acertado. Se tiene fe por cómo se vive vuestro encuentro personal con Cristo, bajo la acción del Espíritu Santo».
El Prelado quiso explicarles a los que iban a recibir sus dones que «El Espíritu Santo os va a dar hoy sus dones, viene a hacer morada en vosotros y va a acompañaros y vais a coger esos dones y enriquecer vuestra vida con ellos. Y el Espíritu os va a pedir algo también, porque el Espíritu viene para poner en marcha la vida y la acción de la iglesia. Ahora viene a poner en marcha vuestra vida para que seáis testigos del Señor. Vuestra vida tiene que manifestar lo que somos. Por eso el Espíritu Santo nos pide que demos, según nuestras circunstancias, para que demos. Pedid al espíritu q os acompañe os fortalezca y os haga muy felices», concluyó Don Amadeo.
A continuación, y después de la confesión de fe de los siete confirmandos, impuso las manos sobre ellos y los ungió con el santo crisma para recordarles que esos dos gestos son señal visible del don invisible. Un carácter indeleble que nos configura más plenamente con Jesús y nos da la gracia para difundir por el mundo el buen olor de Cristo.
Para concluir la celebración, uno de los chicos confirmados leyó, en su nombre y en el de sus compañeros, una precioso acción de gracias por el Sacramento que le había sido administrado.
Con un canto a María en el mes de las flores, concluyó la entrañable celebración.