Crónica de la Peregrinación y Encuentro de Jóvenes en el Santuario de la Virgen de la Cabeza´11
3 noviembre de 2011 Una vez las piernas han descansado de tantos pasos como hemos dado para llegar a la Basílica de Nuestra Señora la Virgen de la Cabeza, me dispongo hacer balance de todas las vivencias que se han ido sucediendo en este intenso fin de semana.
Han sido 24 kilómetros los que hemos recorrido a pie desde Andújar, un camino duro pero que a cada paso dado, más felices éramos pensando en el encuentro con La Morenita. Gracias a la ayuda de Dios, el apoyo y ánimo de todos los que hemos realizado este camino hemos culminado la peregrinación y aún nos quedan ganas para repetir.
El encuentro comenzó el pasado día 28 de octubre por la tarde. El punto de encuentro para la salida hacia Andújar estuvo repleto de encuentros y abrazos con amigos que no se veían desde la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid. Mi situación no fue esa, yo me dirigí al Cortes Ingles, desde donde estaba programada la salida, para encontrarme con mi amiga Fátima, y tanto ella como yo, éramos desconocidas para el resto de los jóvenes, pero intuíamos que iba a ser un fin de semana repleto de diversión y de reflexión. El autobús comenzó el camino hacia Andújar, haciendo una parada para recoger a nuestros compañeros que nos esperaban en Torredonjimeno, con sus guitarras y el cajón flamenco, algo que ya había echado en falta al ver el equipaje de mis compañeros de Jaén, porque a un encuentro de jóvenes sin música le falta eso, la vida y la alegría que nos trasmite cada nota emitida por esa guitarra.
Una vez se subieron al autobús, ya estábamos casi todos, solo faltaba encontrarnos con los compañeros que nos esperan en el colegio de la SAFA de Andújar, y ya había miradas de complicidad entre todos, se intuía el buen ambiente del encuentro. De hecho, un compañero tosiriano, Fernando y yo, nada más vernos sabíamos que nos conocíamos, pero aún no hemos sido capaces de saber de qué nos conocemos. Una vez en la SAFA estiramos nuestro esterillo y el saco, siempre mirando a ver al lado de quien dormíamos, para saber si íbamos a poder descansar o no, porque siempre, la noche es joven, pero esa noche había que descansar, porque el camino que nos esperaba era muy largo.
Antes de dormir, nos reunimos para disfrutar de un rato de oración y de un cuentacuentos organizado por Belén López- Sidro, donde se nos presentaba la realidad del adolescente y joven de hoy en día.
Una marioneta nos representaba, y sentía los problemas actuales que preocupan a los jóvenes, tales como la familia, los amigos, la sexualidad y demás temas.
Y así fue…, pi – pi, pi – pi, pi – pi… son las 5 de la madrugada y toca levantarse, ponernos las botas, coger nuestro palo para ayudarnos en el camino y comenzar a andar. Todos decididos, sin miedo, salimos a la calle y nada nos impidió comenzar, ni la niebla que invadía las calles de Andújar. Dios estaba presente en nuestros corazones y no tuvimos miedo de caminar.
Tras el desayuno que amablemente nos sirvieron en la Residencia de Mayores de San José, nos dirigimos al cuadro de la Virgen, donde nos esperaban los “Peregrinos del Alba” Manuel, Juan y Antonio, gracias a ellos el camino fue más ameno tanto para Fátima como para mí y para el resto de peregrinos que no nos separamos de ellos en ningún momento, nos contaban chistes o antiguas historietas de vivencias de antiguas peregrinaciones. Nunca pensé que recorrer 6 horas de camino con ellos nos uniría tanto. Desde aquí, le mandamos un agradecimiento y un abrazo muy grande a los tres por el gran corazón que tienen y por toda la ayuda que nos prestaron a lo largo del camino. ¡Muchas gracias Manuel por haberme bautizado como peregrina!
Con nuestro bastón de peregrinos comenzamos adentrándonos en las profundidades de Sierra Morena para llegar por el Camino Viejo, de 26 Km, hasta el Santuario de la Morenita. Pudimos disfrutar de un camino soleado, la primera parada en la Ermita de San Ginés para reponer fuerzas, después disfrutamos de las vistas que se divisan desde el mirador del peregrino, donde por primera vez podemos ver el Santuario a lo lejos, el descenso hasta el río Jándula donde atravesamos el puente romano e hicimos una segunda parada para disfrutar de tan bello paisaje del “Lugar Nuevo”. Nos esperaba ya la subida de los tan temidos Caracolillos, pero último tramo para llegar al Santuario. El punto y final a la peregrinación lo pone la vista al camarín de la Virgen.
El almuerzo lo realizamos en la Casa Hermandad de Carchelejo, después un merecido descanso y una ducha para por la tarde tener nuestro propio encuentro con los jóvenes de la diócesis de Jaén y explicar en qué consiste el grupo YOUCAT, Catecismo Joven de la Iglesia Católica. Por la noche la diversión vino de la mano del concurso FUROR, donde bailamos y cantamos hasta más no poder, y caímos rendidos en la cama, porque a la mañana siguiente nos esperaba la eucaristía a cargo de nuestro Obispo D. Ramón del Hoyo. También desde aquí damos las gracias a la Hermandad Matriz de Andújar que nos cedió su casa para dormir y comer. También antes de dormir pudimos disfrutar del privilegio de tener un rato de encuentro con Dios en el Santuario, del que pocas veces podemos disponer de noche. Eso sí, antes no pudimos reprimir las ganas del encuentro en las diferentes habitaciones con el resto de los compañeros para estar un rato de casquera comentando las diferentes experiencias del día. Desde aquí también doy las gracias por aquella maravillosa noche de risas con Luis Jesús Montes Pérez, Fátima Haro Prieto, Lidia de la Chica Chamorro y a una larga lista de compañeros.
A la mañana siguiente amaneció y ni rastro de agujetas ni dolores por el duro camino de la peregrinación. ¡Nos esperaba un gran día! Celebramos una Eucaristía en el Santuario, una Eucaristía muy especial, donde dimos gracias al Señor por todo: la ayuda que nos da día a día, por librarnos de nuestros miedos y por no fallarnos nunca.
El encuentro culminó con un delicioso almuerzo donde nos acompañó nuestro Obispo y donde pudimos despedirnos de tan grandioso fin de semana.
Por ello, desde aquí, damos las gracias a aquellos que han hecho posible este encuentro de Jóvenes de la Diócesis de Jaén, aquellos que han trabajado para que todo salga bien, por su dedicación y entrega, tanto a los Peregrinos del Alba que nos han acompañado como a nuestro Obispo.
Y recuerda, ¡CAMINA, NO TENGAS MIEDO!
¡MUCHAS GRACIAS A TODOS!
Fátima Peinado Molina