El Sr. Obispo de Jaén celebra las Confirmaciones en el Centro Penitenciario
3 julio de 2013 Por cuarto año consecutivo, el Sr. Obispo de Jaén, D. Ramón del Hoyo, ha celebrado el sacramento de la Confirmación en la prisión de Jaén. Es esta ocasión fueron 28 los confirmados, entre funcionarios e internos. La crónica podría ser la misma, variando la fecha, el lugar y el número, para cualquiera de las confirmaciones que se han celebrado en nuestra diócesis de Jaén a lo largo del año. Pero las circunstancias son muy especiales.
Transcribimos fragmentos de cartas que escribieron los confirmandos en los que aparece el perfil de la mayoría y las motivaciones. Las edades de los que recibieron este sacramento del Espíritu comprendían desde los 20 años a los 42; la mayoría tienen varios hijos “a los que adoro”, “son preciosos”, “pido a Dios que estén bien hasta que yo pueda salir y educarlos”; en general, a pesar de que reconocen “haber desperdiciado parte de su vida”, expresan su deseo de “quiero cambiar mi vida”.
El lugar que la formación cristiana, recibida en su infancia por parte de la familia, juega en el momento actual de sus vidas aparece en algunos casos: “Crecí con unos valores cristianos pero cambié y me metí en el mundo de la droga. Ahora he encontrado la fuerza suficiente para luchar por lo que quiero”, “tengo mucha fe y soy religioso gracias a mi familia”, “vengo de una familia muy católica y practicante, pero mi camino se torció”, “soy católico, porque es la religión que mis padres me enseñaron y yo enseño a mis hijas”.
Entre las razones por las que piden la confirmación aparecen varias.
Quieren voluntariamente, como adultos, ratificar su adhesión a Jesús:“No me enteré de mi bautizo, ni fui consciente en mi Comunión”; “Ahora quiero sentir al Espíritu Santo y fortalecerme en la fe del Señor”; “quiero ser más creyente, sin que decida mi familia como ocurrió en el Bautizo”.
Quieren volver al camino de Jesús con la ayuda del Espíritu: “Porque con las drogas me aparté de la Iglesia y ahora quisiera seguir en la vida cristiana”, “ahora quiero seguir en el camino de Dios”, “Quiero seguir con fe los pasos de Jesucristo y así cambiar mi vida”, “Necesito reforzar mi fe en nuestro hermano Jesucristo”
El ingreso en prisión ha significado para algunos el re-encuentro con Dios:“Me quiero confirmar porque desde que ingresé en la cárcel he vuelto a encontrar al Señor que lo tenía olvidado cuando estaba fuera”. “Desde que entré en prisión he ido a Misa todos los domingos y leo la Biblia todos los días”. “Espero volver a tener la vida de fe que tenía antes”.
Y, por último, experimentan una necesidad, un deseo de cambiar la orientación de su vida: “Porque quiero sentir que mi vida se inicia de nuevo con una gran esperanza, quiero dejar la vida pasada y empezar una nueva vida”.