Restauración de un cuadro de la Coronación de la Virgen María en la Parroquia de la Asunción de Villacarrillo
8 enero de 2014 El gerente de la Fundación de la Caja Rural de Jaén D. Luis Jesus García-Lomas y el Párroco de la Asunción de Villacarrillo, D. Andrés Nájera, han firmado un convenio de colaboración para la restauración del cuadro de la Asunción y Coronación de la Virgen, un lienzo de grandes dimensiones, datado en el siglo XVII, y que preside el retablo mayor de este templo renacentista.
El patronato de la fundación Caja Rural de Jaén ha aceptado la solicitud de colaboración tramitada por la Parroquia de la Asunción, para la restauración del cuadro «La Asunción y Coronación de la Virgen», que se encuentra situado en el ático del Retablo Mayor de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción. Los trabajos los llevará a cabo D. Néstor Prieto Jiménez, natural de Granada y acreditado restaurador de la S.I. Catedral de Jaén. El proyecto sobrepasa los ocho mil euros, asumiendo la Fundación el pago de un 75% y la Parroquia el 25% restante.
Se trata de una pintura anónima realizada entre 1670 y 1673, y que fue encargada junto con el retablo (obra del maestro toledano Juan Gómez Lobo). Es posible que el autor de esta gran obra se encuentre entre el círculo de destacados pintores que colaboraron con el citado maestro. El lienzo, que mide 400 x 240 cm, se encuentra en muy mal estado de conservación y grave deterioro, siendo difícil reconocer las figuras que se representan en el mismo, entre las que destacamos a Dios trino sobre la Virgen María, envuelta en nubes y ropas de amplios vuelos, en una posición helicoidal característica del barroco avanzado. Por la perspectiva empleada, las figuras están concebidas para ser contempladas desde abajo, adquiriendo la Virgen una monumentalidad casi escultórica, rodeada de los escorzados angelillos, creando un impresionante efecto de dinamismo. La composición se organiza a través de un rombo, inmersos Dios Padre, la paloma del Espíritu Santo y Cristo en la zona superior mientras que María, sobre la bola del mundo, sostenida por unos querubines se inscriben en la zona baja. Una línea vertical enlaza la cabeza de María, la corona y el Espíritu Santo. Los fondos nos indican que nos encontramos ante un hecho sobrenatural, recurso muy habitual en el barroco (ULIERTE, M.L., 1986).