El Obispo Don Amadeo preside el Jubileo de los sacerdotes
3 junio de 2016En la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, jornada en la que S.S. Juan Pablo II estableció que la Iglesia celebre la Jornada mundial por la santificación de los sacerdotes, Don Amadeo Rodríguez Magro ha presidido su primer Jubileo como Pastor de la Iglesia Diocesana de Jaén, el de los presbíteros. Éste se ha iniciado a la hora del Ángelus en el Sagrario de la Santa Iglesia Catedral de Jaén, donde se ha llevado a cabo el rito introductorio del Jubileo de la Misericordia. Después de la lectura del pasaje evangélico del “Hijo pródigo”, el Delegado Episcopal del Clero, D. Juan Ramón Gómez, ha leído unas palabras extraídas de la Bula papal “Misericordia Vultus”, en el que el Papa Francisco destaca la importancia de los confesores: «Nunca me cansaré de insistir en que los confesores sean un verdadero signo de la misericordia del Padre. Ser confesores no se improvisa. Se llega a serlo cuando, ante todo, nos hacemos nosotros penitentes en busca de perdón. Nunca olvidemos que ser confesores significa participar de la misma misión de Jesús y ser signo concreto de la continuidad de un amor divino que perdona y que salva.
Cada uno de nosotros ha recibido el don del Espíritu Santo para el perdón de los pecados, de esto somos responsables. Ninguno de nosotros es dueño del Sacramento, sino fiel servidor del perdón de Dios. Cada confesor deberá acoger a los fieles como el padre en la parábola del hijo pródigo: un padre que corre al encuentro del hijo no obstante hubiese dilapidado sus bienes. Los confesores están llamados a abrazar ese hijo arrepentido que vuelve a casa y a manifestar la alegría por haberlo encontrado».
A continuación, ha dado comienzo la procesión de todos los presbíteros hasta la puerta del Perdón de la Catedral, entonando las letanías, allí el Obispo diocesana ha pronunciado: “Ésta es la puerta del Señor: por ella entramos para obtener misericordia y perdón”, y tras elevar y mostrar el Evangeliario, los más de 150 sacerdotes congregados han procedido a la entrada al templo y posterior celebración de la Santa Misa.
Homilía:
Ya durante la celebración de la Eucaristía, Don Amadeo, en este día del Sagrado Corazón de Jesús, se ha referido a los sacerdotes con estas palabras: “Nuestro corazón, en definitiva, ha de ser como el de Jesucristo, que está perfectamente unido al de su Padre en la locura de su amor misericordioso: el corazón de Cristo no calcula, no razona, sino que sigue adelante en su empeño de salvación a pesar de las críticas de las gentes razonables”.
En esta jornada por la santificación de los sacerdotes, el Obispo jiennense ha aseverado: “Estoy convencido de que nuestro corazón sacerdotal lo comprende muy bien; pero también sé que hemos de situarlo permanentemente en el corazón de Cristo; porque en lo que yo he podido comprobar, a veces en mí mismo, pero también en algunos ambientes sacerdotales y cristianos en general, no siempre nos adaptamos bien a los criterios de Dios”.
Para concluir su homilía, el Pastor diocesano ha aludido a la importancia del camino que lleva a la santificación de los presbíteros: “Siempre hemos de intentar que la misericordia suene con fuerza en la Palabra que anunciamos; que se refleje en los misterios que celebramos, y en especial que se muestre en la Eucaristía y la Penitencia; que se fortalezca en el tiempo que dedicamos a los demás, porque nuestro tiempo es suyo; que se enriquezca en el clima comunitario que cultivamos; y que se plasme en el servicio que, personalmente o en comunidad, ofrecemos a los más débiles y desamparados”. “Lo que santifica, encanta y sana es una alegre respuesta al amor de Dios que nos convoca a la misión y nos convierte en sacerdotes plenos y fecundos (cf. 81)”.
Después de celebrar la Santa Misa, los presbíteros diocesanos han pasado a la Sacristía donde Don Amadeo les ha dirigido unas palabras. En una breve alocución el Obispo de Jaén ha mostrado su cercanía, su diálogo y su mano abierta a todos los sacerdotes de la Diócesis, para trabajar en un proyecto común, que no es otro que el de la Iglesia de Jaén.