MANUEL ARANDA. La fidelidad a Cristo
12 noviembre de 2009El pasado sábado, día 7 de noviembre, se presentó en Martos y en el Colegio de San Antonio de los PP. Franciscanos, la publicación “Manuel Aranda. La fidelidad a Cristo”. Fue mucho más que la presentación de un libro. Suele suceder que por muy interesante que sea tal o cual libro, y por mucho interés que se tenga en él, nos quedamos sólo en sus páginas, fotos y hasta en el mensaje que nos trasmite, pero nos detenemos y no llegamos dentro de su alma: lo que significa más allá de lo que dice, el sentir y el vivir de los personajes, la luz que alumbra los paisajes y hasta las aguas subterráneas y las raíces que sustentan el entramado de capítulos, párrafos o líneas.
El acto que celebramos al presentar el libro sobre Manuel fue mucho más:
Fue un acontecimiento profundo y sencillo, lleno de calor humano y alegría cristiana; fue un encuentro de familiares y muchos amigos y amigas, que compartimos afecto y admiración por el joven Manuel, quien cautiva nada más conocerle.
Fue un homenaje al Seminarista mártir de Monte Lope Álvarez; un grito de amor, de perdón y de paz puesto en su boca pues que ya lo tuvo en el corazón, mientras derramaba su sangre por Cristo, quien es Camino, Verdad y Vida.
Fue una llamada para conocer a Manuel y aprender de él a ser fiel a las propias convicciones y a manifestarlas sin respetos humanos, aunque sí respetando a los demás.
A todo lo dicho contribuyó el Salón de actos, donde se celebró, muy bien acondicionado; los más de 200 asistentes, los saludos y atenciones de los anfitriones, la atención y el interés que pusieron ante las intervenciones. Fue magistral la presentación del libro a cargo de Don Juan Espejo, Director del Diario Jaén, quien reflejó no solo el contenido del texto, sino la relación de las experiencias culturales y las religiosas; su visión sobre Manuel y todo lo que él significa al estar íntimamente vinculado con su propio ámbito familiar; desentrañó los capítulos que contiene la publicación presentó, a modo de muestra y confirmación, párrafos seleccionados del la misma. Animó a la Asociación Manuel Aranda a continuar en el empeño y con el espíritu que los guía. Igualmente Don José María Sillero dio un entrañable testimonio de su conocimiento de Manuel y su relación con la Asociación que lleva el nombre del Seminarista. El autor, Antonio Aranda, propuso algunas sugerencias para la mejor lectura y dio cuenta de los motivos para escribirlo y lo que ha supuesto para él: “me he tenido que poner muchas veces cara a cara con Manuel y me dice: debes ser mejor sacerdote, más fiel a Jesucristo y mejor servidor de tus hermanos” ¿os parece poco?. Cerró el acto Miguel Bueno, Presidente de la Asociación, quien agradeció a los ponentes sus intervenciones, a los presentes su participación, e hizo nómina especial de instituciones y representaciones, así como de las adhesiones que se han recibido. La velada fue dirigida con soltura y sencillez por Enrique Víboras, terminando todo con la intervención de la Coral Tuccitana, dirigida por el padre franciscano Fernando Colodro, que entre otras interpretaron el Himno a Manuel Aranda.
Manuel Aranda Espejo, sí “un espejo” en el que poder mirarnos, para ver cómo se ama a Cristo y se le sigue apasionadamente, como Manuel… con el calor de los 20 años y la lozanía de un joven curtido al sol, entre olivares y en la austeridad del Seminario que hace hombres responsables, libres, valientes, versados en el saber y hasta en la ciencia, experimentados en la lucha consigo mismo, abiertos siempre a los demás. ¡Que bien se empapó Manuel de todos los valores que le ofrecía aquella vida! Sí, porque el acto también fue una propuesta vocacional y una llamada para el Seminario.
Antonio Aranda Calvo