El Obispo se reúne con las contemplativas en la Jornada Pro Orantibus 2022
13 junio de 2022«La vida contemplativa: lámparas en el camino sinodal», ha sido el lema de este año de la Jornada Pro Orantibus, que la Iglesia celebra en la solemnidad de la Santísima Trinidad, el domingo siguiente a Pentecostés.
El domingo, 12 de junio se celebraba la Jornada, desde las 11:00, en el Monasterio de San Antonio de las Hermanas Pobres de Santa Clara de Baeza. Como llamada-invitación de nuestro Obispo a los 19 monasterios de vida monástica con implantación en nuestra Diócesis, haciéndose presentes 12 más el anfitrión de clarisas.
La jornada tuvo tres actos o momentos diferentes:
La celebración de la Eucaristía presidida por Don Sebastián Chico Martínez y concelebrada por varios sacerdotes: el Visitador de Monasterios, el Capellán de San Antonio, el Capellán castrense, un misionero de Baeza en Mérida (Venezuela), el párroco de Begijar y el Secretario del Sr. Obispo. Con la participación de las religiosas venidas de distintos puntos de la geografía diocesana: Agustinas de Baeza; Carmelitas de Beas de Segura, Jaén, Linares y Úbeda; Clarisas de Alcaudete, de San Antonio y de Santa Catalina de Baeza, Bernardas y Santa Clara de Jaén y de Úbeda; Dominicas de Villanueva del Arzobispo y Trinitarias de Andújar. El Prelado jiennense, en su homilía resaltó el profetismo de la vida contemplativa y la riqueza de su presencia en la Diócesis.
Don Sebastián comenzó su predicación expresando, “Al contemplar el misterio de Dios, el primer sentimiento ha de ser el de la veneración y la gratitud”. Para después, haciendo referencia al lema escogido para este año, añadir: “«La vida contemplativa, lámparas en el camino sinodal». Los contemplativos son lámparas encendidas a los pies del Señor, ofrecidas por cada uno de nosotros. Lámparas que intentan poner luz en medio del nuestra sociedad».
Son hombres y mujeres que se sienten llamados a dedicar su vida entera a la oración, al trabajo y a la comunidad dentro de un monasterio, viviendo la paz, la alegría y el amor que brota de la entrega a Dios. Aunque dé la impresión de otra idea, son personas que aman la vida, solidarios con los hermanos y comprometidos en la transformación del mundo. De ninguna manera la vida contemplativa es una evasión del mundo, un desentenderse de la sociedad, ya que la vida contemplativa es expresión del amor a Dios y no se puede amar auténticamente a Dios sin amar a la humanidad”.
Para finalizar la homilía, el Obispo manifestó: “Gracias por ayudarnos a valorar más el silencio y la oración, ante el ruido de nuestra sociedad, por ser faro luminoso en nuestro camino en medio de la oscuridad, por estar tan cerca de nuestras necesidades, inquietudes, tristezas y sufrimientos. Vuestros ojos viven fijos en el Rostro del Señor y vuestro corazón, abierto a nuestras necesidades se hace oración, haciendo de toda vuestra vida una ofrenda de redención. Pedimos al Señor que os custodie en su amor, os bendiga con nuevas vocaciones, os aliente en la fidelidad cotidiana y os mantenga la alegría de la fe”.
Después, tuvo lugar un encuentro-diálogo con el Obispo. Agradeciendo la participación e informando de la realidad de la diócesis y los cambios acometidos hasta ahora; de las reuniones por vicarías que va a tener con todos los sacerdotes de la diócesis a lo largo de esta semana; y les preguntaba a las religiosas qué retos tiene hoy la vida contemplativa. A lo que las hermanas respondieron en un rico diálogo: la obediencia, la falta de vocaciones, la formación de las que vienen de fuera de España, el uso de los medios de comunicación, la formación humana… Por unanimidad se aceptó volver a tener este encuentro el próximo año y, en la medida de lo posible, ofrecer otro encuentro de formación para todos los monasterios. El Sr. Obispo hizo entrega de un obsequio como recuerdo para todos los monasterios; también las clarisas de San Antonio hicieron un obsequio a todos los participantes.
El tercer momento fue la comida fraterna que las religiosas de San Antonio habían preparado con mucho cariño para todos. Todos tuvieron palabras de agradecimiento por la disposición para aceptar que se realizara el encuentro en su casa, por la preparación de todo y por el esfuerzo de llevarlo a cabo con alegría y amor.
Desde la Delegación Episcopal para la Vida Consagrada agradecemos al Sr. Obispo por la idea de celebrar de la Jornada Pro Orantibus de esta manera, a las clarisas de San Antonio por la acogida y disposición, desde el primer momento, para que se pudiera llevar a cabo, y a todas las religiosas que hicieron el esfuerzo de desplazarse para participar en el encuentro.
Manuel Alfonso Pérez Galán
Delegado Episcopal para la Vida Consagrada