El Obispo acompaña a la Hermandad del Rocío de Jaén en su peregrinación extraordinaria a la aldea almonteña
21 enero de 2025La Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Jaén ha vivido unas jornadas llenas de devoción y fervor durante la peregrinación extraordinaria a la aldea del Rocío, que realiza todos los años durante mes de enero. En esta ocasión los ha acompañado nuestro Obispo, Don Sebastián Chico Martínez, que presidía la celebración eucarística que tuvo lugar el domingo, en la ermita de Reina de las Marismas. Concelebraron, además, el consiliario de la hermandad, D. Pedro Montesinos y su secretario particular, D. Francisco Javier Cova.
Durante su homilía, el Obispo recordó que ese lugar santo es testigo de la gracia que María ha derramado a lo largo de la historia. “Hoy, como peregrinos de esperanza, nos ponemos bajo la atenta mirada de la Virgen del Rocío. Nuestra Madre que, desde hace siglos, en este lugar tan especial, no ha dejado de cuidar a sus hijos que tanto la quieren. Cuando acudimos a Ella, siempre experimentamos cómo María es el rocío que empapa nuestro ser de vida y de esperanza”.
Del mismo modo Don Sebastián subrayó la espiritualidad rociera, describiéndola como “un estilo concreto de vivir la fe marcado por la devoción a esta Virgen marismeña, creadora de caminos, maestra de encuentros y camino seguro para llegar a Jesucristo”.
El Prelado, aludiendo al Evangelio de las bodas de Caná, destacó, también, el papel intercesor de María en la vida de los fieles: “María, con su cercanía y fe profunda, adelanta la hora de Jesús, preparando el ambiente para que Él pueda actuar”.
Del mismo modo, explicó que “como miembros de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Jaén, nuestra devoción a la Virgen nos impulsa a vivir estas enseñanzas de manera concreta: Vivir la fe con autenticidad, fomentar la unidad y la caridad en la Hermandad y permitir que Cristo transforme nuestra vida”. Asegurando que “María es el mejor patrimonio de fe que tiene la Iglesia, una guía segura para encontrar la salvación en su Hijo”.
Asimismo, el Pastor diocesano quiso destacar la importancia de mantener viva la devoción mariana en la Hermandad: “En nuestras romerías y actos de culto, debemos cuidar que la devoción a la Virgen no pierda la profundidad que merece, siendo siempre un camino hacia Cristo”.
“Demos gracias por el don que Dios nos ha hecho al darnos a María como nuestra Madre. En Ella encontramos la estrella que nos orienta hacia la esperanza y la salvación”, concluyó el Obispo.
Tras la Santa Misa Don Sebastián Chico Martínez, pudo besar el manto de la Virgen del Rocío y dejó testimonio de su fe y devoción a la Blanca Paloma en el Libro de firmas de la Cofradía Matriz de Almonte.