La HOAC celebra el «8 de marzo» mirando la reforma laboral con ojos de mujer
14 marzo de 2022
«No hay esperanza sin lucha. Seguiremos trabajando hasta que la igualdad sea costumbre» era el lema que presidía el encuentro que, organizado por la HOAC, tuvo lugar en la parroquia de San Juan Bosco.
Introdujo el encuentro Ana Alcántara, Responsable Diocesana de Formación de la Hermandad Obrera de Acción Católica, animando a rememorar el pasado, ser agradecidas con el presente para mirar al futuro y lanzarnos valientemente hacia él. Recordó que un 8 de marzo de 1911 el pasado construyó el presente, cuando se celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, como una reivindicación a favor del derecho al voto, el derecho al trabajo y la no discriminación laboral. La elección de esa fecha, el 8 de marzo, tuvo su origen en los hechos sucedidos el 8 de marzo del año 1908, cuando 146 mujeres, trabajadoras de la fábrica textil Cotton, de Nueva York, murieron calcinadas en un incendio provocado por las bombas incendiarías que les lanzaron como respuesta ante la negativa de abandonar el encierro en el que protestaban por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían.
A continuación, los participantes en el encuentro se centraron en dirigir la mirada a la realidad, a las periferias donde la precariedad en las mujeres acampa con normalidad. Comunicando su propia experiencia o la de personas cercanas, fueron construyendo un tendedero de la vulneración del derecho humano al trabajo, en el que las afectadas fueron «tendiendo» cartulinas que recogían sus relatos de vida y trabajo, recordando como por ejemplo las empleadas del hogar han seguido trabajando durante el confinamiento, teniendo miedo a enfermar y a ser despedidas si faltaban al trabajo, sin cobrar desempleo ni indemnización por despido que ni es justificado por el empleador, o como se despide a trabajadoras cuando reclaman que se cumpla la ley no cobrando por debajo del salario mínimo interprofesional.
También se constató que las mujeres siguen sufriendo la desigualdad, la precariedad, el empobrecimiento y la exclusión en el mercado laboral, sufriendo más paro, más temporalidad y parcialidad, cobrando menos y trabajando más, penalizándolas por ser madres y con cuantías de pensiones más bajas… Agravándose su situación con la pandemia, ya que como consecuencia de la misma se ha retrasado este logro de igualdad salarial entre mujeres y hombres en 135,6 años, cuando en el año 2020 era de 99´5 años.
A continuación, se hizo la valoración de la recientemente aprobada Reforma Laboral, viendo positivo que ha sido una reforma consensuada, fruto del acuerdo y del diálogo mantenido entre sindicatos, gobierno y empresarios, un diálogo que humaniza y que refuerza la sociedad civil. Se valoró positivamente que la reforma plantee cómo acabar con la temporalidad, un mecanismo para proteger el empleo, evitando despidos y equilibrar la negociación colectiva. Pero es una reforma limitada al mercado de trabajo, que no es integral, que es provisional y no termina de abordar la problemática de las periferias del mundo del trabajo. En este sentido se planteó el compromiso de llevar este diálogo allí donde el trabajo sigue siendo indecente ya que el desempleo y otras materias han quedado fuera de la reforma.
Finalizó el encuentro, poniendo de manifiesto los asistentes la necesidad de derribar los muros de la precariedad y la desigualdad que viven las mujeres trabajadoras y comprometiéndose a seguir teniendo espacios seguros de encuentro y de toma de conciencia de que la desigualdad está provocada por el sistema socioeconómico. El primero de esos encuentros tendrá lugar próximo mes de abril, para seguir trabajando como Iglesia «hasta que la igualdad se haga costumbre».
Hermandad Obrera de Acción Católica. HOAC -Jaén