El Obispo confiere los Ministerios del Lectorado y Acolitado a cinco aspirantes al diaconado permanente
26 junio de 2023El Obispo de la Diócesis, Don Sebastián Chico Martínez, confirió ayer, 25 de junio, los Ministerios del Lectorado y Acolitado a cinco aspirantes al diaconado permanente: Manuel Rico Teba, Juan Pablo Molina Rueda, Miguel Ángel Fernández Cruz, Francisco Javier López Solier y Francisco Esteban Hernández Lao.
La Santa Misa que comenzaba a las 12 horas, en la S. I. Catedral de Jaén, estuvo presidida por el obispo y concelebrada por los sacerdotes responsables de la formación del diaconado permanente en la Diócesis, D. José Antonio Maroto, D. Juan García Carrillo y D. Jesús Millán Cubero; algunos miembros del Cabildo Catedral; y otros sacerdotes diocesanos.
Participaron, además, los seminaristas y los cuatro Diáconos Permanentes: Andrés Borrego, Jesús Beltrán, José Bellido y Francisco José Cano de Haro. Del mismo modo familiares, amigos y miembros de las comunidades parroquiales de los cinco aspirantes quisieron estar presentes en este día tan importante.
Las lecturas y las ofrendas estuvieron participadas por familiares de los aspirantes. El Evangelio fue proclamado por uno de los diáconos, D. Andrés Borrego. Y la capilla musical corrió a cargo del Coro que dirige D. Alfonso Medina.
Antes de la homilía, D. José Antonio Maroto presentó, al Prelado, a los candidatos como idóneos para el ministerio.
Homilía
Monseñor Chico Martínez quiso comenzar su homilía expresando la alegría de la Iglesia diocesana. “Nuestra Iglesia Diocesana de Jaén siente un gran gozo y damos gracias a Dios y lo bendecimos por vuestras vidas, por la generosidad de vuestra familia, y por la respuesta que estáis dando a su llamada. Hermanos todos en el Señor”.
Asimismo, Don Sebastián aseguró que no es fácil ser cristiano. “Ser hoy cristiano, en el mundo de hoy, es difícil. En realidad, siempre lo ha sido, y si uno se compromete con una vida testimonial, más. Ser sacerdote o Diácono permanente o religioso, ser una familia cristiana, ser un joven practicante y comprometido, son opciones que conllevan seguramente dificultades en no pocos ambientes, incluso en el familiar y en el de la amistad”.
Del mismo modo, dirigiéndose a los cinco candidatos les dijo: “con la recepción del Ministerio de Lector, unos, y del Ministerio del Acolitado otros, dais un paso más en esta preparación que os llevará, dentro de un tiempo, a participar de este hermoso Sacramento, como Diáconos Permanentes”. Y continuó: “Queridos Miguel Ángel, Juan Pablo y Manuel, al conferiros el Ministerio del lectorado, la Iglesia os pide la práctica de la lectura frecuente, orante y repetida de la Sagrada Escritura, hábito que habrá de acompañaros toda la vida dentro del servicio eclesial. Os exhorto, por tanto, a ser más conscientes de la responsabilidad adquirida. No se trata sólo de leer, sino de proclamar también con la vida lo que leéis”. “Y queridos Francisco y Francisco Javier, el ministerio de acólito os aproxima y compromete más con el altar del Señor y la celebración de los sagrados misterios”.
Finalmente, el Prelado los quiso felicitar y pedir al Señor que les conceda la sabiduría, la fortaleza y la valentía necesaria para cumplir cada día su voluntad. Para apuntar: “hoy recibís, ante la respuesta a la llamada del Señor, que habéis empezado a dar en vuestra vida, una cierta ratificación por parte de la Iglesia, en este proceso de formación, que os confiere la gracia adecuada para hacer vida lo que suponen estos ministerios, pero también para seguir avanzando en este proyecto de vida”.
Rito ministerios
Al terminar la homilía, Manuel Rico Teba, Juan Pablo Molina Rueda y Miguel Ángel Fernández Cruz a los que se le iba a conferir el ministerio de Lector, se presentaron ante el Obispo y se arrodillaron ante él, para recibir, de sus manos, los santos Evangelios.
A continuación, fueron Francisco Javier López Solier y Francisco Esteban Hernández Lao quienes se arrodillaron ante el Pastor diocesano para recibir la patena con el pan. Los nuevos acólitos participaron en el servicio del altar, después de serle conferido su ministerio. Asimismo, en la Comunión, distribuyeron el Cuerpo de Cristo en el pueblo fiel.
Posteriormente, los aspirantes al diaconado permanente, junto al Obispo, los formadores y sus familias se hicieron unas fotos a los pies del altar. Finalmente, y ya en la Sacristía, todos los sacerdotes y seminaristas posaron también junto a ellos.