La Eucaristía en la gruta de las apariciones centra el cuarto día de la peregrinación a Lourdes
1 julio de 2022En este último día de estancia en Lourdes, día lluvioso, los peregrinos llegados desde Jaén pudieron vivir tres momentos únicos que los han llenado de alegría y esperanza.
La mañana comenzaba con la celebración de la Eucaristía en la gruta de las apariciones, presidida por el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez y concelebrada por dos obispos y una cincuentena de sacerdotes. Un millar de peregrinos de distintas hospitalidades españolas han participado de la santa Misa, en la que el Prelado jiennense, durante su homilía alentaba a los presentes a seguir el ejemplo de servicio y humildad de María, especialmente para con los enfermos y necesitados. “Hoy, venimos a invocar a nuestra Madre, y a presentarle nuestras vidas, nuestras inquietudes, nuestro miedos… pero también nuestra gratitud y la invocamos como Madre, como intercesora. Ella es la puerta del corazón de su Hijo, Jesucristo”, expresó Don Sebastián.
El Obispo animó a los fieles convocados en torno a la gruta a invocar a María a través de dos realidades, la “primera, en la Eucaristía junto a Ella, y la segunda, rezando el Santo Rosario.
Concluyó expresando, “Puestos en la presencia de nuestra Madre en, esta puerta del cielo que es Lourdes, queremos presentarle nuestra gratitud. Que llevemos ese ‘Gracias’ a nuestra tierra para hacer crecer la esperanza a los que sufren, a los enfermos, a las personas en soledad. Queremos ir al mundo entero y anunciar que Cristo vive”.
Después, los peregrinos participaron en el ejercicio piadoso del Vía Crucis, que en la montaña ha sido presidido por Don Sebastián, y para aquellos que no podían subir se rezó en el salón del hotel, presidido por D. Jesús Díez del Corral.
Otro de los momentos más entrañables de este día fue una reunión en el hotel donde los peregrinos pudieron compartir su experiencia estos días. Un momento de compartir sincero y enriquecedor.
Hoy concluye, en la Basílica del Pilar en Zaragoza, la peregrinación diocesana, con la celebración de una Eucaristía conventual a los pies de la imagen de “la Pilarica” presidida por el Obispo de Jaén.