La Diócesis homenajea a Soledad González en su jubilación
17 octubre de 2011 El pasado martes, 11 de octubre, se celebraba, en el templo del Sagrario de la Santa Iglesia Catedral, una misa en homenaje a la jubilación de Soledad González Ruíz, secretaria de Notaría de Matrimonios del Obispado de Jaén.
Dicha celebración estuvo presidida por el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo López, y concelebrada por el Sr. Vicario General, el Sr. Canciller- Secretario y un importante número de sacerdotes procedentes de toda la Diócesis.
Asistieron, además, todos los miembros de la Curia y de Cáritas Diocesana, así como familiares y amigos.
Soledad González ha trabajado en el Obispado alrededor de 40 años. Durante este tiempo han tutelado la Casa Episcopal cuatro Obispos diferentes: D. Félix Romero Mengíbar, D. Miguel Peinado, D. Santiago García Aracil y, actualmente, D. Ramón del Hoyo López.
Además, Soledad, ha ocupado diferentes puestos de trabajo. “Comencé en la Secretaria de Pastoral. Antes la diócesis estaba dividida en tres vicarias, con tres Vicarios y yo realizaba las funciones de secretaria. Después pasé al Tribunal Eclesiástico. Allí trabaje con D. Casto Martos Cabeza y Ramón Romera Vera. Estaba muy contenta con ellos y me trataron muy bien, pero realmente a mí las peleas de matrimonios no me gustaban, era muy duro. Así que empecé a trabajar más directamente con D. Miguel Peinado: le pasaba a limpio las homilías y otros documentos, le llevaba la agenda, le acompañaba a las visitas… realizaba funciones básicas de Secretaria”.
Igualmente, en la época de D. Miguel Peinado empezó a ayudar en la Notaría de Matrimonios. “Los días que no estaba con D. Miguel, estaba en la notaria. Cuando D. Miguel se jubiló y se fue a Granada me fui a trabajar a Secretaría de Notaría de matrimonios definitivamente, ya que Antonio Jiménez Córcales, uno de los dos curas que trabajaba allí, se jubiló. Allí he pasado más de 20 años”.
Su paso por la curia diocesana la valora muy positivamente. “Mi valoración es totalmente positiva. Estoy muy contenta, porque he tenido mucha suerte de trabajar aquí. Me he sentido querida, arropada y respetada. Yo entré muy joven y fui muy bien acogida. A mí me han querido mucho, y me quieren, sobre todo los más mayores que son con los que más he podido tratar. El clero me ha ayudado mucho en mi trabajo y me ha hecho sentir feliz y a gusto”.
Soledad se muestra muy agradecida por todo lo vivido y aprendido a lo largo de estos años. “Siempre piensas que podrías haberlo hecho mejor y esa es mi sensación ahora. Aunque lo he hecho lo mejor que he podido. Este y el de Cáritas han sido mis primeros trabajos, y los únicos. Aquí me han enseñado a trabajar y a ser responsable. Me han enseñado a esforzarme en mi trabajo, a ganarme el dinero. Aunque mi familia me ha enseñado muchas cosas, también aquí me he formado como persona y eso se lo agradezco mucho a esta Casa”.
Asimismo, elogia su relación con todos los Obispos. “Con D. Félix Romero estuve muy poco, un año y algo, casi no me dio tiempo a conocerlo. A él lo he tratado menos. Pero con D. Miguel Peinado trabajé mano a mano y llegamos a querernos muchísimo. Y con D. Santiago y, ahora con D. Ramón, también he tenido muy buena relación. Para mí todos han sido muy buenos Obispos”.
“Incluso, cuando D. Félix Romero se fue, D. Félix Martínez Cabrera se quedó de Obispo Capitular, como se le llamaba antes, y también se portó muy bien conmigo, me acogió muy bien y me ayudó mucho”, continúa.
Afirma, además, que tiene muy buenos recuerdos de todos estos años. “Me he sentido siempre como en familia. Tengo muchísimos recuerdos, pero por ejemplo, recuerdo con mucho cariño aquellos días en los que nos íbamos a comer todos juntos al campo”.
Aunque Soledad no ansiaba su jubilación ahora podrá disfrutar de un merecido descanso y, como ella misma afirma, podrá dedicar más tiempo a cuidar de su madre.