Dos nuevos diáconos para la Iglesia de Jaén
13 diciembre de 2011 El pasado sábado, 10 de diciembre, dos jóvenes del Seminario Diocesano de Jaén recibían el sagrado Orden del Diaconado: Manuel Jesús Ceacero Sierra, de la parroquia del Sagrado Corazón y Ntra. Sra. Del Pilar de Linares; y Francisco Javier García Moreno, de la Parroquia de Ntra. Sra. De los Remedios de Los Noguerones.
A las 11 de la mañana el Sr. Obispo, D. Ramón del Hoyo López presidía la Eucaristía en la Catedral de Jaén. La ceremonia estuvo concelebrada, además, por D. Antonio Ceballos, Obispo emérito de Cádiz y Ceuta; el Vicario General, los Vicarios Episcopales, el Rector y los formadores del Seminario y un importante número de sacerdotes diocesanos que quisieron acompañar a Manuel Jesús y Francisco Javier en este día tan especial.
Durante su homilía, el Sr. Obispo de Jaén hizo hincapié en la importancia de este día para la Iglesia Diocesana y para los jóvenes candidatos al diaconado. “Antes de nada quiero destacar que es un día muy especial e importante para la Iglesia Diocesana de Jaén. Día muy grande también para estos jóvenes candidatos al diaconado porque el Espíritu Santo va a descender sobre ellos de una forma muy singular y especial, regalándoles el carisma del diaconado y conduciéndoles hasta el último escalón de acceso al sacerdocio ministerial. Por todo ello damos gracias a Dios y destacamos la generosidad y disponibilidad de los dos candidatos para seguir de cerca Jesucristo Buen Pastor, único y eterno sacerdote, hasta el final de sus vidas como Ministros suyos. Nunca el Señor os va a dejar solos”.
Asimismo, D. Ramón del Hoyo quiso destacar el triple aspecto del ministerio diaconal: “Estos dos hermanos nuestros quedarán constituidos en Diáconos de la Iglesia y ésta contará con dos nuevos servidores de la Palabra, del Altar y de la Caridad. Recibir el Orden del Diaconado significa incorporarse en el primer grado del Sacramento del Orden y, por ello, a la Misión de Jesucristo. Él como Diácono por antonomasia anunció a los hombres, que Dios los ama. Curó las enfermedades del cuerpo y del alma, entregó su vida para reconciliarnos con Dios, fundó la Iglesia para que continuara su Ministerio mediante la proclamación de la Palabra, la celebración de los Sacramentos y, sobre todo, de la Eucaristía y el servicio a la caridad”.
Los nuevos diáconos, que ya están realizando su periodo pastoral en dos parroquias de la diócesis, recibieron la felicitación de los sacerdotes y de sus familiares y amigos al terminar la ceremonia.