La carne de Cristo son los refugiados
21 junio de 2016Coincidiendo con el Día Mundial del Refugiado, que se conmemoraba ayer, 20 de junio, en los salones de la Parroquia de San Félix se celebró la mesa de oración organizada por el grupo de Cooperación Fraterna de Cáritas Diocesana de Jaén.
Contó con la asistencia de, D Jesús Castro, Delegado de la Delegación Episcopal de Migraciones, quien comenzó contando sus primeras experiencias con este colectivo en Ceuta, acogiendo de forma permanente a inmigrantes de diferentes orígenes.
Se hizo eco de distintos aspectos trabajados en el reciente Encuentro de Migraciones celebrado en El Escorial, dejando claro que “no debemos de acoger a los refugiados por caridad, sino por justicia, que existen unos tratados internacionales que además hay que cumplir; en cuanto al tema religioso, aclaro que “Islam” significa “paz, y que al igual que el resto de religiones, la conforman personas y no solamente ideas”; y finalmente afirmó que “es la “comunión” la que marca el signo eclesial y en este caso más aún”.
Nuestro Delegado, nos hizo pensar en la tarea pendiente, pues expuso que para trabajar con inmigrantes no es necesario irse a las fronteras, sino que hay mucho trabajo que hacer en Jaén, con los que ya están aquí, y nos interpeló en cómo los acogemos y qué trato les damos.
Otra de las ponentes, Magdalena, nos puso frente al tema de la posición como Iglesia y los refugiados, comentó que nuestra visión es a corto plazo, la que en muchas ocasiones nos presentan los Medios de Comunicación. Afirmó, “que hay una necesidad de solidaridad perpetua, que nos preguntamos por qué no llegan los refugiados sirios, pero… ¿y los que están aquí?”.
El inicio en el trabajo con los inmigrantes está en crear una inquietud, unos espacios de encuentro que creen vínculos y nos ayude a cambiar la mirada y a crecer como personas.
Es necesario abrir las parroquias, hasta las más pequeñas, ayudarles a buscar casas donde vivir, y sobre todo trabajar la sensibilización.
Adama, comenzó con unas palabras bellísimas, “la paz esté con vosotros”, agradeciendo lo mucho que hacen por él la Iglesia y Cáritas.
Este guineano, lleva casi un año aquí, y actualmente convive con D Jesús Castro.
Sus palabras reconocía el gran trabajo que hace la Iglesia por acoger a los inmigrantes, pero afirma aún existen muchos prejuicios, “tanto de los blancos hacia los negros como de negros hacia los blancos”.
Es necesario que todos nos quitemos los miedos, y que logremos comprender que el intercambio de cultura e ideas lo único que crea es riqueza.
Nos pide que tengamos en cuento que todo para un inmigrante todo es diferentes, casa, ropa, comida… y que todo queda atrás llegan a un sitio totalmente distinto y han de acostumbrarse, pero para ello es necesario darles tiempo y sobre todo el acercarnos.
Tras esto, en el compartir de los presenten salieron a la luz ideas como que es necesaria más humanidad, pues por encima de todo los inmigrantes son personas.
Para quienes están aquí es necesaria la colaboración de los políticos, sin irnos más lejos, los alcaldes, aunque hay que seguir presionando a los gobiernos para que cambien su actitud y por tanto sus políticas restrictivas por unas dirigidas a la ACOGIDA.
“No hay caridad sin justicia, ni justicia sin caridad, toda justicia ha de hacerse con amor”, comentaba el Director de Cáritas Diocesana, Rafael López Sidro, además, añadía, que “hay que leer los signos de los tiempos, Dios nos está preparando para un “nuevo mundo” y los cristianos en estos cambios hemos de trabajar al lado de las personas, sin distinción, pero para eso, primero hemos de pasar por un cambio personal”.
La palabra ACOGER, también fue interpelada, con la cuestión de si tenemos recursos suficientes, la respuesta es sí, tenemos medios suficientes, pero tenemos mucho más miedo hacia este colectivo, y para terminar con este miedo, es necesario tender puentes, facilitar encuentros personales, experiencias de intercambio positivas.
Es Javier, responsable del equipo de Cooperación Fraterna, quien nos anima a no repetir la Palabra de Dios, sino a vivirla.
Equipo de Cooperación Fraterna
Cáritas Diocesana de Jaén