La fuerza de un «Sí»…¿y si, sí?

5 agosto de 2024

La vida es un camino lleno de decisiones, y algunas de ellas pueden marcar un antes y un después. Si estás leyendo esto, posiblemente no sea coincidencia, sino un “regalito” que Dios suele tener “debajo de la manga” y ha llegado hasta ti. No vamos a empezar preguntándote si te encuentres en un momento crucial de discernimiento en tu vida, o incluso más allá, preguntándote si el sacerdocio es tu vocación. Esta es una reflexión profunda y personal que merece ser tomada con seriedad y oración, incluso digno de un acompañamiento personal sosegado con el cual puedes contar si lo necesitas.

En estas líneas es momento de reflexionar sobre la fuerza que tiene un SÍ. Te invito ahora a explorar algunas razones para decir «SÍ» a la vocación sacerdotal en el caso que tengas indicios, curiosidad o de verdad sientas en ti la necesidad de responder al Señor.

ÍNDICE

Razones para decir SÍ

Discernir una vocación es una experiencia profunda y transformadora. Responder afirmativamente a esta llamada no solo enriquece tu vida personal, sino que también tiene un impacto significativo en la comunidad de la Iglesia y en el mundo.

  • Respuesta al Amor de Dios. El sacerdocio es una respuesta directa al amor de Dios. Sentir la llamada de Dios es reconocer su amor incondicional y ser consciente que tiene un plan específico para ti. Como señala el Evangelio de Juan: No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca” (Juan 15,16). Dios nos elige a todos con el propósito de llevar una vida llena de frutos en el servicio a su Pueblo.
  • Servicio a los Demás. El sacerdocio ofrece una oportunidad única para servir a la Iglesia de una manera propia y profunda. Ser sacerdote es estar al servicio de los demás, guiando espiritualmente, ofreciendo consuelo y siendo un faro de esperanza. Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos (Mateo 20,28). Siguiendo el ejemplo de Jesucristo, un sacerdote dedica su vida al servicio olvidándose de sí para que pueda brindar apoyo y amor a aquellos que lo necesitan, regalando su vida por siempre.
  • Vivir el Evangelio radicalmente. “Deja todo lo que tienes y sígueme” (Lucas 18,22). El sacerdocio es una llamada a vivir el Evangelio de manera plena y radical. Es una invitación a seguir los pasos de Jesús y sus apóstoles, comprometidos con la misión de difundir la Palabra de Dios y construir el Reino de los Cielos. Responder a la vocación sacerdotal implica un abandono total a los planes de Dios, dejando atrás las comodidades y seguridades para seguir un camino de fe y configuración continua con Cristo Buen Pastor.
  • Alianza y propósito. Los sacerdotes encuentran en la consagración sacerdotal su alianza con Dios, que conlleva una opción y propósito fundamental en la vida. Ser conscientes que esta llamada es un camino de santidad, además de encontrar en la respuesta al plan divino una alegría inigualable. Y la paz de Dios, que supera todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús (Fil 4,7). Esta alegría es un regalo que Dios otorga a los que se entregan completamente a su voluntad y misión.
  • Ser Instrumento de Dios“Haced esto en memoria mía” (Lucas 22,19). El sacerdote es como un canal a través del cual la gracia de Dios fluye hacia los demás. A través de los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Reconciliación, el sacerdote trae la presencia de Cristo a los fieles. No podemos olvidar el papel central que juega el sacerdote en la vida espiritual de la comunidad. Ser un instrumento de Dios en estos momentos sagrados es a la vez un privilegio y una responsabilidad inmensa.
  • Contribuir a la transformación del mundo. El sacerdocio permite participar de forma activa en la transformación del mundo a través del amor y la justicia del Evangelio. Los sacerdotes están llamados a trabajar incansablemente para promover la paz, la justicia y la caridad en sus comunidades y más allá. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. (Mateo 5,14). El sacerdote tiene la oportunidad de ser esa luz que guía y transforma, reflejando el amor de Cristo en su testimonio de vida.

Decir «SÍ» a la llamada sacerdotal es una decisión valiente y llena de retos. Es una respuesta al amor de Dios, un compromiso con el servicio a los demás, y una forma radical de vivir el Evangelio. Si estás en un camino de discernimiento en tu vocación, recuerda que no estás solo en este camino. La gracia de Dios te acompañará y te fortalecerá en cada paso del camino.

Y cuando vienen los obstáculos y las dudas ¿qué?

Es normal sentir miedo o vértigo ante una decisión tan grande. Recuerda que no estás solo.

