Presencia de la Diócesis de Jaén en el Curso de Formación de Agentes de Pastoral Familiar sobre la Exhortación Post Sinodal «Amoris Laetitia»
13 julio de 2016El fin de semana pasado, más de 130 asistentes, entre ellos tres familias de nuestra Diócesis, participaron en la presentación, por parte de la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española, de la Exhortación del Papa Francisco «La Alegría del Amor». El encuentro, en palabras de Monseñor Mario Iceta, Obispo de Bilbao y Presidente de la Subcomisión, “quiere presentar la exhortación postsinodal «Amoris Laetitiae» para ayudar en su adecuada recepción y puesta en práctica en la pastoral familiar diocesana, y en esta ocasión, queremos centrarnos principalmente en la reflexión sobre el capítulo VI que hace referencia a las perspectivas pastorales de la exhortación postsinodal”.
Monseñor Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá de Henares, en su ponencia centrada en el anuncio del «Evangelio de la Familia», en la sociedad actual, abordó algunos de los rasgos que caracterizan la cultura dominante en la que podemos observar, entre otros, la pérdida del carácter sagrado del matrimonio, la rotura del vínculo matrimonial reduciéndolo al afecto, la fragilidad de los vínculos familiares, la ruptura de la unidad de la persona (cuerpo-espíritu)…, todo ello impregnado de varias ideologías contrarias a la antropología cristiana. Por eso debemos intensificar una “pastoral del vínculo”, una pastoral que no propone un simple ideal sino una plenitud del amor que se ha inaugurado ya, una pastoral en la que los principales sujetos del anuncio del «Evangelio de la Familia» sean las propias familias cristianas. Esto exige una conversión misionera, no quedándonos en un anuncio meramente teórico desvinculado de los problemas reales de las familias, y un acompañamiento personal para cada realidad y cada situación, dónde se hace imprescindible la presencia de agentes laicos especialmente formados y preparados.
Uno de los retos pastorales que hemos de afrontar es caminar junto a los prometidos en la preparación al matrimonio, como destacó Monseñor Carlos Escribano, Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, una preparación inmediata que ha de revisarse y una preparación próxima y remota que han de articularse para que la presencia de los novios en nuestras parroquias sea una verdadera oportunidad de formarlos tanto para la recepción del sacramento como para la vida familiar que han de acometer. Otro de los empeños, difícil de llevar a cabo, y que constituye por ello un estímulo y un desafío, es el acompañamiento de los matrimonios en los primeros años de vida matrimonial, que, como señalo Monseñor Gerardo Melgar, Obispo de Ciudad Real, “supone un verdadero desafío encaminado a ayudar a los nuevos esposos a descubrir que el matrimonio no es el fin sino un proceso que han de recorrer juntos y del que ambos han de sentirse protagonistas , que les haga ser partícipes de esa alegría del amor conyugal pero que también les de herramientas ante las crisis, angustias y dificultades, con la ayuda de la comunidad parroquial, familia de familias, dispuesta a iluminar esos momentos en los que se debe conjugar verdad y caridad”.
Para estas situaciones, la exhortación nos ofrece unas orientaciones que nacen desde el profundo conocimiento de la realidad familiar, como bien explicó Monseñor Juan Antonio Aznárez, Obispo auxiliar de Pamplona y Tudela, destacando, por otra parte, que “es muy importante cuando ya se ha consumado la ruptura del matrimonio, no abandonar a su suerte a los separados, divorciados y abandonados”.
Otras situaciones a acompañar, como puso de relieve el Obispo de Jerez, Monseñor José Mazuelos, son aquellas que necesitan la luz de la fe para afrontar la muerte de un ser querido, en una sociedad en la que el “misterio” se confunde con lo “mitológico” y en el que el hombre, a veces, se cree fruto de una especie de “autocreación” la muerte y el duelo son difíciles de hacer frente.
Las jornadas concluyeron con la intervención del Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Monseñor Ricardo Blázquez, con su ponencia: «Perspectivas para la renovación de la Pastoral Familiar a la luz de la Exhortación postsinodal Amoris Laetitiae».
Considerar la Pastoral Familiar como una autentica acción misionera en la sociedad de hoy es fundamental, una tensión misionera que nos debe impulsar a superar rutinas pastorales, a innovar, a abrir ventanas que iluminen y puertas que nos acerquen a los que nos necesitan; “salir a pie de obra”. Por ello es imprescindible coordinar los esfuerzos y las iniciativas de una forma transversal desde los distintos campos de la acción pastoral (infancia, juventud, catequesis…).
Una madre es capaz de reconocer la necesidad de sus hijos, no espera a que se acerquen sino que se entrega amorosamente, a cada uno según su momento vital, para su bien. La Iglesia es esa Madre. Debemos renovar nuestra conversión personal y comunitaria y acompañar, una de las palabras clave de esta bella exhortación, para poder vivir en las familias la alegría del amor.
Ricardo Cobo y Mati Peinado
Miembros de la Delegación de Familia y Vida.