Los catequistas de San Bartolomé de Torredelcampo son enviados a anunciar el Evangelio en medio de este mundo
21 octubre de 2024Ayer, 20 de octubre, la Iglesia celebraba la Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND). Así, durante la Eucaristía de las 12.30 horas, dedicada especialmente a los niños y sus familias, se realizaba, en la parroquia de San Bartolomé de Torredelcampo, el rito de envío de sus catequistas.
La celebración eucarística estuvo presidida por el Vicario parroquial, D. Joël Nsenkey Mokuba y concelebrada por el sacerdote de la Diócesis de Kenge (República Democrática del Congo), D. Trésor- Célestin Nkaba Misambu.
La monición de entrada, las lecturas, la oración de los fieles, así como las ofrendas, fueron participadas por los propios catequistas. El Evangelio de San Marcos fue proclamado por el Vicario parroquial. Asimismo, el acompañamiento musical corrió a cargo del coro infantil de la parroquia.
Durante su homilía, el Vicario Parroquial recordó que la Iglesia celebraba el DOMUND. “Hoy la Iglesia nos recuerda que todos los bautizados tenemos una misión: llevar el Evangelio hasta los confines de la tierra”. En este sentido, quiso explicar que el DOMUND nos invita, además, a rezar especialmente por las misiones y los misioneros. “Oremos, especialmente, por esos hombres y mujeres valientes que entregan su vida para anunciar el Evangelio y transforman la vida de innumerables personas en todo el mundo«.
Del mismo modo, y haciendo referencia al lema elegido para la jornada de este año, «Id e invitad a todos al banquete», D. Joël recordó a todos los fieles, y de manera particular a los catequistas, que el Señor nos invita al banquete del altar, una celebración de vida y esperanza que compartimos como comunidad. «El Señor confía en nosotros para que invitemos a todos a unirse a su banquete, una llamada a compartir la abundancia de su amor. Nos llama a ser verdaderos discípulos en nuestra vida cotidiana, llevando su luz y su mensaje a todos los que nos rodean y en nuestro día a día”.
El Vicario parroquial culminaba pidiendo al Señor la gracia “para que el Espíritu esté con nosotros y que, a través de nuestros actos y palabras, irradiemos paz y amor.»
Posteriormente, el rito de envío comenzaba con la exhortación del sacerdote, en la que D. Joël animó a los catequistas a ser instrumento de evangelización y llevar el mensaje de la Buena Noticia, que ilumina nuestras vidas, a todos los catecúmenos: niños, jóvenes y adultos.
Posteriormente, tuvo lugar la profesión de fe, en la que los catequistas renovaron su compromiso, para continuar con la bendición y, finalmente, la veneración de las Sagradas Escrituras.
La Santa Misa culminaba con una foto de familia.