El sacerdote diocesano Juan Rubio participa en la asamblea semestral de la USG
3 junio de 2013 Juan Rubio, sacerdote diocesano de Jaén, actualmente director de la revista Vida Nueva, participó recientemente en la asamblea semestral de la Unión de Superiores Generales (USG) en Roma sobre el liderazgo en la Vida Religiosa. Su contribución fue la de moderar una mesa redonda con cuatro superiores generales –Álvaro Rodríguez, de La Salle; Heinz Kulüke, del Verbo Divino; Mauro Jöhri, de los capuchinos; y Benoît Grière, de los asuncionistas– y exponer las conclusiones de la misma. Nada más iniciar su intervención, dijo a los superiores: “Sois como la vitamina B, que a veces no se tiene mucho en cuenta, pero es indispensable. La Vida Religiosa tiene que situarse en este momento como el plasma que cura las heridas de la Iglesia”. Sobre la cuestión de la autoridad apuntó que esta debe ser “un fuego caliente, que ilumine y no deje frío” y recordó que “Jesús era una autoridad porque era coherente”. En definitiva, recalcó que “la autoridad sin caridad se convierte en dictadura” y que debe ir acompañada “del discernimiento” para no ser “capricho”.
Esta asamblea fue la primera del jesuita Adolfo Nicolás como presidente de la USG después de que su predecesor, el también español José Rodríguez Carballo, franciscano, como secretario de la Congregacicón para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA).