La Misa de Cabildos reúne a miles de devotos de la Patrona de Jaén
13 junio de 2017Este domingo de la Santísima Trinidad se celebraba en Jaén la festividad de su Patrona, la Virgen de la Capilla.
En la Basílica de San Ildefonso, donde tiene su Santuario Ntra. Sra. de la Capilla, se celebró, como es tradicional, la Misa votiva de Cabildos, con la presencia del Cabildo Catedral, presidido por el Deán, a la sazón, Vicario General de la Diócesis, D. Francisco Juan Martínez Rojas y el Cabildo Municipal, presidio por el Alcalde, D. Javier Márquez, en el año el que se cumple el 50 aniversario del nombramiento como Patrona y Alcaldesa Mayor de la ciudad.
La Eucaristía, presidida por el Obispo y concelebrada por un nutrido grupo de sacerdotes jiennenses, contó también con la presencia de numerosas autoridades civiles y militares, como la Subdelegada del Gobierno, Dª Francisca Molina; el Subdelegado de Defensa, el coronel Cándido Alonso Díez; el Comisario Provincial, D. Jesús Herranz; el Teniente Coronel, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil Jaén, D. Luis Ortega y el Jefe de la Policía Local, D. Rafael Domingo. Como es tradicional en esta celebración, dos policías locales, con el traje de gala, custodiaban, a cada lado, el presbiterio.
La Virgen de la Capilla presidía el presbiterio ataviada con el manto de los Condes de Corbull, de color rojo y bordados en oro.
La solemne celebración comenzó con la procesión inicial, después de que fuera leída la monición inicial, que relata lo que según el provisor y notario oficial del Obispado, D. Juan de Villalpando, contaron bajo juramento, tres moradores de la ciudad de Jaén, que vieron, la noche del 10 al 11 de junio de 1430, un cortejo celestial atravesar el arrabal de San Ildefonso.
El Orfeón Santo Reino interpretó la Misa compuesta exprofeso para la Virgen de la Capilla por el autor jiennense, Álvaro Flores Coleto.
Las lecturas que se proclamaron fueron la del domingo de la Solemnidad de la Santísima Trinidad, y no, como es habitual, las propias para este día.
Homilía
En su homilía el Obispo diocesano quiso unir la solemnidad de la Santísima Trinidad con la fiesta de la Patrona de Jaén, y después de saludar a las autoridades, a los Cabildos, a la Cofradía de la Virgen de la Capilla, a los miembros de las demás cofradías de la ciudad de Jaén y a los cientos de fieles congregados, explicó que este domingo de la Santísima Trinidad había que recordar que «la Virgen María es la Hija del Padre, la Madre del Hijo y la Esposa del Espíritu Santo». Para continuar diciendo: «La gran herramienta para acercarnos al Misterio de la Santísima Trinidad es la humildad de María, ‘Proclama mi alma la grandeza del Señor’. «La segunda herramienta» – contó el Obispo- «es la del asombro ante el misterio de Dios. Ante el misterio de Dios, lo más maravilloso es que Él nos da a conocer su intimidad a través de la revelación, y esa intimidad ha llegado a nosotros. Ese Dios, misterioso y grande, es un Dios amor en sí mismo, amor en su propia intimidad, amor en la relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y es un Dios no abstracto ni oculto para nosotros, sino que es un amor que Dios ha querido que descienda a nosotros a través de la fe».
En referencia a la solemnidad que se celebraba, el Prelado jiennense dijo, «La Santísima Trinidad es una elección de vida». Haciendo referencia a los textos bíblicos que habían leído minutos antes miembros de la Cofradía de la Virgen de la Capilla, el Obispo explicó, que esa oración que Moisés había elevado a Dios, podríamos hacerla nuestra y decir, «El Señor descienda sobre la ciudad de Jaén, descienda sobre nosotros, nos proteja, nos vaya dando vida, luz, fe y bienestar y armonía y buscar juntos el bien común».
En alusión a la fiesta de la Patrona de Jaén, el Pastor diocesano quiso recordar que la Virgen, «es la Hija amadísima del Padre, y todos los misterios que contemplamos en Ella son expresión del amor del Padre. Nadie como Ella experimentó la maternidad humana y divina: la que supo comprender y guardar las cosas en su corazón y ver la divinidad de Cristo. Ella es la esposa del Espíritu Santo que la llenó de su gracia y todo el misterio de la Santísima Virgen fue un misterio de presencia del Espíritu Santo. Y además en Jaén ese misterio de María tiene los mismos rasgos espirituales que la Trinidad».
La oración de los fieles, en la Jornada Pro Orantibus, quiso pedir ‘Para que los monjes y monjas de vida contemplativa, llamados a dar testimonio de la vida y la gracia de Dios el seno de la Iglesia, sean siempre fieles al don que han recibido de Dios, y surjan vocaciones para continuar el espíritu de oración constante que Cristo recomendó’. En la fiesta en la que se rememora el Descenso de la Virgen a la ciudad de Jaén, también se pidió para que ‘El Padre del cielo, que quiso auxiliar a nuestros mayores con el descenso de la Virgen María, se compadezca de los pobres de nuestra ciudad y de las familias sin trabajo e infunda en el corazón de sus ciudadanos el deseo de ayudarles’.
La Eucarística concluyó con el himno de la Coronación y el saludo del Obispo a las autoridades y a los representantes de la Cofradía. Antes de abandonar el Templo, se tomó una fotografía de familia con las autoridades, los canónigos y el cuerpo de camareras de la Santísima Virgen de la Capilla.