El Obispo diocesano preside la fiesta del Señor de la Vida, patrón de Bélmez de la Moraleda
2 diciembre de 2016
Como cada año, llegan puntuales las fiestas patronales del Señor de la Vida. Son día especiales para este sencillo pueblo de Sierra Mágina. Los hijos de Bélmez de la Moraleda, como comunidad cristiana, levantan sus ojos y mirada al Señor de la Vida, Aquel que con infinito amor y misericordia, sostiene la vida y fe de quienes como el centurión se acercan implorando la intervención de Jesús en sus vidas.
La fiesta en honor del Señor de la Vida, celebrada el día de San Andrés, ha sido precedida de un triduo. El primer día fue presidido por D. Pedro José Martínez, en este día presentamos al Señor de la Vida a los niños de catequesis, con el deseo de que los niños conozcan y amen cada día más a Jesús, el Señor de la Vida, y haga de sus corazones un instrumento de bien y bondad. El segundo día de triduo, D. Antonio José Morillo, nos invito a acercarnos al Señor con la actitud del centurión del que hablaba el Evangelio del día. La Eucaristía de este día se ofreció por aquellos que nos han precedido en la fe y que han partido de este mundo.
El último día fue ofrecido por los agente de pastoral de la comunidad. D. Juan Carlos Córdoba, nos invitó a tomar ante Jesús la actitud de discípulos, a semejanza de San Andrés, cuyas vísperas celebrábamos. Estos tres días nos han preparado para la Solemnidad de las fiestas patronales del Señor de la Vida. La Eucaristía de este día fue presidida por nuestro padre y Pastor Don Amadeo Rodríguez Magro y concelebrada por algunos sacerdotes del Arciprestazgo.
Para la comunidad cristiana de Belmez de la Moraleda, fue importante que nuestro Obispo compartiese con ellos la vida y fe en el Señor de la Vida. Amor, fe y devoción que han marcado de forma identificativa la historia y vida de esta pueblo durante siglos. Un gesto de cercanía por parte del Obispo fue el la atención a los niños de comunión y confirmación que participaron de la Eucaristía, cuando al finalizar la misma, lo invitó para que se hiciesen una fotografía con él. El día de San Andrés, culminó con la procesión del Señor de la Vida por las calles de este sencillo pueblo.
Que el Señor de la Vida proteja a los que están lejos, de salud a los enfermos, compañía a los que están solos, alegría y paz a los que andan bajo el peso de la depresión, sabiduría y entendimiento a nuestros jóvenes para ser más libres. Trabajo para comer cada día, amor y felicidad a todas las familias y a todos los matrimonios, especialmente a los que peor lo están pasando; perdón y reconciliación a los pecadores, protección y amparo a todos los sacerdotes, y sabiduría a nuestros gobernantes.
Juan Pedro Moya Haro
Párroco de Bélmez de la Moraleda