La Misa Crismal reúne a los sacerdotes de la Diócesis
22 marzo de 2016La Catedral de Jaén ha acogido, en esta mañana de Martes Santo, la Misa Crismal, presidida por el Obispo, Don Ramón del Hoyo y concelebrada por D. Antonio Ceballos, Obispo emérito de Cádiz y Ceuta, y a la que han asistido más de un centenar de sacerdotes llegados desde todos los puntos de la Diócesis, además de numerosas religiosas y feligreses.
En esta Eucaristía se realiza el rito de la bendición de los santos óleos, que servirán a lo largo de todo el año para ungir a los enfermos, a las personas que se confirman así como a los que reciben los Sacramentos del Bautizo o de la Orden Sacerdotal. También durante la celebración de esta Santa Misa, los presbíteros presentes han renovado sus promesas sacerdotales.
En su homilía, el Sr. Obispo, haciendo referencia a la etimología de las palabras ‘elaion’, aceite, y ‘éleos’, misericordia y recordando las palabras de Benedicto XVI ha dicho, «la unción para el sacerdote, significa también el encargo de llevar la misericordia de Dios a los hombre». Añadía Su Santidad: «En la lámpara de nuestra vida (del sacerdote) nunca debería faltar el óleo de la misericordia».
En este sentido, y con el Año Jubilar de la Misericordia de fondo, Don Ramón del Hoyo, ha apelado a los sacerdotes con estas palabras “Que nuestras manos impregnadas del santo crisma desde nuestra ordenación, continúen siempre desprendiendo ese buen olor de Cristo misericordioso como el Padre”. A lo que ha añadido, “Dios ha sido infinitamente misericordioso con nosotros, al querer que ejerzamos su sacerdocio. Este conmovedor misterio que se renueva en cada celebración, queremos actualizarle hoy, de forma tan especial, todos juntos. Hemos de procurar, con frecuencia, no incurrir en la rutina por la reiteración de los mismos actos. Cada uno es distinto. Necesitamos, al menos una vez al año, retroceder al momento en que Él, por medio de un Obispo concreto, nos impuso sus manos, para hacernos partícipes directos de tan altos misterios”.
Los santos óleos, que se han bendecido en esta Eucaristía serán repartidos, como cada año, por todas las parroquias de la Diócesis de Jaén.