Otro trabajador ha muerto en accidente laboral: ¿Por qué?
17 septiembre de 2008Comunicado de la Hermandad Obrera de Acción Católica de la Diócesis de Jaén- HOAC
“Un grito solidario, una llamada a la comunión” : ¡Basta ya! ¡Hasta cuándo esta insoportable sangría!
José Antonio López Moreno, obrero de la construcción, murió el miércoles día 3 de septiembre al caer de un andamio desde una altura de tres pisos en la obra en que trabajaba en Mancha Real. Tenía 42 años, estaba casado, y deja viuda, dos hijas y un hijo.
Antonio Jiménez González, vecino de Úbeda, ha fallecido el martes 16 de septiembre, al volcar la máquina con la que trabajaba una cantera del término municipal de Jódar. Tenía 43 años, estaba casado, deja viuda y dos hijos.
Tanta muerte es insoportable. Con la muerte de José Antonio y de Antonio, son ya doce los trabajadores muertos en nuestra provincia, en accidente laboral, en lo que va de año. Doce familias obreras, cercanas a nosotros, están de luto por el fallecimiento de uno de sus miembros en su puesto de trabajo. José Antonio y Antonio han muerto en el campo de honor del trabajo. ¡Descansen en paz!
Queremos ser un grito solidario en defensa de la vida. Detrás de cada trabajador muerto hay una familia. Queremos estar cerca de ellos y compartir su dolor.
Estas muertes nos hablan de sufrimiento. De un modelo de producción egoísta y enfermo socialmente, y son la punta del iceberg de miles de trabajadores y trabajadoras que enferman en sus puestos de trabajo y que sufren accidentes. Sin duda la gravedad última reside en la pérdida de vidas humanas. Cada día mueren en España tres trabajadores en accidente laboral. Muertes muchas veces evitables y siempre dolorosas. Parece que nos hemos acostumbrado tanto que apenas alteran y perturban nuestra paz.
Queremos protestar para que no se deje impune tanto atropello, desidia e incumplimiento.
Queremos llamar la atención a los medios de comunicación y a todas las organizaciones políticas, sindicales, sociales y eclesiales, a la administración y a los empresarios, para que se comprometan más, luchen, presionen, activen la alarma social y despierten del letargo a la sociedad, a los ciudadanos, a nosotros mismos. Que juntos, poco a poco, vayamos consiguiendo la erradicación de los accidentes laborales, porque, en su mayoría, son evitables.
Tenemos que contrarrestar esta cultura de muerte. Estamos convencidos del valor supremo de la vida humana, como criterio fundamental que debe presidir todas las relaciones sociales.
Exigimos que se pongan en marcha todas las medidas necesarias para que ninguna persona más muera víctima de accidente laboral.
¡DESCANSEN EN PAZ LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS MUERTOS EN SUS PUESTOS DE TRABAJO!