El Carmelo Seglar celebra Ejercicios Espirituales
3 marzo de 2016Pareció que le mejor fecha sería del 26 al 28 de febrero, con el puente de Andalucía, en el camino cuaresmal y así descansar al día siguiente. Aunque el cielo nos regaló la nieve; de descanso, nada. Al volver a casa había que seguir la marcha recuperando los atrasos de los días de placer espiritual vividos en el Seminario Diocesano durante tres jornadas intensas y ricas por las que pasamos casi medio centenar de personas. ¿Todos del Carmelo Seglar? No. Pero la mitad, seguro. El Carmelo es el motor y organizador del evento; a la vez, ofrece a quienes desean unos días de oasis y sosiego pacífico, en régimen interno o externo, con comida o sin ella a quienes deseen participar. El abanico de posibilidades es tan grande y la casa de ejercicios ofreces tan buenos resortes que el enganche se presta para hacer un buen alto en el camino y dedicarse a las cosas del alma.
El padre carmelita del convento ubetense, Francisco Víctor López Fernández, por medio de cánticos del Antiguo y Nuevo Testamento, desarrolló las meditaciones iluminándolas con la doctrina teresiana y de la familia de la Orden del Carmen. Del salón a la capilla para el rezo de los Laudes y las Vísperas, junto con las celebraciones eucarísticas, a las que se unieron la penitencial, el Vía Crucis y la adoración al Santísimo, cerraron el ciclo oracional coronado con la lectura de la Bula de la Misericordia, mientras se realizaba la comida del medio día.
¡Qué sorpresa¡ Cientos de generaciones han realizado las comidas en silencio acompañadas de buenas lecturas en las escuelas, colegios mayores, centros de estudios, formación, amén de conventos y seminarios. Llamó poderosamente la atención la metodología de la lectura espiritual mientras todos compartían silenciosamente el almuerzo para reparar las fuerzas de los ejercitantes. Finalmente, todo se cerró con una evaluación sacando a relucir las mejores realizaciones y lo que conviene para otra ocasión. Y con los “cánticos” meditados, procuramos aprender y ensayar algunas canciones para orar mejor.
El Seminario nos brindó la ocasión de compartir el primer tiempo de la mañana, dedicado a la oración y Laudes, en la capilla con los seminaristas; era una jornada muy especial: el día de la Familia del Seminario. Ahí nos sentimos e hicimos unidad familiar en los primeros pasos del sábado rezando junto con los candidatos al sacerdocio y pastoreo de nuestras futuras comunidades. ¡Con qué amor rezamos por las vocaciones! Se notaba.
P. Paco Víctor, ocd.