Encuentro de formación permanente del profesorado
23 febrero de 2012 Avanza el curso 2011 – 2012 y con él, el programa de formación permanente que la diócesis de Jaén ha ofertado al profesorado de religión de la enseñanza estatal.
Con el título “Tres encuentros con Jesús: agua, luz, vida” y a través de estos símbolos, se han ido desgranando algunos rasgos de la vida de Jesucristo. Hemos visto a un Jesús cercano, que sale al camino de la vida y regala esperanza a todo el que lo escucha; como esa agua que sacia la sed de quien se acerca a la fuente del encuentro; un Jesús que conoce muy bien el deseo de plenitud que la persona encierra; un Jesús que se muestra en su humilde grandeza dejándose conquistar por sus conciudadanos. D. José Antonio Maroto, vicario general de la diócesis de Jaén, ha presentado este tema del programa con abundancia y esmero en los detalles. La conversión de la Samaritana, la curación del ciego de nacimiento y la resurrección de Lázaro serán pasajes del texto evangélico que aportarán tanto al profesorado como al alumnado, una riqueza fácilmente descriptible en la tarea docente del aula.
Convocaba la delegada diocesana para la enseñanza, María Gómez. Era el tercero de los encuentros del curso. El lugar elegido ha sido Úbeda. Los actos se desarrollan con sencillez. De distintas y distantes ciudades de la provincia se acude al lugar señalado, en este caso la “Casa de la Iglesia”. Allí nos acoge don Ildefonso Fernández de la Torre y un grupo de colaboradores. Todos ellos muestran su agrado e interés por los visitantes. La mañana se ha levantado con un sol espléndido que poco a poco va calentando el frio amanecer de este sábado 18 de febrero de 2011.
El rostro sonriente de todo el que iba llegando aporta la luz que motiva y agradece el trabajo del día. El encuentro ofrece momentos propicios para el diálogo entre el profesorado que comparte la misma tarea docente. La convivencia es la brisa que refresca el camino creativo del profesor de religión en el aula.
Resulta gratificante resaltar el momento del compartir el pan de la Eucaristía, preparada con mimo por el grupo de la Sierra de Segura. La Ermita del Paje o la Ermita del Pilar, según se la denomine, de principios del siglo XVIII, es un espacio arquitectónico que nos adentra en el ayer de los tiempos. Se acoge la Palabra, se canta y se reza con profunda confianza en este acercamiento al Dios de la Vida; al mismo tiempo que nos confirma en el cuidado que mutuamente nos dispensamos cuando se trata de sentirse amado por Dios.
La experiencia personal se transforma en testimonio colectivo y eficaz al compartirla. Es el broche que cierra la tarde, es algo que me llevo grabado de este encuentro.
Nos volveremos a ver en el “ENCUENTRO FESTIVO DE PASCUA”
María Gómez, Delegada Episcopal para la Enseñanza