Santa María de Andújar acoge la ordenación como diácono permanente de Francisco José Cano de Haro
5 enero de 2021El Obispo de Jaén presidirá en la fiesta de la Epifanía la ordenación como diácono permanente de Francisco José Cano de Haro.
La celebración tendrá lugar, a las 11 horas, en Santa María de Andújar, localidad de la que es natural el aspirante al diaconado permanente. Francisco José, casado y con dos hijos, se prepara desde hace años para ser servidor del altar y los pobres a través del servicio diocesano de formación al diaconado permanente.
La ordenación, prevista para el pasado mes de noviembre, tuvo que aplazarse por las restricciones impuestas por las autoridades a causa de la pandemia.
En la ordenación, Francisco José Cano de Haro estará acompañado por su párroco, D. Pedro Montesinos; sus formadores del Servicio diocesano de formación al diaconado permanente; su familia; amigos y miembros de su comunidad parroquial. Después de recibir la orden, el Obispo jiennense, Don Amadeo le asignará una tarea pastoral, que deberá compaginar con su labor profesional como docente.
Con esta ordenación serán cuatro los diáconos permanentes en la Diócesis de Jaén. La Conferencia Episcopal Española elaboró un documento en el año 2013 sobre con Normas básicas para la formación de los diáconos permanentes en las diócesis españolas. En este documento se define el ministerio de los diáconos, su formación y su misión pastoral. La vocación al diaconado se configura a partir de la llamada de Dios y de la respuesta del que se siente llamado, verificadas por la elección pública de la Iglesia y la ordenación sacramental Los candidatos al diaconado permanente deben ser personas probadas e irreprensibles, sinceras y dignas, íntegras en guardar el tesoro de la fe, serviciales, generosas y compasivas, y capaces, si la tuviere, de guiar la propia familia. Se les pide la madurez humana necesaria (responsabilidad, equilibrio, buen criterio, capacidad de diálogo) y la práctica de las virtudes evangélicas (oración, piedad, sentido de Iglesia, espíritu de pobreza y de obediencia, celo apostólico, disponibilidad, amor gratuito y servicial a los hermanos).