Finaliza el Solemne Triduo en Honor de María Santísima de la Paz en Jaén
26 enero de 2017Y llegó el día, 25 años desde que llegaste para ser bendecida. Pasaban unos pocos minutos de las siete de la tarde, cuando llegó el oficiante de este último día de Triduo, S.E.R. Fray Carlos Amigo Vallejo O.F.M., Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla. Mientras cruzaba el pasillo central de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Belén y San Roque, los feligreses cumplían con un silencio solemne, a pesar de hallarse al completo de su aforo, incluso encontrándose devotos de pie en los pasillos laterales de la parroquia.
Al iniciar la liturgia, Monseñor Cardenal D. Carlos Amigo nos dedicó unas palabras a los feligreses haciéndonos entender que la frase que «el señor esté con vosotros» engloba toda la virtud y todas las cosas positivas y buenas que puedas desearle a un buen cristiano. Puesto que Dios es el principio y el fin, decirle a un católico que Dios esté contigo, es decirle, que estará siempre acompañado de Él y que su vida, a pesar de las dificultades, estará colmada de toda la dignidad posible.
Durante la homilía, Monseñor Cardenal D. Carlos Amigo habló de dos temas fundamentales. Por un lado, explicó porque la Paz tiene que ir hermanada con la Justicia, porque si no existe justicia, una justicia para todos, sin obstáculos ni diferencias de cualquier tipo, entonces se conseguirá la tan ansiada paz. Pero al revés, también tiene su importancia, puesto que si hay paz, es que todo se hace desde la justicia. Y claro está, María, madre de todos nosotros, encarna esas dos virtudes, como madre que fue de Jesús, fue justa porque entendió que su amor de madre debía dejarlo a un lado para que el amor de Dios fuese repartido entre todos los hombres y mujeres de la tierra a través de su hijo. Y lo entendió porque, Ella como mujer y madre, la paz para el mundo debía hacerse a través de la pasión de Jesús.
Y es hablando de estas dos virtudes y de María, cuando entronca con la otra idea principal de la homilía: el amor de los hijos. Un amor que fluye de manera inmensa en una dirección, pues ser padre o madre es eso, «…amar sin medida hasta el punto de dejarte clavar dagas en el corazón como hizo María…» exclamó Monseñor Cardenal D. Carlos Amigo. El dolor de un hijo puede ser tan amargo para un padre, que siempre predispondrá su vida y su propio dolor en pos de que su hijo no sufra.
Se ha pretendido plasmar de manera sucinta aquello que se pudo vivir en la tarde del 24 de enero de 2017. Sin embargo, desde estas líneas no hemos podido ser capaces de captar toda la emoción que se respiraba en la iglesia y de toda la fe que Monseñor Cardenal D. Carlos Amigo Vallejo demostró hacia nuestra Bendita Madre.
Hermandad Salud y Paz de Jaén
Galería fotográfica: «Último día del Triduo en Honor de María Santísima de la Paz en Jaén»