El clero diocesano se reúne en torno a San Juan de Ávila en Baeza
12 mayo de 2017Como cada año, el clero diocesano se reúne para celebrar la fiesta de su patrón, San Juan de Ávila. Éste año, el lugar elegido para el encuentro, el primero que preside como Obispo Don Amadeo, ha sido la ciudad de Baeza, lugar donde el magisterio, el testimonio y la palabra de San Juan de Ávila tiene un especial significado.
Hasta Baeza se han desplazado más de 120 sacerdotes de la Diócesis del Santo Reino para participar en esta jornada de fiesta para el clero.
La jornada ha dado comienzo a las 11 de la mañana con la conferencia “El modelo del seguimiento evangélico de los apóstoles como pauta de la vida sacerdotal en San Juan de Ávila”, impartida por Monseñor Juan Esqureda Bifet, en el Paraninfo de la antigua Universidad de Baeza. Esquerda Bifet, ha profundizado entre otros aspectos, en la influencia de San Juan de Ávila en el Concilio de Trento, en la figura de este Doctor de la Iglesia como exponente de la vida apostólica; para concluir hablando de la realidad de la gracia del presbiterio con el propio Obispo, como expresión de la vida apostólica.
Homenaje a los sacerdotes que celebran aniversario de ordenación
Al concluir la conferencia, los sacerdotes que este año cumplen 25, 50 y 60 años de ministerio sacerdotal han recibido un homenaje.
Los presbíteros que cumplen sus bodas de plata: Mariano Cabeza Peralta, Antonio Pozo Haro, Juan Jesús Cañete Olmedo, Pedro Montesinos Moya, Juan Manuel Perales Mercado, Andrés Segura Moya y Ángel Sigüenza Fuentes, han sido los primeros en recibir el calor y la felicitación del Obispo y de los demás compañeros en el sacerdocio. D. Andrés Segura y D. Mariano Cabeza han hablado en nombre del resto de sus compañeros.
El Vicario Judicial, D. Andrés Segura ha querido agradecer, en primer lugar, al Señor por ser llamados “para ser ministros suyos”. Después ha querido hacer un repaso por sus años de seminarista, “somos sacerdotes formados a caballo entre dos episcopados, los primeros años con Don Miguel Peinado y los posteriores con Don Santiago García Aracil, Obispo que nos ordenó”. Segura Moya ha recordado sus primeros destinos como “sacerdotes soñadores, enamorados de Jesús”.
Por su parte, D. Mariano Cabeza, párroco de San Juan Evangelista de Mancha Real y profesor de religión ha hablado en nombre de los presbíteros de su curso. 25 años al servicio de Cristo y de su Iglesia que ha resumido con estas palabras, dirigidas de una manera especial a los seminaristas que participaban en el acto: “Somos felices: Quien no es feliz no puede ser buena persona, ni buen cristiano, ni buen sacerdote y mucho menos santo”. Para continuar afirmando, “Ha merecido la pena: Porque a pesar de las limitaciones y pecados somos cauce de la gracia y la misericordia de Dios, buen Pastor. El Señor ha cumplido sus promesas: No os dejaré solos. Nunca nos hemos sentido solos en estos 25 años”.
Ya en referencia a su experiencia sacerdotal, ha dicho: «Emulando a San Juan de Ávila que decía a los alumnos que tenían que tener callos en los codos pero también en las rodillas, yo considero las 5 llagas o callosidades de los sacerdotes a fuerza de ejercer:
En las rodillas: orando, especialmente en la Eucaristía, fuente de la espiritualidad sacerdotal.
En los codos: Formándose, actualizándose, porque si no comprendemos nuestro mundo no lo entenderemos y lo que no se entiende no se ama. En la lengua: Porque somos ministros de la Palabra, nuestro afán predicar a Cristo. Dentro y fuera del templo. En el corazón: Porque si nos falta el amor lo demás no sirve de nada. En el alma: Porque es el lecho de amor donde nos desposó el Señor”.
En nombre de los sacerdotes que cumplen este año sus Bodas de Oro sacerdotales Julio Pampliega de la Torre CM, Eusebio Figueroa Mora, Miguel Ruiz Díaz, Ángel Simón Serrano y Juan Viedma Medina, éste último ha tomado la palabra para recordar sus años en el Seminario, al que entró en el año 1954, con apenas 11 años y del que salió siendo sacerdote en el año 1967. Ha tenido palabras de recuerdo para su familia, para el párroco de su Bedmar natal y también ha hecho un recorrido profuso por su amplia trayectoria al frente de distintos destinos como sacerdote en toda la Diócesis de Jaén. Actualmente es párroco de San Eufrasio de la capital. Un discurso que ha pronunciado con una emoción notable, en la que ha tenido presente a los Obispos con los que ha trabajado a lo largo de estos cincuenta años.
