El Obispo peregrina a Roma con los fieles de la Diócesis
13 octubre de 2017Durante la pasada semana, la Diócesis de Jaén celebró una peregrinación a Roma y a Asís, en la que participaron 110 fieles diocesanos.
Presidida por el Obispo, Don Amadeo Rodríguez Magro y acompañados del Vicario General, D. Francisco Juan Martínez Rojas; el Delegado de Peregrinaciones y Santuarios, D. Miguel Ángel Solas; el párroco de Vílchez, D. Vicente Pablo Morcillo; y el párroco de Santa María del Alcázar y San Andrés de Baeza, D. Domingo Antonio Pérez; los peregrinos, llegados desde distintos lugares de la Diócesis: Jaén, Vílchez, Navas de San Juan, Baeza, Úbeda, Villacarrillo, Mengibar, Linares, Martos, Torredonjimeno, Rus, Úbeda, Pozo Alcón, Alcalá la Real y Bailén, conocieron los lugares más emblemáticos de Roma y de Asís, durante seis días donde la fe en Cristo resucitado y el encuentro con el Santo Padre han marcado este viaje.
La primera parada llevó a los peregrinos jiennenses hasta la Basílica de Santa María in Popolo, donde el Vicario General, D. Francisco Juan Martínez Rojas presidió una Eucaristía. Después de la celebración se realizó una visita panorámica de la ciudad.
El día 3 de octubre, víspera de la festividad de San Francisco de Asís, se viajó hasta la ciudad de ‘el santo de los pobres’, donde visitaron la Basílica que alberga los restos de San Francisco, y que está declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. También tuvieron oportunidad de conocer la Basílica de Santa Clara, que cuenta con numerosas reliquias de esta Santa, coetánea de San Francisco y fundadora junto a él de la orden de las clarisas. La Eucaristía tuvo lugar en la capilla que hay debajo de la tumba de San Francisco.
El día más importante de la peregrinación fue el día de San Francisco de Asís. Los peregrinos, acompañados del Obispo diocesano, Don Amadeo Rodríguez Magro, esperaban ansiosos, y desde un lugar privilegiado, la audiencia general con el Papa Francisco, en el día de su onomástica. Después de poder saludarlo, desde muy cerca al paso del «Papa-móvil’, estuvieron escuchado la catequesis que cada miércoles ofrece el Papa a los que visitan la Plaza de San Pedro del Vaticano. En esta ocasión, el Santo Padre afirmó que la resurrección de Cristo dio a los cristianos una capacidad ilimitada de amar, “como si llevaran un ‘pedazo de cielo’ sobre la cabeza». Subrayó que “la fuerza de la resurrección hace a los cristianos capaces de amar incluso cuando el amor parece haber perdido sus razones». En su catequesis, el Sumo Pontífice invitó a anunciar la resurrección de Jesús no sólo con palabras, sino también con hechos y con el testimonio de vida. “Jesús no quiere discípulos que solo sean capaces de repetir fórmulas de memoria. Quiere testimonios, personas que propaguen esperanza con su modo de acoger, de sonreír, de amar. Sobre todo, de amar”.
Al finalizar la catequesis, el Santo Padre saludó a los Obispos presentes en la audiencia. Entre ellos se detuvo con el Prelado jiennense, Monseñor Rodríguez Magro, con quien mantuvo un fraternal y cercano encuentro, del que el Obispo salió muy contento y visiblemente emocionado.
Por la tarde se visitaron los Museos Vaticanos y el Obispo presidió una Eucaristía en la Iglesia de Santa Anna in Vaticano, en la que destacó, durante su homilía la comunión con el Papa Francisco y por ende, con la Iglesia universal.
El jueves, día 5 de octubre, los peregrinos vivieron otro de los momentos más emocionantes del viaje, la celebración de la Santa Misa en la Basílica de San Pedro del Vaticano, en concreto, en el altar de la Cátedra de San Pedro. El Prelado del Santo Reino quiso destacar en su homilía la importancia de la unidad de los cristianos y la importancia de la misión de los laicos dentro de la Iglesia.
Ese mismo día, Don Amadeo acompañó a las visitas de las Basílicas mayores de la ciudad de Roma y a las Catacumbas de San Sebastián, donde rezaron una oración por los cristianos perseguidos. Para concluir esta intensa jornada, el Obispo presidió el rezo solemne de las Vísperas en la Capilla Sixtina de Santa María la Mayor.
Ya el viernes, penúltimo día, la peregrinación se detuvo en lugares emblemáticos de la ciudad eterna, como el Panteón de Agripa y las Plazas Barrocas de la ciudad. La Eucaristía fue celebrada en la Basílica de San Pedro ad Víncula y presidida por el Vicario General. Allí, los peregrinos pudieron contemplar la reliquias de las cadenas con las que apresaron a San Pedro, y también el magnífico mausoleo del Papa Julio II, en el que como pieza excepcional destaca el Moisés, obra de Miguel Ángel Buonarroti.
Para concluir la peregrinación, y antes de partir camino de España, los peregrinos celebraron una Eucaristía de Acción de Gracias en las instalaciones del hotel donde han permanecido alojados estos días.
El buen ambiente, la fraternidad y la comunión de los peregrinos con el Obispo y el resto de los sacerdotes diocesanos ha marcado este viaje inolvidable organizado la Diócesis. Del mismo modo, los organizadores quieren agradecer, de un modo especial, toda la colaboración que, desde Roma ha prestado el sacerdote jiennense y Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, el FIDA y el PMA, Monseñor Fernando Chica Arellano, ya que su ayuda ha sido indispensable en esta peregrinación diocesana.
Galería Fotográfica: «Peregrinación a Roma presidida por el Obispo»