El Obispo bendice las figuritas del Belén a los más pequeños
17 diciembre de 2018Domingo de la alegría, tercero de Adviento. La Catedral de Jaén acogió, durante la celebración de la Eucaristía, la bendición de aquellas figuras del Belén o Nacimientos que muchos fieles, casi todos niños llevaron. Esta iniciativa, puesta en marcha por Don Amadeo Rodríguez Magro, desde el inicio de su episcopado, pretender poner el objetivo en el verdadero sentido que tiene la Navidad, el nacimiento del Hijo de Dios.
La santa Misa estuvo concelebrada por el Vicario General y Deán de la Catedral, D. Francisco Juan Martínez Rojas, que fue el encargado de proclamar el Evangelio.
A continuación, y tras besar el Evangeliario, el Prelado pronunció una hermosa homilía partiendo del texto de San Lucas. Comenzó recordando que el Adviento es «un tiempo de preparación intensa para el encuentro con el Señor». A continuación, Don Amadeo, insistió en la idea de que, «para de verdad entender lo que significa la relación de Dios con cada uno de nosotros, ese misterio grande y tierno de Dios con nosotros, la mejor actitud que hay que tener por tener que vivir la Navidad como algo nuevo, algo grande, es que goces, que sientas alegría con lo que el Señor viene a hacer por nosotros». Y añadió, «Si Dios y la relación con Dios no nos produce alegría, sino que produce miedo, angustia… es que algo está fallando, es que el misterio de Dios no ha llegado a nuestro corazón, porque estamos hechos para el gozo y la alegría».
El Obispo quiso explicar el sentido del tercer domingo de Adviento: «alegraos porque Dios está alegre por veros felices, porque Dios está alegre por traeros la salvación». Y recordó que es momento de preparar los caminos del Señor, y hacerlo como describe el pasaje del Evangelista San Lucas, «vivid con generosidad, porque la fe sólo se puede vivir bien con generosidad. Dad en el Evangelio es el nombre del amor. Dad y darse».
Bendición Nacimientos
Al concluir su prédica pidió a los niños que subieran al presbiterio con sus figuras del Niño Jesús y de los Nacimientos que habían traído para ser bendecidas. Los pequeños mostraron sus figuras al Obispo, quien les dijo: «Eso significa que tenéis el Belén en casa, para mirarlo, para cambiar las figuritas, pero sobre todo hay un lugar al que mirar de un modo especial, el portal, ya que está María, José y Jesús. Y allí hay que rezar, y decirle al Niño Jesús que le queremos». Después, asperjó agua bendita en los Belenes que los fieles habían llevado para participar de este tierna y navideña costumbre.