La Catedral de Jaén acoge la confirmación de más de un centenar de jóvenes
27 abril de 2017Más de cien jóvenes y algunos adultos de las Parroquias de San Pedro Poveda, San Juan Pablo II y San Miguel de Jaén recibían, ayer, el Sacramento de la Confirmación de manos del Obispo de la Diócesis, Don Amadeo Rodríguez Magro.
La Catedral de la Asunción de Santa María acogió la celebración de este Sacramento en la que los confirmandos acudieron acompañados de sus familiares, padrinos y madrinas de la Confirmación y de la comunidad parroquial de San Pedro Poveda.
La celebración eucarística la presidió el Obispo de la Diócesis, Don Amadeo Rodríguez Magro, acompañado del Vicario General y Deán de la Catedral, D. Francisco Juan Martínez Rojas, así como de los párrocos de San Pedro Poveda y San Juan Pablo II, D. Julio Segurado y D. Francisco León, respectivamente.
Al concluir la proclamación del Evangelio, y la bendición del Obispo con el Evangeliario, los confirmandos fueron llamados por Parroquias, para presentarse ante el Prelado. El párroco de San Pedro Poveda, D. Julio Segurado explicó que los presentes habían sido bautizados, con el compromiso de sus padres de ayudarles a crecer como cristianos y de que un día recibirían el Espíritu Santo, plenamente, por la Conformación. En nombre de los catequistas que les han acompañado en este camino y como responsable del itinerario de su educación en la fe, le pedimos que les imponga las manos y los unja en la frente con el signo de la cruz, para que reciban el Espíritu de la verdad y del amor, el Espíritu de la fortaleza y de la santidad, que les capacite para ser testigos valientes de Cristo en el mundo que les toca vivir y miembros activos de esta Iglesia confiada a su cuido pastoral en la que han de peregrinar.
A continuación, un grupo de los que iban a recibir al Espíritu Santo a través del Sacramento de la Confirmación, pronunciaron un manifiesto, en el que declaraban:
«Los que vamos a recibir el sacramento de la Confirmación estamos convencidos de que el Espíritu Santo viene a nosotros de un modo más pleno».
«Queremos que nuestra vinculación a la Iglesia por el Bautismo se haga más firme por la imposición de las manos de nuestro Obispo y la unción en la frente con el aceite sagrado, para que así se fortalezca nuestra pertenencia a Jesucristo y la adhesión a su Evangelio».
«Por eso manifestamos: que sentirnos hijos de Dios y saber que Dios nuestro Padre está presente en todo y en todos nos ayuda a amar la vida y querer vivirla plenamente; que somos conscientes de que debemos hallar nuestro lugar en la Iglesia y en la sociedad, puesto que tenemos una misión que cumplir según nuestra vocación; que hemos descubierto en Jesús un amigo imprescindible y un guía definitivo: siguiéndolo estamos convencidos e que andamos por el buen camino; y sabemos que en la ruta que como cristianos vamos recorriendo no estamos solos: contamos con la fuerza del Espíritu Santo. Él nos acompaña y nos empuja para vivir una vida nueva».
«Por eso todos nosotros, sintiéndonos con el apoyo de los que nos vienen animando y confiando plenamente en la ayuda de Dios y en la fuerza de su Espíritu, queremos llevar a cabo nuestro compromiso cristiano».
Homilía
En un gesto de cercanía con los jóvenes que iban a recibir el Sacramento de la Confirmación, el Obispo quiso comenzar abandonando su cátedra para ofrecer la homilía desde el ambón.
Don Amadeo comenzó saludando a los párrocos y a todos los congregados. Para explicar que predicaba desde el púlpito porque quería «hablar con vosotros y para vosotros».
El Obispo expresó que «cada vez que confirma a un grupo de personas se pregunta, ¿con qué ilusión venís?, ¿qué traéis en el corazón». En este sentido, dijo, «me imagino que habéis venido contentos porque vais a recibir este Sacramento, y porque habéis llegado a la meta de la iniciación cristiana. Eso significa que lo que toca, a partir de ahora es crecer, madurar, ir creciendo en valores. Todas esas cosas que os hacen felices, concentrarlas en algo muy importante: esta tarde vais a recibir un gran tesoro. Vais a recibir el Espíritu Santo. Y cada vez que el Espíritu Santo llega a nuestra vida la cambia, la transforma, hace de nosotros unas personas nuevas, nos madura».
El prelado jiennense explicó a los confirmandos, «Vais a recibir los dones del Espíritu del Señor y van a dar fruto. Es el Espíritu el que viene a daros la vida, y a enseñaros a vivir como cristianos. Por eso, yo os invito a que acojáis en el corazón ese Espíritu».
Don Amadeo concluyó diciendo: «Todo lo bueno, lo bello y lo noble que sucede en el mundo es por la acción del Espirítu Santo en la Iglesia y en el corazón de cada uno de vosotros».
Después de la renovación de las promesas bautismales, uno a uno fueron acercándose hasta el presbiterio, acompañados de sus padrinos, para ser ungidos con el santo crisma y recibir así el Espíritu Santo.
A continuación se realizó la oración universal de los fieles, en la que se pidió por la Iglesia, por el Obispo de la Diócesis, por los confirmandos, por los padres y padrinos y por los catequistas.
Ya en las ofrendas, junto con el Vino y el Pan, se ofreció una colecta que habían recogido los confirmandos y cuyo destino es el Seminario, «donde se preparan los que un día nos ayudarán con su ministerio a hacer fecundo en la Iglesia el don recibido hoy de sus manos«.
La Eucaristía contó con el acompañamiento musical de la Parroquia de San Pedro Poveda.
Al concluir, todos los confirmandos, catequistas, padrinos y párrocos se hicieron una foto de familia junto al Obispo diocesano.