La Cruz de Lampedusa en Baeza: Un regalo del Papa que nos acerca a los pobres
16 diciembre de 2019El pasado viernes, 13 de diciembre, recibimos en la Iglesia de Baeza, la Cruz de Lampedusa, que por deseo del Papa Francisco está recorriendo muchos lugares, donde está siendo acogida con mucho cariño. Es una oportunidad que aprovechamos para reflexionar, ante ella, sobre los graves problemas que están sufriendo muchísimas personas, que utilizan los débiles cayucos (trozos de madera con la que está hecha la Cruz) para salvar su vida, aunque, en ocasiones, les resulta imposible llegar a conseguir una vida mejor.
¿Recordáis aquello de “ojos que no ven, corazón que no siente”? la Cruz de Lampedusa nos ayuda a no olvidar la tragedia que tantos seres humanos padecen por la indiferencia de las personas que tienen el poder para cambiar, o al menos para aliviar, esta tragedia.
La Iglesia, una vez más, escucha a Jesús de Nazaret e intenta, ya que el problema es de gran envergadura, dar vida en sus lugares de origen, a través de los misioneros. Asimismo, cuando llegan a nuestras costas de Andalucía, u otras costas que bañan el mar Mediterráneo, los acogemos con nuestros recursos.
La llegada a Baeza de la Cruz de Lampedusa nos llenó de alegría, de reflexión y oración. Los sacerdotes ya habíamos organizado como aprovechar este regalo del Papa Francisco que, con gestos múltiples, nos ayuda a no mirar a otro lado ante la pobreza, en muchas ocasiones, provocada por no ofrecer oportunidades a los que se encuentran viviendo la persecución religiosa, política o la miseria.
Por la mañana la recibimos, procedente de Úbeda, en el templo de San Ignacio, donde hicimos una oración compartida con las directoras, voluntarios de Cáritas y otros fieles. Allí pudimos venerar la Cruz que nos visitaba.
Más tarde, en la explanada de san Ignacio, y muy cerca del albergue municipal donde los voluntarios de Cáritas hacen el servicio de comedor, se hizo lectura, por parte de algunas personas de otros países, del “manifiesto” preparado por el Secretariado de Migraciones. Fue un acto muy emocionante.
Después, la Cruz se trasladó al templo de San Pablo, donde, por la tarde, los fieles y los niños de la catequesis, reflexionaron y rezaron con el apoyo de un “Vía Crucis”.
Tras esta oración, los niños, los jóvenes, los catequistas, el párroco y los demás fieles hicimos el traslado de la Cruz al templo de San Andrés. Durante el camino fuimos cantando, con la ayuda del coro infantil de nuestra comunidad parroquial. Una vez en el templo, hicimos una oración muy participativa, con niños y adultos, sobre las catorce “Obras de Misericordia”. Finalizamos dando besos solidarios a esta Cruz tan significativa.
Posteriormente, un grupo de adultos de la comunidad parroquial de El Salvador, acompañados por su párroco, llevaron la Cruz de Lampedusa a su templo, donde celebraron la Eucaristía y, posteriormente, una vigilia de oración por los jóvenes.
Ha merecido la pena el día tan intenso vivido por muchos cristianos de la Iglesia de Baeza, junto a la Cruz de Lampedusa. Gracias a quienes lo han hecho posible.
Parroquia de Santa María del Alcázar y San Andrés de Baeza