La Pastoral Penitenciaria organiza un Ciclo de visitas a la Catedral de Jaén
23 enero de 2010 Como se viene haciendo desde el año 2008, el primer jueves de cada mes un grupo de internos visita la Catedral de Jaén, aunque en este mes de enero, la salida se retrasó al segundo jueves, día 11, debido a que la primera semana del mes y año coincidió con las vacaciones de Navidad.
En esta ocasión, nos reunimos siete internos, un funcionario, seis voluntarios de Pastoral Penitenciaria en diversos momentos de la salida y el Delegado, pues en estas salidas no buscamos solamente que los reclusos vean un monumento con unos buenos guías, sino que procuramos tener una convivencia de miembros de Pastoral Penitenciaria con ellos fuera de las limitaciones, que necesariamente tenemos que respetar cuando nos vemos en la prisión.
Entre los internos, uno de Jaén tenía la ilusión de ver de cerca y poder tocar a Ntro. Padre Jesús por primera vez, después de su ingreso en prisión (ya sabemos lo que para un giennense significa esta imagen); otro de los compañeros venía a despedirse de la Catedral pues dentro de unos días se irá en tercer grado a su tierra, donde le espera la familia.
Como es costumbre, en la parada del autobús, que sube de la prisión, los esperaba un matrimonio de voluntarios (Manolo y Emilia) para acompañarlos a una típica churrería y desayunar churros calentitos con chocolate.
Pasando por el mercado central, nos trasladamos a la Plaza de Santa María, donde otro matrimonio del equipo de la Delegación (Alberto y Pepi), que también son guías oficiales de la Catedral, comenzó la visita del nuestro monumento emblemático. La explicación comenzó por la fachada y continuó en el interior; en el coro, don Alfonso Medina le hizo una demostración de los múltiples servicios del órgano y les interpretó una pieza de Bach. Subimos a la logia, las galerías superiores y bajamos al museo.
Antes de ir a comer, pasamos a visitar a Ntro. Padre Jesús en su Camarín, donde Don Antonio Aranda nos esperaba y nos hizo una exhaustiva catequesis sobre la imagen y lo que representa para un creyente. La visita terminó recibiendo un clavel de recuerdo.
Estas salidas de los primeros jueves se acaban siempre con la comida en un restaurante de la ciudad, en esta ocasión terminamos con un brindis por el compañero que en unos días por fin volverá a vivir con su familia.
José Luís Chaves
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