Fiesta de la Virgen de Guadalupe en Villacarrillo
14 diciembre de 2016La comunidad cristiana de Villacarrillo se reunía, el pasado lunes, 12 de diciembre, en la capilla de las Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento, para celebrar la fiesta de la Virgen de Guadalupe.
La Eucaristía estuvo presidida por el párroco de Villacarrillo, D. Andrés Nájera Ceacero, el cual explicó el origen de la devoción de la Virgen de Guadalupe, e invitó a los asistentes a dejarse sorprender por Dios como la Virgen, San Juan Diego y Santa Isabel, reconociendo que somos pequeños, débiles y pecadores pero que Dios nos ama y viene a salvarnos. Y La Virgen nos acompaña siempre. Por eso podemos sentir como San Juan Diego y Santa Isabel: “quien soy yo para que me visite la madre de mi Señor…”
Según la tradición, a principios de diciembre de 1531, un indio llamado Juan Diego, iba a misa a la ciudad de México. Al llegar junto al cerro llamado Tepeyac escuchó una voz que lo llamaba por su nombre.Él subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana belleza, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo: «Juanito: el más pequeño de mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive. Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en él mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a todos los que me invoquen y en Mí confíen. Ve donde el Señor Obispo y dile que deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello todo tu esfuerzo».
Juan Diego lo comunicó al obispo y este le dijo que debía ir y decirle a la Señora que le diese alguna señal que probara que era la Madre de Dios y que era su voluntad que se le construyera un templo. Más tarde, Juan Diego halló a María y le narró los hechos. La Virgen le mandó que volviese al día siguiente al mismo lugar pues allí le daría la señal. En la madrugada del 12 de diciembre la Virgen salió al encuentro de Juan Diego y le dijo que subiera a la cumbre del cerro donde halló rosas de Castilla frescas y poniéndose la tilma, cortó cuantas pudo y se las llevó al obispo.
Una vez ante Monseñor Zumarraga Juan Diego desplegó su manta, cayeron al suelo las rosas y en la tilma estaba pintada con lo que hoy se conoce como la imagen de la Virgen de Guadalupe. Viendo esto, el obispo llevó la imagen santa a la Iglesia Mayor y edificó una ermita en el lugar que había señalado el indio.
Pio X la proclamó como «Patrona de toda la América Latina», Pio XI de todas las «Américas», Pio XII la llamó «Emperatriz de las Américas» y Juan XXIII «La Misionera Celeste del Nuevo Mundo» y «la Madre de las Américas».
Las Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento fueron fundadas por la Sierva de Dios María del Refugio Aguilar y Torres, oriunda de San Miguel de Allende, Guanajuato (México)
En una ocasión al entrar a la catedral de Morelia y orando ante el Sagrario y la imagen de la Virgen de Guadalupe, concibió la idea de fundar un instituto religioso con el fin de infundir el amor a Jesús Sacramentado, especialmente en la niñez y la juventud.
La relación de esta Congregación con la Virgen de Guadalupe y México es muy importante desde su fundación. Incluso en Villacarrillo se las conoce como las “Hermanas Mejicanas”.