Emotiva despedida de D. Manuel Jiménez Cobo en La Encarnación de Mancha Real
18 mayo de 2023Serían las 10,30 h. de la mañana cuando llegaban los restos mortales de D. Manuel Jiménez Cobo a nuestra parroquia de la Encarnación de Mancha Real. A las puertas del templo fue recibido por nuestro párroco, miembros del Consejo de Pastoral Parroquial, y vecinos, que lo esperaban. Con solemnidad y recogimiento el párroco y D. Cristóbal, su hermano, hicieron una oración por su eterno descanso y se instaló el velatorio a los pies del presbiterio.
Toda la mañana fue un ir y venir de amigos, sacerdotes, vecinos y autoridades de Mancha Real, que se acercaron para rezar por él y dar el pésame a D. Cristóbal y sus sobrinos.
A las 17,00 h. dio comienzo la Eucaristía presidida por nuestro Obispo, Don Sebastián Chico Martínez, concelebrada por su hermano, D. Cristóbal, los párrocos de Mancha Real y una treintena de sacerdotes, compañeros y amigos de D. Manuel, que pudieron acudir a la celebración.
Cómo es costumbre en las exequias de un Presbítero, al comienzo de la celebración, dos de sus condiscípulos colocaron sobre el féretro su casulla de ordenación y el libro de los evangelios, signo del ministerio que durante casi 64 años ha ejercicios D. Manuel.
Emotivas y cercanas las palabras de Don Sebastián para D. Cristóbal y sus sobrinos, agradeciéndoles su dedicación, cariño y cuidados hacia D. Manuel, que, como resaltó el Obispo, demostró su ser sacerdotal, al aceptar por obediencia y amor a la Iglesia, trasladarse en sus últimos días a la Residencia Sacerdotal de la Casa de la Iglesia.
Finalizada la Eucaristía, su cuerpo fue trasladado en procesión, a hombros de los sacerdotes, hasta el coche fúnebre mientras se entonaba el canto pascual.
La última oración a la puerta de La Encarnación despedía los restos de D. Manuel que serían incinerados y depositada la urna de sus cenizas en la Ermita de la Inmaculada, Patrona de Mancha Real, a la que ambos hermanos sacerdotes tienen grandísima devoción desde niños.
Ya hacía años que el Obispo les había concedido a ambos hermanos el permiso para que sus cenizas pudiesen ser depositadas en la Ermita de la Patrona y esperar allí la resurrección.
Descanse en paz el sacerdote fiel y solícito al que el Señor puso al cuidado de su pueblo. Amén.
Comunidad Parroquial de La Encarnación