El misionero jienense Andrés García plantea la dura realidad de la República Democrática del Congo
4 octubre de 2012 Igualmente, D. Andrés insistió en la necesidad de una formación intercultural y de explotación justa de los recursos del país: “Creemos que dentro de poco nuestro camino de sensibilización y de evangelización allí no puede quedarse en la educación o formación de estos pueblos, sino formarlos para la interculturalidad y la convivencia desde el Evangelio. Además, tenemos que estar atentos a las empresas de explotación minera que se quieren instalar en la zona y los conflictos que están surgiendo en la reserva de fauna de okapis, que está al este de nuestra parroquia. Creo que nuestro ámbito de trabajo tiene que ir también en esas direcciones. Intentar dialogar, buscar vías para poder ayudar al pueblo a explotar los recursos naturales que existen allí, sin que haya riesgo para la población y el medio ambiente. No sé hasta qué punto llegará nuestra capacidad de diálogo con estas empresas y la capacidad de escucha o de negociación de ellas, que ya han pagado sumas bastantes sustanciosas al gobierno para sacar beneficios rápidos”. D. Andrés pidió también el apoyo y la colaboración de todos para ayudar en esta situación: “pido vuestras oraciones y el apoyo, sobre todo logístico. Y, si llega el momento, que seáis nuestro altavoz de lo que pasa allí ante gobiernos y empresas. Además, si queréis sostener nuestra misión con un apoyo material, pues también os lo agradecemos”.
“Me gustaría que hubiera gente que garantizara el relevo de nuestro trabajo allí, porque lo que hacemos es un trabajo de generaciones, no se acabará delante de nuestros ojos este proceso, sino que será algo que llevará años e, incluso, siglos. Pero, el Señor estará allí para verlo y para dirigirlo. Él, que es nuestra esperanza y nuestro camino, nos guiará en la misión”, continuaba.
Finalmente, quiso pedir a la Iglesia de Jaén, apoyo y acompañamiento. “Vosotros, Iglesia de Jaén, que me enviasteis allí, pido que no nos olvidéis. Creo que si vamos enviados por vosotros, esperamos también un acompañamiento personal, en la oración, en el interés y en la logística”.