Retiro cuaresmal para los sacerdotes diocesanos
24 marzo de 2022El pasado lunes, día 21 de marzo, se celebró en retiro cuaresmal para los sacerdotes de la Diócesis que, como cada año, organiza la Delegación episcopal para el Clero. En esta ocasión de nuevo se ha desarrollado en el Seminario.
Empezó a las 10,30 de la mañana con la acogida de los participantes, más de 100 sacerdotes, además del Obispo emérito, Don Amadeo Rodríguez Magro, y el Obispo, Don Sebastián Chico Martínez, que fue el encargado de ofrecer la meditación para el retiro. A las 11 de la mañana comenzamos rezando la Hora Intermedia en la Capilla Mayor del Seminario.
Seguidamente, tomó la palabra Don Sebastián para iniciar su intervención diciendo que la Cuaresma es un tiempo favorable para la conversión y continuar presentando la belleza del sacerdocio, que al contemplarla, ayuda a renovar el ministerio. Sin embargo, varios “aspectos difíciles” sirvieron como preámbulo: abandonar la idea de que se es sacerdote para llegar a la realización de uno mismo, aceptar ser un criado, ni siquiera un servidor, pues el amo es el mismo Cristo, aceptar la irrelevancia social del ministerio hoy.
Continuó preguntando: ¿Por qué soy sacerdote? fue Porque me dejé seducir por la belleza del sacerdocio, por el mismo Jesús. El sacerdote no solo es el que lo representa sino el amigo íntimo de Cristo, por eso puede ser icono Dei, porque vivimos sumergidos en Dios. El sacerdote es el amigo del Esposo que cuida de la esposa de Cristo de la que forma parte.
Somos sacerdotes por una efusión especial del Espíritu Santo que nos configura con Cristo Pastor, nos transforma y capacita para cumplir nuestra misión. No somos mediadores de Cristo sino presencia viva de Cristo Pastor. Hacemos presente a Jesús, su palabra, sus gestos, sus actitudes… lo hacemos presente de modo inmediato.
Identificados vitalmente con Cristo, confiados en el Pastor, misericordiosos, generosos, abnegados y con una actitud testimonial. Estos son rasgos esenciales en un sacerdote. Y Don Sebastián los fue enumerando y profundizando en todos ellos.
Antes de acabar su intervención, hizo ver que el enemigo del ministerio, como de todo en la vida cristiana, es el pecado. Y los sacerdotes, frágiles como cualquier ser humano, también caemos.
No nos cansemos de orar, como dice el Papa en su mensaje de la Cuaresma, no nos cansemos de extirpar el mal y de mendigar perdón para nuestros pecados… de hacer el bien, perseverantes como el labrador, concluyó el Obispo.
Tras la meditación, los sacerdotes tuvieron un tiempo largo para la oración ante el Santísimo expuesto en la Capilla.
Finalmente, la mayoría pudieron compartir la comida en fraternidad en las instalaciones del Seminario.
Juan Ramón Gómez López
Delegado episcopal para el Clero
Galería fotográfica: «Retiro cuaresmal para los sacerdotes diocesanos»