La cruz de la JMJ cerca de los más humildes
22 septiembre de 2021Tras el paso de la Cruz Peregrina y la imagen de Nuestra Señora Salus Populi Romani por la ciudad de Jaén, los iconos de la JMJ se trasladaron por la tarde hacia Linares. Minutos antes de las 6 de la tarde eran acogidos en el barrio de los Arrayanes, donde dio comienzo un Vía Crucis. En él participaron los sacerdotes de Linares y multitud de fieles de todas las edades, pertenecientes a las distintas parroquias.
Nuestro Obispo, Don Amadeo Rodríguez Magro, quiso iniciar la jornada vespertina, explicando que, esa cruz que iba a acompañar el recorrido del Vía Crucis, era la que había bendecida por el Papa San Juan Pablo II, “para que dirigiera el camino de todos los jóvenes que participaran en los acontecimientos como el que se prepara para 2023, la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa”. En este sentido Don Amadeo manifestó que “siempre hay un antes y un después de haber participado en una JMJ, porque se hace un camino. Es hacer un camino en el que hay un encuentro muy especial con la persona de Jesucristo, se trata de un encuentro de fe, pero también de un encuentro muy especial con la Iglesia y con el Papa”.
Igualmente, el Pastor diocesano subrayó que todos los que estaban participando, tuvieran la edad que tuvieran, eran jóvenes, “porque la juventud es una marca que permanece a lo largo de la vida si nosotros sabemos ponerle un buen sello y una buena señal. Y no hay mejor marca para la juventud que llevar la cruz salvadora de Cristo. Vamos a hacer este camino para encontrarnos al final con Cristo resucitado. Porque, no lo olvidemos, lo amamos y queremos a Él muerto y resucitado. Así que hacemos este camino del Vía Crucis, como siempre, con esperanza y con alegría”.
Después de estas reconfortantes palabras comenzó el recorrido por las calles de este humilde barrio linarense. Tras las catorce estaciones, el Vía Crucis culminaba en el patio de la parroquia de San Sebastián, donde Monseñor Rodríguez Magro quiso agradecer especialmente a los voluntarios todo el trabajo realizado a lo largo del día. Asimismo, quiso despedirse afirmando que “quien encuentra a Jesús encuentra la alegría, la esperanza y la paz”. Y añadió: “Jesús resucitado, ponemos ante ti a todos los que te has ido encontrando en el camino y también los ponemos en el corazón de tu Madre, porque María guarda todas nuestras cosas en su corazón”.
Tras la oración final, se despidieron los iconos de la JMJ, que partió inmediatamente hacia Baeza, donde se celebró el encuentro «Camina con Jesús” y una vigilia de adoración. La jornada finalizaba en Úbeda.