¿Y mi familia? Hablar con tu familia sobre tu discernimiento puede ser difícil, especialmente si tienen expectativas diferentes para tu futuro. Sé paciente y comprensivo. Comparte tus expectativas y explícale la importancia de tu vocación. Reza por ellos y con ellos.

¿Y mis amigos? Es posible que algunos amigos no entiendan tu decisión. Mantén una comunicación abierta y sincera. Busca el apoyo de aquellos que respetan tu camino y que te animarán en tu discernimiento.

¿Y mis estudios? ¿y mi trabajo? Si ya estás inmerso en una carrera profesional, el cambio puede parecer abrumador. Reflexiona sobre lo que realmente te da paz en el corazón, que son como los “posos” que Dios va dejando por las personas, momentos, circunstancias que van sucediendo. A veces, un cambio radical es necesario para seguir la llamada de Dios.

Sé valiente: ¿Y si, SÍ?

Nunca es tarde para rumiar seriamente esta llamada, nunca es tarde para abrir tu corazón y preguntarte: ¿Y si SÍ? ¿Y si el sacerdocio es el plan de Dios para mi vida? Permítete el lujo de explorar esta posibilidad con momentos de oración, reflexión y valentía. Responder con un SÍ puede ser el inicio de una vida plena, llena de felicidad y bendiciones, no solo para ti, sino para todos aquellos a quienes servirás.

El discernimiento vocacional es un viaje que puede tener grandes desafíos, pero también está lleno de gracia y felicidad. Abre tu corazón a la posibilidad de que Dios te está llamando a algo grande. Y recuerda, el «SÍ» a la vocación sacerdotal no es solo una respuesta a Dios, es un compromiso con el amor y el servicio a la humanidad.

Si sietes esta llamada, da el paso con fe y confianza. El camino puede no ser fácil, pero te podemos ayudar. Si en lo íntimo de tu corazón ves que todos estos indicadores se dan y crees que son suficientes para dar un paso adelante:

  • habla con tu párroco,
  • con el sacerdote que te esté acompañando,
  • o con esa persona que te está ayudando en tu camino de fe,
  • o bien dirígete al Seminario preguntando por uno de los formadores: 953 23 00 23.

Quizás estés algo nervioso… “¡NO TENGAS MIEDO!” ES EL SEÑOR EL QUE ESTÁ DETRÁS, SIEMPRE TE SOSTENDRÁ Y TE DARÁ LA FUERZA NECESARIA.

El Seminario te ofrece medios para tu discernimiento y tu formación 

  • EL SEMINARIO MENOR . Seminario menor en familia: para muchachos a partir de 1º de la ESO hasta 2º de Bachillerato que participan quincenalmente, en un fin de semana, en todas las actividades organizadas en el Seminario, que ayudan en el discernimiento de sus inquietudes vocacionales y encaminadas a la preparación para el acceso, en su momento, al Seminario Mayor.
  • EL PRE-SEMINARIO. Es un tiempo previo a la entrada al Seminario Mayor. Jóvenes con inquietud vocacional se reúnen en el Seminario durante un fin de semana completo, junto a la Comunidad del Seminario Mayor, para discernir su vocación sacerdotal. En este proceso son acompañados por los formadores del Seminario.
  • El CURSO PROPEDÉUTICO O DE INTRODUCTORIO . Se trata de un tiempo fuerte de discernimiento que según el candidato y su proceso inicial de formación dura un curso normalmente.
  • El candidato vive un tiempo introductorio al Seminario Mayor, en comunidad con otros, para en su momento integrarse totalmente a la Comunidad del Mayor compartiendo todas las dimensiones de la formación, además de los estudios propios para el sacerdocio.
  • LA EXPERIENCIA «COME AND SEE». Experiencia “Ven y Verás” posibilidad de que cualquier joven con inquietud vocacional venga al seminario a pasar un sábado conviviendo con los seminaristas.
  • 4K. El proyecto «4K» pretende convocar y acompañar a los jóvenes interesados o que lo soliciten a través de un grupo joven de discernimiento, a partir de los 16 años. Algunos Domingos del curso se quedará en el Seminario para trabajar con los chicos la realidad del discernimiento vocacional.

Y las distintas actividades que se te ofrecen desde la Pastoral Vocacional.

PORQUE A VECES UN JOVEN NO SÓLO SE HACE PREGUNTAS, SINO QUE SE AVENTURA. LEVANTA EL PIE DEL ACELERADOR Y PÁRATE PARA VER HACIA DÓNDE VAS. LO ÚLTIMO QUE QUEREMOS: QUE SEA DEMASIADO TARDE. 

Pepe Navarrete
Vicerrector del Seminario y Delegado de Pastoral Vocacional

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