Los seminaristas inician el curso a los pies de la Virgen de la Fuensanta con tres nuevas incorporaciones

El pasado fin de semana se abrió el nuevo curso para el seminario con una convivencia en el santuario de la Virgen de la Fuensanta, en el municipio de Villanueva del Arzobispo. Éste ha sido el lugar elegido para el reencuentro de los 18 seminaristas con los formadores y el Obispo de la Diócesis. Cabe destacar la incorporación de tres nuevos seminaristas: Guillermo, de Jaén, y Fran y Antonio, de Bailén.

El viernes, día 1, comenzó con la celebración de la santa misa en el santuario. A continuación, la reunión de valoración del curso anterior, donde se hizo la puesta en común de la experiencia pastoral vivida por cada seminarista durante el periodo estival. También, se adjudicaron los nuevos cargos y funciones de la comunidad para el nuevo curso.

El sábado, día 2, tuvo lugar la visita a Iznatoraf y su iglesia, la parroquia de la Asunción, donde nos esperaba su párroco, D. Juan Carlos Córdoba, para la celebración de la misa, que fue presidida por el rector del seminario. A continuación, se presentó la comunidad del seminario a la feligresía de esta localidad, en plenas fiestas del Cristo de la Veracruz, cuya imagen fue venerada durante la celebración. Asimismo, hubo lugar para la emoción, cuando el seminario obsequió a D. Juan Carlos con un regalo de agradecimiento por sus años de servicio como vicerrector y formador del seminario, período que acabó hace ahora justo un año con la toma de posesión de las nuevas parroquias.

El domingo, día 3, se celebró la santa misa de inauguración del curso en el santuario de la Fuensanta, presidida por el Obispo de Jaén. Don Sebastián aprovechó la prédica sobre el capítulo 16 de Mateo para alentar a los seminaristas a que salven sus vidas al estilo de tantos santos a lo largo de la historia. Para ello es necesario, señaló el Obispo, el despojo de las ambiciones mundanas, y transformar nuestras expectativas haciendo uso de la libertad, para unirnos así a la pascua del Señor. Todo buen discípulo, siguió, debe vaciarse de sí para ser dócil a la voluntad de Dios. Animó a dejarnos seducir por Dios, a descubrirnos y ser transparentes y fieles en medio de los sufrimientos de este mundo, pues seguir a Cristo supone estar dispuesto a compartir con Él humillaciones y sufrimientos. De esto va el camino de despojo hacia el sacerdocio.

La convivencia se cerró en la capilla mayor del seminario diocesano de Jaén, con la consagración de los tres nuevos seminaristas dentro de la celebración de las vísperas solemnes. Allí, acompañados de familiares y amigos, los tres nuevos seminaristas hicieron pública y de una manera solemne su entrada al seminario. De nuevo, el Obispo quiso agradecerles su valentía y generosidad, en un mundo que exalta la comodidad. Les pidió para esta nueva etapa de sus vidas ánimo, humildad y obediencia, a imagen de María; y dejarse seducir y capacitar para hacerse dóciles a la Palabra y la Voluntad del Señor.

Comienza en ellos un camino de conformación con Cristo, y de gestación de esa “obra de filigrana” que es el sacerdote, célula viva capaz de contagiar la felicidad de ser cristianos y verdaderos instrumentos para cambiar el mundo.

Galería fotográfica: «Inicio curso del Seminario 2023-24»

Víctor Manuel Vitutía Jerez
Comunidad Seminario Jaén