El Sr. Obispo impone la Cruz «Pro Ecclesia et Pontifice» a D. José María Cano Reverte
2 julio de 2014 El pasado domingo el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo, imponía a D. José María Cano Reverte la Cruz «Pro Ecclesia et Pontífice», concedida por la Santa Sede.
“D. José María Cano Reverte, ha sido alma y vida de Cáritas durante muchos años. Estoy seguro que más de uno de nosotros aún nos acordamos de su paso como Director de Cáritas Diocesana, miembro del Consejo de Dirección de Cáritas Española y Asesor de Cáritas Internacional en la Santa Sede, sin olvidar su trabajo como profesor colaborador de nuestro Seminario. Su entrega, disponibilidad y actitud permanente de servicio a la Iglesia desde Cáritas es de un valor incalculable, disponibilidad y actitud que aún mantiene al servicio del Obispado de Jaén”, explica D. Rafael López-Sidro, Director de Cáritas Diocesana.
A las 12 horas comenzaba la Eucaristía en la que se bendecía la Cruz. “Hace poco más de un año, les decía el Papa Francisco a un numeroso grupo de jóvenes de Roma: «No, tengáis miedo. Debemos ir contracorriente. Vosotros, como jóvenes, debéis de ser los primeros. Id contracorriente… sentíos orgullosos de hacerlo. Sólo añadiría esto, les dijo también: El día de mañana no os pesará de haberlo hecho, no os arrepentiréis de haberos rebelado contra el mundo que nos quiere hacer esclavos en el modo de pensar y en el modo de actuar». Hacemos nuestras estas palabras y quiero, con ocasión de este día del Papa, destacar la respuesta valiente de años a favor de la Iglesia de una persona presente entre nosotros, muy conocida desde su ejercicio de Notario en esta Ciudad, D. José María Cano Reverte. El Santo Padre acaba de distinguirle, como reconocimiento a sus méritos, con la llamada medalla «Pro Ecclesia et Pontífice» que le impondremos después de esta ceremonia en la Sacristía Mayor y que vamos a bendecir a continuación en su presencia, la de su esposa y familia. Enhorabuena, D. José María y que Dios le pague sus desvelos y colaboraciones desde muy joven a favor de la Iglesia. Tomemos, todos, ejemplo de su disponibilidad”, afirmaba el Sr. Obispo durante su homilía.
Durante el acto conmemorativo D. José María Cano hizo hincapié en qué es la Cruz «Pro Ecclesia et Pontífice» y si era merecedor de tal condecoración. “Me informé sobre la Cruz «Pro Ecclesia et Pontífice» y me enteré que el Papa León XIII la creó para premiar la fidelidad a la Iglesia y el servicio a la comunidad eclesial. ¿Era yo digno de considerarme incluido en alguno de estos dos apartados? En el primero, la fidelidad a la Iglesia, y siempre siendo muy benevolente conmigo mismo, podría aspirar a un suficiente escaso y ello porque la educación recibida por parte de mis padres y completada por los Salesianos me inculcaron una fidelidad que se manifestaba en el seguimiento fiel del Papa y los Obispos. Por ello cuando he tenido alguna duda a lo largo de mi vida no he dudo en seguir el camino marcado por mi Obispo, cualquiera que fuera mi mayor o menor afección personal, porque haciéndolo así siempre me seguía dentro de la Iglesia y en comunión con el Papa. Por eso al llegar a Jaén sacerdotes y amigos me fueron involucrando cada vez más en la vida diocesana consulté a mis superiores en el movimiento de los antiguos alumnos salesianos, donde entonces me hallaba trabajando, acerca de posibles problemas de compatibilidad y me dieron la respuesta que yo esperaba: «con la Iglesia y con el Papa», que es uno de los lemas que Don Bosco legó a sus antiguos alumnos. Desde entonces me incorporé de lleno a la vida diocesana de Jaén en todo lo que me iban solicitando”.
“En el segundo, servicio a la comunidad eclesial, he de reconocer que honestamente no creo llegar al mínimo suficiente porque todo, absolutamente todo, se lo debo a Dios que me ha ido acompañando en todo momento y ha dirigido mis pasos a través de lo que generalmente podemos llamar casualidades y que yo denomino providencia divina. Por mí sólo poco o nada podría haber hecho y ha sido Él quien ante mis indecisiones, mis dudas y mis vacilaciones me ha ido colocando en aquellos puestos en los que debería actuar y que yo nunca busqué, dotándome de unos extraordinarios colaboradores que son mucho más acreedores que yo para ostentar esta cruz que hoy se me impone y que de todo corazón se la ofrezco. Por tanto, tampoco creo haber destacado mucho en este campo y, por añadidura, he salido ganando en todo momento, porque de mi paso por todos los puestos de la Iglesia en que la providencia divina me ha ido colocando he ido aprendiendo y me ha servido mucho para mi desarrollo personal. De modo que, por ejemplo, siempre he dicho que Cáritas me ha dado a mí mucho más de lo que yo le haya podido dar a ella”, continuaba.
Asimismo, quiso dar gracias a Dios, al Obispo, a sus colaboradores y a su familia por el apoyo recibido.