El Círculo de Silencio pide “derribar fronteras y crear puentes”
18 mayo de 2016Más de medio centenar de personas se dieron cita, como cada tercer martes de mes, en la Plaza de la Constitución de Jaén para reclamar, a través del Círculo de Silencio, justicia para las personas migrante, que sufren la ignominia de las leyes fronterizas de Europa.
El Secretariado de Migraciones de la Diócesis y Red Jaén, ciudad abierta, entidades que organizan El Círculo de Silencio, quisieron visibilizar, a través de una performance, cómo, cada día, países de Europa siguen levantando muros y fronteras que aíslan a los refugiados y necesitados de la ayuda de los países desarrollados. A la vez que expresaron que son muchas las personas comprometidas, que rescatan del abismo de la inmigración, a hombres y mujeres que sufren la devastación del exilio, de la pérdida del hogar y de la patria por causa de las guerras y la barbarie humana. En el acto se recordó que frente a las vallas que durante 2015 se han levantado en países como Hungría, Eslovenia, Grecia, Austria, o España, también se ha tendido puentes para ayudar a aquellos refugiados que viven a las puertas de países como Grecia, España, Austria.
Desde El Círculo de Silencio quisieron poner de manifiesto actuaciones solidarias, como la de Bomberos en Acción, que han hecho posible el traslado de Osman, un niño afgano, con parálisis cerebral, que estaba a punto de morir en el campo de refugiados de Indomeni en Grecia. También recordaron la acción del Papa Francisco, que tras su viaje a Lesbos, trasladó hasta el Vaticano a varias familias de refugiados musulmanes; o cómo la comunidad católica de San Egidio, en Roma, trasladó, hasta Italia a 194 refugiados, a través de corredores humanitarios.
En definitiva, acciones que se ponen en marcha desde distintos colectivos para trabajar por un mundo más justo y en el que algún día las fronteras, que separan, se puedan transformar en puentes que unen.
Tras un rato de meditación, algunos participantes quisieron unirse con su reflexión al acto, y lo hicieron con la lectura de un extracto del Misericordiae Vultus, del Papa Francisco, y también con la recitación de una poesía dedicada a un misionero.
La música en directo de Paco, que cantó, “Parar la guerra”, con letra de una persona sin hogar, Antonio, puso el punto y final a este encuentro mensual de El Círculo de Silencio.