Miembros de Instituciones penitenciarias y voluntarios de la Pastoral Penitenciaria y celebran el día de La Merced
24 septiembre de 2024La fiesta de Ntra. Sra. de La Merced reúne cada año a miembros de Instituciones Penitenciarias y a voluntarios de la Pastoral Penitenciaria para celebrar a la patrona.
Después de la jornada de convivencia que inauguró el Obispo, este domingo, hoy, la parroquia de Cristo Rey de Jaén ha acogido la Eucaristía en honor a la patrona de Instituciones Penitenciarias en las que han estado presentes, el Subelegado del Gobierno, Manuel Fernández Palomino; el director de la Prisión Provincial Juan Mesa; el Delegado de Justicia, Javier Carazo; el Subdelegado de Defensa, Evaristo Jaime Gutiérrez del Castillo, así como miembros de la Corporación Municipal y otras autoridades civiles y militares del ámbito provincial y funcionarios de la cárcel.
La celebración eucarística, presidida por el Provicario Gral. de la Diócesis, D. José Antonio Sánchez Ortiz y concelebrada por el Delegado de la Pastoral Penitenciaria, D. Domingo Pérez y uno de los capellanes, el salesiano, D. José González, ha contado también con muchos de los voluntarios que cada semana acuden a la cárcel para compartir su tiempo con los privados de libertad, haciendo así vida las palabras del Evangelio, “porque estuve en la cárcel y vinisteis a verme” (Mt, 25, 36).
Las lecturas han estado participadas por los voluntarios y el Evangelio proclamado por el Delegado Episcopal, D. Domingo Pérez.
En la homilía, el Provicario Gral. ha querido comenzar saludando a la familia de la Pastoral Penitenciaria, “a los que no podemos dejar de agradecer su labor desinteresada; a todos los presentes en esta celebración. Y, como no, tenemos un recuerdo muy especial hacia todos los presos y familiares, que también hoy celebran a su Patrona, Nuestra Señora de la Merced”.
Para, a continuación, fijar su mirada en María bajo su advocación de las Mercedes, para que siga intercediendo por aquellos que de forma profesional o voluntaria trabajan con los privados de libertad: “Esta mañana, acudimos a la Santísima Virgen de la Merced para que interceda ante su Hijo y nos alcance esas “mercedes” o “gracias” que necesitamos, que nos acoja con amor maternal y nos abrace como a su Hijo, para que podamos vivir en paz. Esa paz interior que sólo una madre puede dar a su niño pequeño y que Dios nos da a cada uno de nosotros a través de ella”.
D. José Antonio Sánchez Ortiz ha querido tener presente al que durante años ha dirigido la pastoral Penitenciaria en la Diócesis y que ya goza de la vida eterna, el sacerdote, D. José Luis Cejudo. En este sentido, ha afirmado, “durante muchos años, él ha sido quien ha preparado y celebrado esta fiesta, con ilusión y esmero. Y hoy es inevitable que lo recordemos con agradecimiento a Dios, por haberse servido de él para llevar la alegría del Evangelio a nuestra prisión, a todas las personas que viven y que trabajan allí, o que van a prestar un servicio a través de la pastoral penitenciaria. Su presencia siempre era sinónimo de serenidad y alegría. Sin duda alguna, dos actitudes vitales que brotaban de un corazón lleno de Dios. Que el Señor de la misericordia y de la ternura, por intercesión de Nuestra Señora de la Merced, le conceda el descanso eterno merecido a toda una vida de entrega ministerial a los demás, especialmente a aquellos que pertenecéis a la Institución Penitenciaria de nuestra provincia”.
Tras reflexionar sobre la Palabra de Dios proclamada, el Provicario General ha querido recordar que cumpliendo la voluntad de Dios, también seremos las madres y los hermanos de Jesús: “Es más, precisamente esa mirada a Dios es la que realmente nos capacita para poder descubrir que aquellos que tenemos a nuestro lado son hijos de Dios, y que los privados de libertad son unos de esos hijos predilectos de Dios, a los que debemos atender de una manera especial.”
Para concluir ha querido tener presentes a los presos y esa necesidad de paz que solo da la mirada de Dios. “todos necesitamos la mirada de Dios, cuántos más aquellos que se encuentran privados de libertad necesitan ese horizonte de esperanza que solo Dios puede dar, porque, en definitiva, Dios es conversión, perdón, sentido, felicidad….”
Tras la celebración eucarística, la Subdelegación del Gobierno ha acogido el acto institucional de este día con las diferentes condecoraciones que cada año otorga.