Por último, los sacerdotes que cumplen, este 2017, 60 años de ordenación también han recibido su homenaje. Bernardo Velasco Valenzuela, Tomás Colmenero Jiménez, Antonio Higueras Armenteros, Luis María Juárez Montilla, Manuel Peña Garrido, Miguel Vallejos Palomo y Juan Bautista Monzón Ruiz. En nombre de todos ellos ha ofrecido unas palabras de emoción y agradecimiento D. Manuel Peña.
Todos ellos han recibido un regalo de homenaje y gratitud por sus años de servicio a la Iglesia y por ser portadores de la Buena Nueva de Cristo.
A continuación, se han trasladado a la vecina Catedral de la Natividad de la Virgen donde se ha celebrado una Eucaristía.
Santa Misa
El Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, ha presidido por primera vez la Eucaristía en honor al patrón del clero español, San Juan de Ávila, celebrada en la Catedral Baezana, como Prelado jiennense.
Tras las lecturas, que han sido leídas por los seminaristas, y el Evangelio del Buen Pastor, proclamado por el Delegado Episcopal del Clero, D. Juan Ramón Gómez
Don Amadeo ha comenzado su homilía diciendo, “No hay un lugar como Baeza para evocar a san Juan de Ávila, patrón del clero español”, para continuar, “el clero español se reúne en la fiesta de San Juan de Ávila para inspirarse en él y continuar buscando en la riqueza espiritual, intelectual y pastoral del Apóstol de Andalucía los criterios que orienten nuestra vida sacerdotal. Nosotros lo hacemos en Baeza, el lugar por excelencia en el que el Maestro Ávila situó su mayor obra en favor de la reforma del clero. En Baeza nace el Estudio General Baezano, la institución en la que diseña nuestro santo patrón una formación integral para los sacerdotes, y en la que empleó sus mejores energías y sus mejores discípulos. En Baeza nació la primera universidad fundada únicamente para aspirantes al sacerdocio. Se puede decir que esta institución es la joya del movimiento renovador del clero, ese que siempre buscó con ahínco por el Maestro Ávila”.
Monseñor Rodríguez Magro ha hablado de la vigencia de San Juan de Ávila como referente de la Iglesia de hoy, en este sentido ha apuntado: “en este momento, en el que nuestra Iglesia diocesana está inmersa en una profunda renovación espiritual y pastoral: queremos ser una Iglesia en estado permanente de misión, una Iglesia «en camino hacia el sueño misionero de llegar a todos». Eso significa que hoy, como entonces, también nosotros hemos de buscar un diseño, lo más adecuado posible, para nuestra identidad sacerdotal.
Don Amadeo también ha querido enviar un mensaje de aliento a los más de 120 sacerdotes concelebrantes, y por eso les ha dicho: “nuestro hombre interior ha de estar siempre disponible para ir asimilando las hechuras de un modo de ser sacerdotal, esas que recoge cada día en la intimidad del corazón de Cristo. “Estando con Él” hemos de reconocernos como sus discípulos. Y también, junto al corazón de Jesucristo, donde hemos de vernos como discípulos para ser pastores. Discípulos para ser pastores es la ruta que no hemos de perder nunca en nuestra vida sacerdotal: siempre discípulos, siempre pastores que buscan un continuo crecimiento integral. Sólo por ese camino nos iremos haciendo uno en Cristo, creceremos en él y lo mostraremos en nuestro ser y en nuestro actuar”.
Para concluir, el Obispo del Santo Reino ha puesto su mirada en María, la Virgen para decir “San Juan de Ávila comparaba la acción del sacerdote con la de la Santísima Virgen; decía él que también nosotros, como ella, damos al “Dios humanado”. Quizás sea por eso que la Virgen, según el Maestro Ávila, nos considera como parte de su mismo ser. Para ella somos «los racimos de mi corazón, los pedazos de mis entrañas»”.
Bendición del retablo barroco
Al finalizar la Eucaristía, el Obispo y todo el clero diocesano se ha traslado hasta la capilla en la que desde hoy luce una pintura de San Juan de Ávila, obra del pintor jiennense, Francisco Huete. La pequeña capilla, que contiene un retablo barroco, que ha sido restaurado, gracias a la colaboración de la Asociación de las Catedrales de Jaén y Baeza, ha sido bendecido por el Pastor diocesano
Al finalizar la Eucaristía, el Obispo y todo el clero diocesano se ha traslado hasta la capilla en la que desde hoy luce una pintura de San Juan de Ávila, obra del pintor jiennense, Francisco Huete. La pequeña capilla, que contiene un retablo barroco, que ha sido restaurado, gracias a la colaboración de la Asociación de los amigos las Catedrales de Jaén y Baeza, ha sido bendecido por el Pastor diocesano en presencia del autor y del equipo de restauración del retablo.
El acto ha concluido con el himno de San Juan de Ávila, mientras los presentes veneraban la reliquia de este Doctor de la Iglesia que conserva la Catedral de Baeza.
Galería Fotográfica: «Festividad de San Juan de Ávila, 2017»