Don Amadeo preside la Eucaristía de fin de curso de la curia diocesana
28 junio de 2019La Capilla Mayor del Seminario Diocesano acogía el pasado viernes, 28 de junio, la Eucaristía de acción de gracias con motivo de la clausura del curso pastoral en la curia diocesana.
Dicha Eucaristía estuvo presidida por el Obispo, Don Amadeo Rodríguez Magro, y concelebrada por el Vicario General, D. Francisco Juan Martínez Rojas; el Vicario de Evangelización, D. Juan Ignacio Damas; el Secretario del Obispo, D. Juan Pedro Moya; así como por otros Vicarios y Delegados Episcopales.
Igualmente, asistieron a la celebración eucarística los trabajadores de la curia diocesana.
Durante su homilía, el Obispo, quiso recordar que “estamos celebrando un día de fiesta. Celebramos un día familiar, en un día muy importante para la Iglesia, como es el de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús”.
En este sentido Don Amadeo explicó que “desde siempre la Iglesia ha tenido una gran devoción al Sagrado Corazón de Jesús». Y recordó unas palabras del Papa Francisco: “El corazón de Jesús es la manifestación en pequeñez de la grandeza de Dios”. Para seguir expresando que desde el bautismo, los cristianos vivimos de “un encuentro personal con Cristo, que nos cambió la vida. Un encuentro que hay que ir cultivando permanentemente a lo largo de toda nuestra existencia. En ese camino de la vida, nosotros siempre vamos a un encuentro con el corazón de Cristo”.
Asimismo, insistió en que “el corazón de Cristo tiene que ser un lugar de encuentro con Él. Porque el corazón representa al ser humano en su totalidad, es centro original de la persona humana. El corazón es el centro de nuestro ser, la fuente de nuestra personalidad, el motivo principal de nuestras actitudes y acciones”.
Finalmente, el Prelado quiso animar a los miembros de la curia a tener presente a Jesucristo “en nuestro día a día, en nuestros quehaceres, en nuestras dificultades, pero también en nuestras alegrías y en nuestras satisfacciones… que todo pase por Él”. Para continuar alentándolos a entregarse “en el servicio, la entrega y la generosidad a los demás”.
Tras la Santa Misa, los miembros y trabajadores de la curia pudieron compartir un pequeño aperitivo fraternal.