Exposición en Baeza sobre «Juan de Ávila. El maestro y su tiempo»
26 junio de 2013 Entre las actividades que la Comisión Diocesana Pro-Doctorado de San Juan de Ávila en Jaén programó con motivo de la declaración como Doctor de la Iglesia Universal del «Apóstol de Andalucía», se encontraba la realización de una exposición que tenía como principal objetivo acercar la figura del Maestro Ávila y la riqueza de su magisterio al público en general.
A pesar de la difícil situación económica actual se ha podido llevar a cabo por parte del Obispado de Jaén esta exposición denominada «Juan de Ávila. El maestro y su tiempo», contando con la valiosa colaboración del Ayuntamiento de Baeza, la Universidad de Jaén y la ayuda de la Fundación Caja Rural Jaén y de varios particulares.
La declaración de San Juan de Ávila (1500-1569) como Doctor de la Iglesia por Benedicto XVI, el 7 de octubre de 2012, marca un hito en el reconocimiento de los múltiples y ricos valores históricos, humanistas y religiosos que encierra la poliédrica fi gura del Apóstol de Andalucía y su amplia obra de promoción social, cultural y espiritual.
La Exposición Juan de Ávila. El Maestro y su tiempo ofrece al visitante un acercamiento a la fi gura del nuevo Doctor, enmarcándolo en la época en que vivió, y presentando una panorámica de la espiritualidad de la época que marcó la religiosidad de Ávila, así como su vertiente humanista, tanto en la síntesis intelectual que el Maestro entretejió y plasmó en su obra literaria como en su más acabada proyección pedagógica: la Universidad de Baeza.
La primera sección se centra en el Hombre, el Maestro, el Santo, el Doctor. Los distintos retratos de Juan de Ávila son complementados con esos otros retratos que son los documentos de su beatificación, canonización y doctorado.
El cristocentrismo centrado en la humanidad de Jesucristo, muy propio de la Devotio moderna, la importancia de la figura de San Pablo y el estudio de sus cartas, conocido como paulinismo, y la omnipresencia de San Jerónimo, como ejemplo de simbiosis de cultura clásica y espiritualidad cristiana, forman los puntos cardinales de la espiritualidad de Juan de Ávila, que centran la segunda sección de la Exposición.
Hombre de óptima formación intelectual, forjada en las mejores universidades de la España del XVI, como Salamanca y Alcalá de Henares, Juan de Ávila, como los humanistas de su época, formó su biblioteca que, tras su muerte, pasó a la Compañía de Jesús. En 1767, tras la expulsión de los jesuitas de España, decretada por Carlos III, los libros de Ávila entraron a formar parte de los fondos de la Biblioteca Diocesana de Córdoba. Algunos de los libros de la biblioteca del Maestro se exhiben en la tercera sección.
San Juan de Ávila no fue sólo un afamado predicador y notable pedagogo. También fue un eximio escritor, autor de algunas de las obras más señeras de la producción literaria espiritual de la España del XVI, como el Audi, filia. La cuarta sección recoge los escritos de un Doctor, cuya doctrina autorizada ha sido reconocida oficialmente por la Iglesia.
A lo largo de su vida, Juan de Ávila fundó y alentó diversos centros de enseñanza en Andalucía. El proyecto pedagógico más acabado del Maestro Ávila fue la Universidad de Baeza. Fundado por bula de Pablo III en 1538, a petición del doctor Rodrigo López, el Estudio General de la Santísima Trinidad sufrió una profunda transformación gracias a un rescripto de la Penitenciaría Apostólica que, en 1542, elevó a rango universitario lo que inicialmente era sólo un colegio de niños. Juan de Ávila, nombrado primer rector, le dio a la nueva universidad la impronta cisneriana de la universidad de Alcalá, excluyendo deliberadamente el estudio del derecho, y creando, por vez primera, la cátedra de Positivo, o de Sagrada Escritura. Empeñado en la dignificación de la vida de los clérigos como punto crucial de la reforma que la Iglesia necesitaba entonces, Ávila hizo de la Universidad de Baeza un centro de formación clerical anterior al decreto tridentino de creación de los seminarios conciliares (1563). La sección quinta de la Exposición permite conocer tanto los inicios de la Universidad de Baeza como su desarrollo hasta comienzos del XVII.
La atrayente personalidad de Juan de Ávila hizo que desde el inicio de su apostolado se formase en torno a él un grupo de discípulos que, en el caso de los sacerdotes, ha sido denominado escuela sacerdotal avilista. La trayectoria de estos discípulos fue distinta: casi una treintena ingresó en la Compañía de Jesús, otros abrazaron la vida monástica, como los basilios del Tardón, y no faltaron quienes terminaron sus días en América como misioneros. Y ello, sin olvidar que junto con los sacerdotes, hubo también un nutrido grupo de discípulos seglares, hombres y mujeres, a los que dirigió espiritualmente el nuevo Doctor. La última sección acerca al visitante a los seguidores del Maestro Ávila.