El movimiento familiar «Encuentro Matrimonial» organiza un fin de semana de reflexión sobre la vida en pareja
26 febrero de 2013 Con gran ilusión, entusiamo, fuerza, trabajo y mucho amor, los pasados días 1, 2 y 3 de febrero de 2013, en la “Casa de las Aliadas” (La Zubia), se celebró el Primer Fin de Semana (FDS) de Encuentro Matrimonial en nuestra vecina y querida ciudad de Granada. La Comunidad de Andalucía Norte, Jaén, tiene el compromiso y responsabilidad de trabajar en la expansión de Encuentro Matrimonial en Granada.
El Equipo del FDS (Miguel+Begoña, Jaime+Encarnita, Antonio Jesús+Pilar y el sacerdote Miguel Ángel Solas) llevó a nueve matrimonios, procedentes de Granada, Jaén y Málaga, sus experiencias testimoniales. Mediante ejemplos vivos ofrecen una sencilla técnica de comunicación que nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos y a nuestra pareja.
Para los matrimonios cristianos, el FDS de Encuentro Matrimonial es una clara invitación a vivir el Evangelio de Jesús desde nuestra condición de casados, de personas normales y corrientes en la intimidad del hogar y en la sencillez de nuestro trabajo.
Tenemos una misión profética en Encuentro Matrimonial, vivir nuestra vida y el Evangelio en términos de relación, tanto en la vocación matrimonial como sacerdotal y religiosa. Nuestra buena noticia reside en compartir lo que vivimos, no lo que nosotros hacemos. Vivimos y anunciamos que otra manera de amar es posible.
A partir de ahora, esos matrimonios tienen un sueño y un objetivo, con su “ilusión” poder llevar este mensaje a otros muchos matrimonios, sacerdotes y religiosos/as, porque merece la pena que esta experiencia también llegue al corazón de los granadinos.
Este FDS celebrado en Granada, nos abre a la esperanza de que la semilla de Encuentro Matrimonial vaya geminando para seguir caminando y transmitiendo nuestro nuestro sueño y nuestro ideal, y, próximamente, se pueda llevar a cabo el segundo FDS.
El FDS es un tiempo sin los agobios del día a día pensado para dar a los matrimonios la oportunidad de examinar sus vidas y revisar cómo están en su relación de pareja. Es un tiempo para compartir sentimientos, esperanzas, desilusiones, gozos…, y encontrar de nuevo las auténticas razones que dan sentido a nuestras vidas. En definitiva, es únicamente un tiempo intenso para revitalizar el matrimonio y la vocación sacerdotal.