El sacerdote D. Antonio Aranda publica “Escritos del Seminarista Beato Manuel Aranda”, con motivo del Centenario de su nacimiento
23 mayo de 2016El sacerdote, presidente de la comisión diocesana para la causa de los Santos, y sobrino carnal del Beato Manuel Aranda, D. Antonio Aranda Calvo, ha publicado, coincidiendo con el Centenario del nacimiento del Beato de Monte Lope Álvarez un libro que recoge un importante número de textos escritos por el seminarista.
En el libro, “Escritos del Seminarista Beato Manuel Aranda” se recopilan casi un centenar de páginas manuscritas por el propio Manuel Aranda: reflexiones, poesías, cartas, trabajos para el seminario… que dan a conocer un poco mejor el perfil, la personalidad y el pensamiento de este joven seminarista que murió mártir. El libro además transcribe todos los textos para que sea más fácil la lectura de los mismos.
Con este libro, que coincide en su edición con el cincuentenario de la ordenación de D. Antonio Aranda, el sacerdote jiennense quiere hacer un homenaje al Beato Manuel Aranda, así como a su familia: “los padres y hermanos de Manuel, quienes le veían escribir a veces bajo la luz de un candil, y que no entendían muy bien para qué tanto”.
En la presentación del libro, Aranda Calvo recuerda que seguramente fue la intercesión del Beato Manuel Aranda la que propició que él también fuera llamado a la vida sacerdotal, en la que se ordenó en junio de 1966, hace ahora medio siglo. A la vez, considera que la figura del joven seminarista fue y sigue siendo “el mejor intercesor en la Pastoral de la Diócesis”, por lo que, también dedica el libro al Seminario, y a los seminaristas, “que puedan encontrar en Manuel Aranda la entrega y el amor a Cristo, sin o cual no se puede seguir el camino del sacerdocio”.
El volumen, editado con primor, es sin duda, una manera única de profundizar y conocer más de cerca, a través de sus propios manuscritos quién era este joven de Monte Lope Álvarez, que desde niño sintió la llamada de Dios a la vida sacerdotal, y que siguiendo la senda de tantos otros mártires, murió defendiendo sus hondas raíces en el cristianismo.