Más de cuatrocientos niños del Arciprestazgo de «El Valle» de Jaén celebran la Pascua
7 abril de 2016El templo de la parroquia de Cristo Rey acogió a más de 400 niños del Arciprestazgo de Santa María del Valle de Jaén para, juntos, celebrar la Pascua y, con la Adoración al Santísimo, preparase para el día de su Primera Comunión.
Esta iniciativa, que lleva celebrándose cinco años por las parroquias que pertenecen al Arciprestazgo de Santa María del Valle, y que está organizado por la Delegación Episcopal de Familia y en Defensa de la Vida y por la Delegación Episcopal de Catequesis, pretende, que los niños que hacen este año la Comunión, sean conscientes del tesoro tan grande que van a recibir, al mismo Dios..
Al acto, junto con los niños, catequistas y párrocos de las distintas comunidades parroquiales que forman el citado arciprestazgo, se dieron cita las familias de los niños de Comunión, quienes quisieron acompañar a sus hijos en este día.
La celebración comenzó con la procesión del cirio Pascual y del Evangeliario, desde la puerta del templo de Cristo Rey, hasta el presbiterio. El Delegado de Familia, D. Francisco de la Torre portó el cirio, seguido por un niño de cada parroquia que le acompañaron con una vela apagada en la mano, y, que posteriormente, el Delegado Episcopal fue encendiendo del cirio Pascual. Una a una las catequistas de cada parroquia fueron leyendo textos del Evangelio en referencia a que «Cristo es luz, la Luz del mundo». Más tarde, el párroco de Cristo Rey, D. Juan García Carrillo, proclamó el Evangelio de San Juan, «Yo soy el Pan de Vida», sobre el que se hizo una breve homilía.
A continuación, los niños pudieron participar en la Adoración al Santísimo. Uno a uno, los representantes de cada parroquia, leyeron en voz alta, ante Jesús Sacramentado, una postal que posteriormente habían rellenado, contestando a dos preguntas. «¿Por qué les hace ilusión recibir la Primera Comunión?» y «¿A qué se comprometen?». Momentos de mucha emoción y fervor, en el que los niños, «tan cerca de Cristo» pudieron hablarle, como a un amigo, y presentarle sus deseos, sus proyectos, sus compromisos y sus peticiones a pocos días de recibirlo por primera vez.
Tras la bendición con el Santísimo, un canto a la Madre de Dios, la Virgen Santísima puso el punto y final de esta celebración pascual y de adoración al Santísimo, como preludio de las primeras comuniones.